La nueva prueba semanal ha llevado a la casa de Guadalix a nuevos inquilinos que convivirán con los concursantes los próximos cuatro días. Sin embargo, estas visitas no han sentado bien a algunos de los habitantes de la casa. Es el caso de Raquel Bollo, que se ha reencontrado con Aguasantas, la ex de su hijo y con la que tiene muchas cuentas pendientes.
Raquel ha recibido a su exnuera de la manera más correcta posible y siguiendo las indicaciones de la prueba: "buenas noches, señora. Bienvenida al Hotel Balneario GH VIP". A continuación le ha ofrecido su servicio y Aguasantas le ha pedido un vaso de agua. Más tarde, se ha vivido un momento de tensión cuando la exconcursante de 'GH VIP 3' le ha ordenado a Raquel que se sentara en el sofá pero esta ha preferido mantenerse en la "recepción" del hotel.
Raquel Bollo a llantos
Ambas han aguantado un buen rato en silencio hasta que el resto han vuelto al salón. Cuando Kiko Matamoros ha visto a su compañera Raquel, esta no ha podido reprimir sus lágrimas y lo ha abrazado mientras decía "me voy, no me merece la pena". Tanto Laura como su padre han intentado consolarla. Su compañero de 'Sálvame' le ha mostrado su alegría por verla: "pensábamos que habías desaparecido".
Sin embargo, estas últimas palabras de Kiko y la presencia de Aguasantas han hecho explotar a Raquel y ha tomado la decisión de abandonar el concurso. Rápidamente ha acudido al confesionario para explicar su decisión. "Me importa lo que está fuera y no quiero que sufran". La concursante lo tenía decidido.
"¿Me explicas lo que tengo que hacer para abandonar? Si lo que queréis es ver mi carácter, no lo vais a ver". Raquel se ha mostrado muy preocupada por lo que se pudiera estar viendo en el exterior, ya que las nuevas visitas han llevado información del exterior. "Si no se me está viendo, no me divierto y soy un estorbo, pues esto ya no me gusta".
Algunas de las declaraciones que ha hecho la concursante han dado a entender que la organización le aseguró en su momento que Aguasantas no concursaría en el reality. Y, en cierto modo, es verdad que no lo hará porque entra en calidad de invitada, pero esto a Raquel no le ha sentado nada bien. "Aquí os puedo dañar, y prefiero retirarme".
Raquel Bollo habla con su hijo por teléfono
Ante el nerviosismo de la concursante, la organización le ha permitido hablar vía telefónica con su hijo Manuel. "Estoy genial, súper orgulloso de ti y encantado de ser tu hijo. Lo único que quiero, si de verdad me quieres, es que no abandones" ha dicho mientras su madre no podía dejar de llorar en el confesionario.
Sin embargo, la gran preocupación de Raquel era que el hecho de que Aguasantas entre en la casa provocará en el exterior que se vuelva a hablar de su relación con Manuel, alguien que está completamente apartado de ese mundo.
"Cuando me pida un masaje, le voy a echar el aceite a la cara", decía la Bollo haciendo referencia a la nueva prueba semanal, en la que tendrá que servir a Aguasantas y cumplir todos sus deseos. Manuel ha intentado animar a su madre diciéndole que estaba siendo vista por toda su familia, a lo que la concursante ha contestado: "¡Pero si no se me ve! Me han dicho que no se me ve".
Esto último ha causado muchas risas en plató. Finalmente, Raquel ha accedido a continuar en la casa, aun con la presencia de su exnuera. Tendremos que ver cómo se desarrollan los próximos días en los que la tensión en Guadalix estará asegurada.
