El polémico publicista y presentador Risto Mejide ha confesado en un artículo en El Periodico su opinión sobre la violencia machista y sobre el gesto de Alejandro Sanz de parar una agresión de un hombre a una mujer en mitad de un concierto, interrumpiendo así una actuación en directo.
Mejide ha atacado explícitamente a todos los hombres que maltratan a las mujeres, a quienes ha apartado la condición de seres humanos: "Eres algo -no alguien- que hay que erradicar. Quiero que sepas que, por mucho que te pienses que nadie te mira, estamos todos ahí, y cada vez somos más. Escuchamos, miramos, vemos y estamos dispuestos a parar lo que haga falta para hacer lo que hay que hacer: denunciar".Risto Mejide. Imagen: Jot Down
"Un bravo bien grande por Alejandro"
Risto también ha destacado las lamentables cifras de todas las muertes que lleva la violencia de género en lo que va de año: "Te estoy hablando a ti, mírame cuando te hablo, campeón. Tú y todos los que sois como tú. No sólo los 11 asesinos en lo que llevamos de año en nuestro país, al menos 57 en el 2015, suma y sigue, que parece que este año vamos a más. Los que las apuñalaron, las apalearon, las dispararon y hasta las rociaron con ácido o con gasolina. No sólo ellos. Monstruos que pudieron consumar su monstruosidad. Algunos, suicidas a contratiempo, cobardes por partida doble, por no tener no tuvieron ni lo que hay que tener para recibir su merecida condena por parte de la sociedad"
El publicista ha hecho mención a la que quizá sea la parte que más puede ayudar a acabar con la lacra social del maltrato: el fin del silencio de las víctimas y los testigos. Alabando el gesto de Sanz en el concierto, Mejide ha afirmado: "Un bravo bien grande por Alejandro. Y una pregunta incriminatoria para todos nosotros, para todos los demás. Cuántas muertes y palizas nos habríamos ahorrado si todos, vecinos, familiares, amigos y simples desconocidos, hubiésemos actuado igual que Sanz. Pensémoslo. Porque igual, parejo a cualquier tipo de maltrato, lleva adjunta nuestra responsabilidad como seres humanos que convivimos puerta con puerta. Pensemos si esto que tenemos se puede llamar civilización mientras la mayoría sigamos mirando hacia otro lado, si mientras no nos toque muy de cerca, parece que nos dé igual".