Serie relacionada
A lo largo de las doce temporadas que llevamos de 'Anatomía de Grey' hemos asistido a multitud de intervenciones quirúrgicas y conocido casos médicos insólitos. En algunas ocasiones la integridad del paciente se ha visto comprometida y a duras penas han logrado salvarle la vida, otras veces simplemente perdieron la batalla. Pero nuestro equipo médico es experto en realizar técnicas innovadoras y siempre ponen toda la carne en el asador para demostrar que son los mejores cirujanos.
En el capítulo número trece de esta temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "All Eyez on Me", el equipo médico formado por Torres, Grey, Avery, Bailey y Wilson llevarán a cabo una operación única con la que tendrán la posibilidad de demostrar que son excelentes cirujanos. Además, al hospital llegará un grupo de animadoras adolescentes que pondrán urgencias patas arriba. Por su parte, Pierce tomará una decisión que cambiará su vida y la de DeLuca. Adentrémonos en este nuevo episodio.Un milagro médico
Un colega de Owen se ha puesto en contacto con el hospital por un paciente militar con un sarcoma en la pelvis izquierda que se ha extendido hasta el sacro y parte de la columna vertebral. La quimioterapia solo le daría un par de años de vida pero Torres tiene un gran idea, amputar la pierna afectada y el trozo de cadera correspondiente y fijar la pierna buena. Sin embargo, el plan se viene abajo, no tienen tiempo para realizar más pruebas y entrenamientos porque el paciente ha sufrido una caída que podría complicar la operación si la retrasan más.
Por si fuera poca la presión, ahora tienen que desplazarse ya que no pueden trasladar al paciente y, además, el doctor del enfermo no ve con buenos ojos la cirugía experimental que van a llevar a cabo. La operación comienza bien, están realizando el plan inicial pero la cosa se complica y Torres empieza a dudar de que pueda hacer su parte. Meredith intenta ayuda a Callie, ha comprendido que, aunque necesite su espacio, la presión que ejercen los demás sólo es por ayudar y resulta ser una buena táctica. Por este motivo, la doctora Grey presiona a Torres para encontrar una solución.
Finalmente Callie logra reaccionar justo a tiempo para salvar al paciente y ofrecerle una nueva vida, aunque ahora sólo tenga una pierna. Contentos y satisfechos por el milagro que acaban de conseguir, el equipo se prepara para volver a su hospital pero, antes de marcharse, Meredith decide darle su número al doctor del paciente que les ha acompañado durante toda la intervención. Ya es hora de pasar página y qué mejor que dándole una segunda oportunidad al amor.
Decisiones precipitadas
Un grupo de animadoras adolescentes llega el hospital tras sufrir un accidente durante una de sus actuaciones. Las chicas se han caído mientras realizaban una pirueta y tienen heridas varias aunque ninguna de gravedad. El principal problema que presentan es la falta de comunicación y sinceridad que hay entre ellas, por no hablar del egoísmo de las jóvenes. Por si fuera poco, Maxime, una de las chicas, sufre una dolencia cardíaca que le apartará de las competiciones, aunque ella quiera esconder la enfermedad para poder seguir en el equipo.
Tal y como las define Edwards, las animadoras se comportan como unas auténticas víboras, en especial la capitana, la encargada de dar las órdenes, organizar y decidir quién entra o quien sale del equipo. Para sorpresa de sus compañeros, Edwards ejerció como capitana de las animadoras de su instituto durante varios años, recuerdos de una etapa que la doctora aprovecha para lograr enderezar a las jóvenes y hacerlas entrar en razón para que dejen de comportarse como crías y empiecen a actuar como el equipo que son, ayudándose y trabajando juntas.
Por su parte, DeLuca está cansado de esconderse cada vez que quiere pasar un rato con Maggie, sobre todo ahora que Webber también sabe la relación que mantienen. Esta situación contrasta enormemente con la de Amelia y Owen, que van a empezar de cero sin mentiras y sin ocultarse, haciéndolo bien por primera vez. Finalmente Maggie abre los ojos y se percata de que no está haciendo nada malo y acepta hacer pública su relación con DeLuca, contándoles a sus compañeros lo feliz y contesta que está con el chico.
Mientras tanto, Warren acude a un aviso de psiquiatría por un paciente que no deja de quejarse por un persistente dolor abdominal. Durante la exploración Warren descubre que el paciente tiene sangre en el estómago, lo que le está causando los fuertes dolores y, si no actúan rápido, morirá. El problema está en que ni él ni su compañero son médicos adjuntos y no pueden realizar ninguna operación sin supervisión, pero no pueden perder más tiempo si quieren salvarle la vida. Olvidando los protocolos y las normas, Warren abre al paciente para detener el sangrado, momento en el que llega Webber.
Aunque logran llegar al quirófano y controlar la hemorragia, Richard no puede pasar por alto la imprudencia que acaba de cometer Warren. El marido de Bailey se escuda explicando que él fue médico anestesista tiempo atrás y que sabía lo que hacía por los años de experiencia que le avalan, sin embargo, Webber le recuerda que ahora es un simple residente y debe obedecer a sus superiores. Justo lo mismo piensa Bailey, que no puede creer que su marido haya cometido semejante estupidez y no tiene más remedio que sancionarle recordándole que en el trabajo las relaciones personales quedan a un segundo plano.