El nuevo episodio de 'The Walking Dead' se salda con: un aluvión de muertes, el nombre de Negan en la boca de todos y sin rastro de su presencia. Seguramente dejaran su incursión para la season finale otorgando un cliffhanger cargado de incógnitas para la siguiente temporada. Mientras tanto analizamos "The Same Boat", un episodio cargado de simbolismo y mucha emoción. ¿Te atreves a comentarlo con nosotros?
Carol muestra su lado débil
La acción de este capítulo comienza en el mismo instante donde lo dejamos en los anteriores minutos con Rick (Andrew Lincoln) & cía. recibiendo la noticia que lo cambiará todo: Carol y Maggie han sido secuestradas. En esta ocasión desde el punto de visa de los secuestradores a los que seguimos hasta una guarida donde las toman como rehenes.
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"The Same Boat" tiene como protagonistas a ellas, dos de los mejores personajes que hemos visto en 'The Walking Dead' a lo largo de su historia pero que están llegando a un punto sin retorno. La primera en mostrar una actitud muy diferente es Carol (Melissa McBride), la Tom Raider del grupo y ama de casa en sus ratos libres ha vivido un momento de desasosiego y debilidad durante su cautiverio.
Cuando empieza a hiperventilar muchos habrán pensado que se trataba de una treta para acabar con sus captores; en realidad era algo real. Carol empieza a contar los cadáveres que tiene en su espalda y se da cuenta de que no quiere matar, lo hace por necesidad no por gusto. Una cosa es matar zombis y otra acabar con la vida de seres humanos. Es algo que empieza a atormentarla, de ahí que la veamos agarrada siempre a un rosario.
El embarazo de Maggie
Una de las cosas que Carol ha dejado claro en estos episodios, es que hará lo que sea para proteger a Maggie (Lauren Cohan) y su niño no nacido. De hecho su embarazo se convierte en un tema recurrente para todos los allí presentes que no entienden algo así en medio de un apocalipsis zombie. No habrán buscado tener un bebe ahora pero si Judith ha sobrevivido, ¿por qué no él/ella?
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Hemos conocido (por poco tiempo) a los cuatro secuestradores que tienen a nuestras chicas: Molly la fumadora compulsiva, Donnie el chico que busca venganza después de que Carol le dispare, Chelle que empatiza con Maggie por una situación parecida del pasado y la mandamás Paula: antes fue secretaria, esposa y madre, y ahora hace lo que sea para sobrevivir.
Las cosas se ponen interesantes cuando comienzan a discutir sobre el método que deben seguir con ellas. Rick y Paula acuerdan un intercambio de Maggie y Carol por Primo (uno de los suyos), sin embargo nadie está de acuerdo si algo así debe producirse. Por eso piden refuerzos a los 'Salvadores' con la intención de dejarlas abandonadas a su suerte en ese lugar donde no hay nadie.
El intercambio no producido
'The Walking Dead' se vuelve más cruel que nunca cuando Maggie y Carol reaccionan y su instinto de supervivencia vuelve a florecer, al fin y al cabo es lo más importante. Irán deshaciéndose uno por uno de todos los secuestradores que caerán en sus trampas y se volverán inofensivos cuando están solos. Incluso el grupo de apoyo morirá abrasado como pollo a la parrilla en un maniobra perfectamente ideada.
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Vemos un cambio en "The Same Boat", las chicas antes fuertes y capaces de todo ahora tienen momentos de debilidad, instantes donde bajar la guardia y pensar en las consecuencias de sus actos. El mundo que les rodea les ha hecho ser unas asesinas pero ellas no quieren, no desean matar a otros seres humanos aunque saben que es una lucha para saber quién es el más fuerte.
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Cuando Maggie se reencuentra con Glenn (Steven Yeun) y el resto del grupo, ella dice una frase muy significativa: "no puedo más". El sufrimiento es tan grande que empiezan a replantearse muchas cosas, lo que ahora debemos preguntarnos es si esa 'debilidad' influirá de alguna manera a la hora de enfrentarse a Negan, uno de los villanos más sanguinarios de 'The Walking Dead'. ¿Qué os ha parecido a vosotros este capítulo?