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Curiosidad y corazón son dos elementos muy potentes que si se usan con inteligencia pueden convertirse en el gancho perfecto para un espectador que ya sabe lo suyo de misterios, de los años sesenta y de Kennedy.
Curiosidad por saber qué pasó realmente, por averiguar qué pequeños detalles llevaron a la muerte del presidente, y corazón por Harry Dunning (Leon Rippy), ese personaje cuya expresión de tristeza te hace sentir como pocas. Así, si estas al borde de las lágrimas en el primer minuto de '22.11.63', thriller producido por Hulu que aterriza en FOX España el próximo seis de abril, déjate llevar.Porque esa emoción, pudiendo convertirse en un accesorio de la gran trama conspiranoica nacida de una puerta del tiempo caprichosa y concisa como pocas, y de la mente de un fiel defensor del efecto mariposa, termina representando el sentimiento definitivo, la empatía más suprema, una congoja de esas que, sin lugar a dudas, empujan a creer en cualquier cosa que sugiera que el futuro podría ser mejor.
Total que Jake Epping, profesor al que da vida el actor James Franco, descolocado en lo más hondo con lo que ha vivido y ha visto vivir a través de los ojos de Dunning, se lanza a creer que lo que le dice su amigo de toda la vida es cierto, que ese armario del almacén lleva a un día concreto de los 60, una posibilidad que debe ser usada para prevenir el asesinato de Kennedy.
James Franco en '22.11.63'
El ambiente, propio de las series rodeadas de misterio, con una estética brillante y pulcra, y un aire a ficción que se toma en serio, quizá pueda ralentizar ese salto de fe que el espectador ha de dar en el momento en que Al Templeton (Chris Cooper) arroja la bomba sobre ese profesor de instituto que acepta sin pensárselo demasiado aquello del viaje temporal, pero frunce el ceño ante la tarea que le ha caído encima: evitar el asesinato del Presidente. Nada que no pueda dejarse atrás una vez la trama, basada en el libro homónimo del famoso escritor de novelas de terror y misterio Stephen King, vaya desenvolviéndose hasta lograr su objetivo: que quieras ver más.
Y es que escapar al indudable atractivo que supone zambullirse en esta misión detectivesca, peligrosa, histórica y magnética, es más que complicado una vez se supera la barrera del primer episodio, ese trámite ineludible en el que han de plantearse un aluvión de datos necesarios para todo lo demás. Después agradecerás ese arranque lento que se ha asegurado de perfilar una profundidad irresistible en el personaje de Franco, un hombre que, pese a ser consciente de lo difícil que es que algo cambie realmente, desde la medula, con honestidad y estabilidad; se lanza a la acción por amor: la motivación definitiva.
Un pasado que se resiste al cambio
El pasado se plantea como un combatiente dispuesto a plantar cara al personaje de Franco como el cuerpo se defiende de un indeseable virus, ese concepto no tan explotado y definitivamente más atractivo. Y es que la mayoría de las veces que alguien viaja en el tiempo la cosa consiste en ir medio de puntillas para no cambiar nada, como si el pasado estuviese ahí sentado, indefenso.
Nada que ver con los sesenta de '22.11.63', la década más peleona y arisca que jamás se haya visto, unos años imperturbables que saben que Jack no pertenece a ese tiempo y no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados mientras este cambia cosas, un ingrediente más que sorprendente que se asegurará de que el viaje se transforme en excitante una huida.
James Franco y Chris Cooper en '22.11.63'
Guiños sí, pero los justos
Muchas veces en este tipo de historias, la trama se queda atrapada en todas esas referencias destinadas a hacer que el espectador se sienta listo, cultureta o las dos cosas. No es el caso de '22.11.63', una serie que se detiene lo justo a la hora de arrancar sonrisas relacionadas con títulos de films o novelas, un pequeño detalle que se agradece, porque nada distrae del objetivo: ir descubriendo en los años previos a la tragedia, quién es el responsable y como acabar con él, incógnita más que interesante para la mitad de los espectadores.
¿Y la otra mitad? Esa otra mitad seguirá pensando hasta que punto conmueve la tragedia de Dunning queriendo llegar al final de aquella malograda noche de Halloween que marcó la vida de este personaje y poniéndose absolutamente en la piel de Jack, un personaje que se ve atrapado en su sentir por los que le rodean, un impulso de protección hacia aquellos que quiere, que se lo pondrá muy difícil a la hora de velar por el futuro de los Estados Unidos.