Bertín durante un acto de 'Mellizos'
TVE está ante la posibilidad de renovarse o morir, de hacer bueno el proverbio chino de que "cuando una puerta se cierra, mil ventanas se abren". La salida de Bertín ha supuesto un ciclón de noticias y especulaciones que han ido circulando día tras día por las distintas redacciones del país hasta llegar a los televisores de todos los hogares y hacerse tangible en las páginas de los periódicos que acompañan los churros de todas las cafeterías. La palabra "Osborne" jamás fue pronunciada tantas veces por minuto en el territorio español, desde la caseta de campo más humilde en la profunda meseta, hasta el despacho más esnob de las Cuatro Torres Business Area de la urbe madrileña.Es momento para reflexionar en la cadena pública y echar la vista atrás para darse cuenta de que el "fenómeno Bertín" tiene solo seis meses de edad. Es un fenómeno de masas, un éxito inesperado, sobre todo para sus detractores. Ahora bien, seis meses de rotundo éxito no supone pasar a la inmortalidad de la memoria colectiva, no tiene la carga necesaria para quedarse grabada en la retina de los españoles durante los años venideros, no pesa suficiente, y como diría Ortega y Gasset: "lo que no pesa, el viento del azar lo trae y lo lleva, lo que hoy es anti-lo-de-ayer, mañana puede, sin más, volverse anti-lo-de-hoy". Por eso RTVE tiene ahora la pelota en su tejado. Una oportunidad de dar una vuelta de ciento ochenta grados al "caso Bertín".
Es momento de apostar por la producción propia
Mientras 'Comando actualidad' ocupa temporalmente el espacio dejado por Bertín a la espera de la nueva edición de 'MasterChef', TVE tiene margen de maniobra suficiente para demostrar que la plantilla más grande de la televisión en España, unos 6.270 trabajadores, puede hacer contenidos de calidad y además competir contra Atresmedia y Mediaset sin necesidad de realizar encargos a productoras externas.
No tiene mucho sentido que a una televisión que se le tacha de tener "una estructura gigantesca e insostenible", como calificó el recientemente dimitido exdirector de TVE, José Ramón Díez, continúe aumentando los números rojos de la cadena pública con encargos a productoras externas.
El equipo de profesionales de TVE tiene la ocasión de desmentir a su anterior director, y negar que "el talento no puede estar en la plantilla" de la cadena estatal. Una plantilla tan grande y tan cuestionada no puede estar produciendo tan sólo el 33% de contenidos con personal de la casa. Es momento de dejar de "alimentar a productoras amigas", como se denunció desde el sindicato UGT, afín al PSOE.
Sede de RTVE en Madrid
El mundo no se acaba sin Osborne
Es cierto que Bertín tiene muchas virtudes para la gran pantalla que TVE puede echar de menos; tiene un estilo informal, sabe escuchar, es políticamente incorrecto y natural al mismo tiempo y, además, ha conseguido convertir un programa de entrevistas en casi un reality de Osborne y sus amigos. El cantante ha sabido acercar a los hogares más humildes la vida de la Jet set española. Mostrar la cara más cotidiana de los famosos humaniza, y Bertín se mueve con pericia y destreza en ese terreno.
Sin embargo, Osborne también tiene defectos: es un entrevistador con un registro muy concreto, no tan amplio como otros profesionales. Cuesta imaginarse a Bertín entrevistando con éxito a Robe Iniesta, Albert Pla, Arturo Pérez-Reverte o a Ángel Martín por poner solo algunos ejemplos. Su exceso de campechanía es un arma de doble filo.
La cadena pública puede buscar un sustituto de un perfil bertinesco, del mismo corte, como podría ser Juan y Medio, Mariló Montero, o Carlos Herrera. Una apuesta que tendría que pelear muy duro contra el original Bertín, denominación de origen Osborne.
Otra opción sería explorar un perfil más heterodoxo, con más puntos de vista y un mayor background que Bertín, alejado de la farándula española más clásica. Jesús Quintero, presentador de 'El loco de la colina' o Juan José Millas, escritor y periodista de El País, serían alternativas antagónicas al campechano presentador.
Carlos Herrera y Jesús Quintero
Los "Bertiners" y la actualidad
Una de las grandes ventajas para Telecinco de incorporar a Bertín a su plantilla es el inminente trasvase de seguidores incondicionales de Osborne a la cadena de Paolo Vasile. Una apuesta que contará con una legión de fans de Bertín que no faltarán a su cita habitual con el cantante.
Bertín Osborne en la finca que Fran Rivera tiene en Ronda (Málaga)
Telecinco, una cadena a la medida de Osborne
En 'Sálvame diario' y 'El programa de Ana Rosa' se deben de estar frotando las manos ante la llegada de Bertín. El "reality" del cantante servirá para potenciar los contenidos de actualidad informativa y del corazón gracias al presentador. Una ventaja que estirarán como un chicle. También sería curioso ver como gran parte de sus "enemigos" televisivos que tanto le criticaron en su momento se convierten de repente en sus grandes valedores y defensores.
Bertín cuenta con un público bastante fiel, a juzgar por los datos cosechados en esta última etapa en La 1, unos espectadores que casan a la perfección con el público base de Telecinco, una combinación que puede llevar a 'Mi casa es la tuya' a acrecentar su ya considerable éxito. ¿A qué renuncia Telecinco con esta nueva adquisición? Todo parece indicar que a la ficción. Con tres noches dedicadas al reality de turno, el prime time de 'Sálvame deluxe' y el talent en emisión, a la cadena principal de Mediaset solo le quedarían libres dos noches a la semana, una para una ficción y otra para el programa de Bertín. La ficción nacional es un género muy importante al que Telecinco no debe renunciar, pues genera identidad, por lo que habrá que esperar a ver cómo encaja este nuevo programa en su parrilla. Quizá la solución sea recortar las horas al reality, una decisión que iría en contra de la rentabilidad que Vasile lleva por bandera.
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Por último, habrá que ver cómo afecta esto al clan Campos, pues María Teresa y Terelu Campos trabajaban en un programa de corte similar al que ahora desembarcará en la cadena, por lo que todo parece indicar que se quedará solo en eso, un proyecto más sobre la mesa de Mediaset de los que nunca llegan a ver la luz.