Serie relacionada
Popularidad: #158 de 3.524
- 31
- 5
La semana pasada en 'Bates Motel' parecían complicarse las cosas para Norma después de que su hijo Norman confesara al doctor del psiquiátrico que su madre está loca y que podría estar asesinando a gente. Asegurando que pondría a la policía al tanto de su información, el médico nos hace presagiar lo peor si logran descubrir todas las muertes de las mujeres a las que Norman asesinó. Lo peor que podría pasar es que culparan a Norma de los actos de su hijo, quedando éste en libertad. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos y veamos cómo ha sido este nuevo episodio.
En concreto, en este cuarto capítulo de la cuarta temporada de 'Bates Motel', titulado "Lights of Winter", Norman está convencido de que muy pronto va a salir del psiquiátrico, aunque intentará avisar a su hermano Dylan de los supuestos problemas que se avecinan. Mientras tanto, ajena a las confesiones de su hijo, Norma prosigue con su matrimonio por conveniencia con el sheriff Romero, una unión por la que lucharán para que parezca totalmente real de cara al público. Además, Romero recibirá una llamada que le pondrá en alerta sobre el dinero de Bob Paris.Escapar de lo inevitable
Norman ha pasado otra noche más encerrado en su habitación como cualquiera de los residentes del psiquiátrico, además, debe tomar la medicación recetada por su doctor y, aunque en un principio rechaza las pastillas, sabiendo que no podrá salir en todo el día si no cumple, acaba tomándoselas y vomitándolas una vez que el enfermero se ha marchado. Con total libertad para andar por el centro, Norman busca la manera de realizar una llamada privada. Con ayuda de Julian, Norman encuentra un teléfono del personal y aprovecha para telefonear a su hermano Dylan.
Desesperado, Norman le pide a Dylan que vaya junto a su madre porque todo se ha estropeado y la policía detendrá a Norma porque todos los secretos han quedado al descubierto. Sin embargo, su hermano sólo cree que Norman está alterado y le pide hablar con su médico. Viendo que Dylan no le va a ser de ayuda porque piensa igual que todos, que el problema lo tiene él, decide darle la razón y explicarle que todo está bien y que sólo está un poco nervioso. A pesar de todo, Norman está convencido de que ese mismo día va a salir del psiquiátrico.
Viendo que la actitud de Norman es de un pasotismo desbordante ya que piensa que tiene un pie fuera, el doctor decide hablar con él y ponerle en conocimiento de que la policía está investigando todo lo que le contó pero que, de momento, va a tener que seguir ingresado en el centro hasta que todo se aclare. Cansado de todos, Norman intenta salir por sus propios medios pero se encuentra con las fuertes medidas de seguridad del centro. Una vez más, Julian decide ayudarle y contarle su próximo plan para escapar. Finalmente logran su objetivo y una vez en el exterior paran un coche que les lleva hasta un local nocturno.
Mientras Julian se mete en un reservado con una de las chicas, Norman se queda solo observando el espectáculo, hasta que otra de las bailarinas le dirige hasta un sitio más discreto y apartado. En ese momento, Norman vuelve a sufrir uno de sus brotes psicóticos que le hace creer que es su madre y empieza a hablar como si fuera Norma, instante en el que se produce un altercado en el que Norman se ve involucrado por culpa de Julian y ambos muchachos reciben una paliza, un mal menor que, seguramente, ha evitado un nuevo asesinato.
Finalmente, la policía acude al lugar y el médico de Norman se presenta también en el club. Tras explicarle a Norman que no debe fiarse de Julian porque siempre realiza ese tipo de actos en busca de llamar la atención, Norman le confiesa que no sabe si está loco o no pero lo que sí reconoce es que está cansado y asustado y, entre sollozos, le pide al doctor que le ayude. De momento, Norman todavía tiene momentos de lucidez en los que vuelve a ser un chico normal de dieciocho años, pero mucho nos tememos que dentro de poco los brotes psicóticos que sufren pasarán a ser un estado permanente.
Aparentar normalidad y dejarse llevar
Mientras tanto, Norma y Romero siguen intentado que su matrimonio parezca real. A pesar de que se dejaron llevar por la pasión y que, en el fondo, ambos tienen sentimientos hacia el otro, parece que se niegan a reconocer lo que es más que evidente: que sienten atracción y que se quieren. Continuando con sus planes, el sheriff propone crear una cuenta bancaria conjunta, lo que a la vista de los demás será lo más normal y les hará parecer una pareja, propuesta que es aceptada de buen grado por su esposa.
Por su parte, Dylan continúa viendo a Emma cada día y preocupándose de que la joven siga viento en popa con su recuperación tras el transplante. La relación entre ambos es más que agradable, aunque Emma le confiesa que va a mudarse a Seattle donde hay un hospital especializado en casos como el suyo y, además, podría aprovechar para ir a la universidad, uno de sus deseos. Dylan recibe la noticia un tanto apesadumbrado porque ya se había hecho otras ideas sobre su futuro y en sus planes entraba la chica. No obstante, Emma le sorprende pidiéndole que le acompañe, a lo que Dylan responde que si es lo que quiere, él irá con ella -al fin del mundo si hiciera falta-.
Por otro lado, Rebecca, la directora del banco del pueblo, se pone de nuevo en contacto con el sheriff Romero. Tras acudir a su encuentro, la mujer le pregunta de forma directa si ha matado a Bob Paris y le explica que hay una caja de seguridad con 3 millones de dólares que Paris no ha reclamado y cree que Romero tiene la llave que abre la caja, por lo que le propone coger el dinero y repartirlo entre los dos. Como era de esperar, Romero niega cualquier vinculación y se marcha de regreso a su despacho, donde recibe una llamada de su superior advirtiéndole de que sospechan que Paris estuvo blanqueando dinero en el banco del pueblo y le avisan de que van a investigar a Rebecca Hamilton.
A pesar del gran problema que se le viene encima si logran encontrar pruebas de las ilegalidades cometidas por Bob Paris, Romero tienen que continuar con sus labores como sheriff y acudir a la fiesta que organizan en el pueblo. Aunque en un principio rechazó la invitación de acompañarle, finalmente Norma se presenta por sorpresa en la fiesta de invierno, disfrutando de todas las lucecitas y los puestecitos. Mientras el sheriff atiende sus responsabilidades, Rebecca aprovecha para presentarse ante Norma, un encuentro que Romero corta por lo sano para seguir disfrutando de la noche con su mujer.
De regreso a casa descubren que todo está revuelto como si alguien hubiera entrado a robar o como su alguien hubiera registrado todas las pertenencias en busca de algo en concreto, una acción que sorprende y deja preocupada a Norma, que no entiende quién ha podido hacer algo así. Sin embargo, Romero conoce los motivos del registro y tiene sus sospechas que recaen directamente sobre Rebecca y su interés por encontrar la llave que abre la caja de Bob Paris, llave que se encuentra guardada entre el dinero que Romero tiene escondido en el sótano de la casa.