Crítica: 'Shades of Blue', Jennifer López se rodea de una corrupción e intriga magnéticas

Harlee nunca tuvo elección. El personaje al que da vida Jennifer Lopez en el nuevo thriller de NBC, 'Shades of Blue', lleva sus razones tan pegadas al corazón que los sobornos se comprenden y justifican desde el minuto uno. Todo por Cristina, una adolescente de brillante futuro que no tiene ni idea de lo que llegaría a hacer su madre por ella. El amor más universal, visceral y poderoso mueve a esta agente de policía neoyorquina que hipotecó su alma para ser libre y proteger sobre todas las cosas a su pequeña.

Allí, para atar en corto a esta madre coraje y disfrazar de lealtad un vínculo tóxico y peligroso, se encontraba Matt Wozniak, comisario jefe que, con veinticinco años de servicio a sus espaldas, gobierna una intrincada red de acuerdos velados y prácticas ilegales a los que nadie puede escapar.

Para este personaje interpretado por Ray Liotta, familia y confianza se traducen en una única fuerza mucho más duradera y útil: poder. Poder sobre todos los miembros de un equipo que no parecen ser conscientes de que sus decisiones vitales nacerán siempre coaccionadas por la larga mano de un teniente que se llevaría a las mil maravillas con el capo de la mafia más temido.

Fortaleza y decisión

La estrella de este drama policial que podremos ver en Calle 13 a partir del 7 de abril, es una mujer cuya fuerza, nacida de un instinto protector lleno de fiereza y determinación, no parece entender de restricciones. Da igual que la presión sea imposible. Jennifer Lopez construye un personaje atractivo cuya lucha se agarra de manera inevitable a la curiosidad de un espectador que siente con Harlee, teme por ella y se enreda en esta historia magnética desde el minuto uno.

Las cartas de esta mujer que lo puede todo parecen estar completamente al descubierto. Harlee comienza su andadura en la serie en el centro mismo de la red, sin escapatoria alguna y haciendo las veces de mosca y araña, un tira y afloja complicado cuya intriga se basa en el misterio que rodea a su jefe, dueño y señor, Woz.

Más que un policía corrupto

El jefe de policía brillantemente construido por Liotta jamás deja entrever lo que pasa por su mente ni descubre el más mínimo rincón de su alma, algo que llena de incógnitas la complicada relación que mantiene con Harlee. Un vínculo potente y lleno de aristas que esconde el mayor atractivo de una serie que gana sobremanera gracias al carismático personaje construido por el mítico Henry Hill de 'Uno de los nuestros'.

Woz sospecha, confía, vuelve a sospechar, acusa, recula, acecha... En definitiva protagoniza un baile incesante que mantiene más que alerta al personaje de Lopez y a una audiencia que siempre querrá saber más, gracias a esa sutileza con la que Liotta maneja unos hilos que prometen giros sorprendentes e inesperados.

Jlo por encima de todas las cosas

De momento 'Shades of Blue' peca de un abuso de su estrella. López no lo hace nada mal, manteniendo esa postura que proclama "vivo sumida en una situación imposible" a cada paso que da Harlee, esta carismática policía cuya evolución, hacia una posición menos vulnerable, se antoja digna de ver.

Eso sí, el resto de personajes, aunque interesantes, parece que tienen que pugnar por un minuto de protagonismo al lado de esta fuerza irrefrenable que parece materializarse en Lopez, no dejando aire para unos secundarios de los que nos morimos por saber más. ¿Lo bueno? Si nos subimos a este drama de dilemas morales e intrigas policiales tendremos tiempo de descubrir mucho más gracias a esa segunda temporada que NBC ya ha concedido al show.