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La semana pasada en 'Anatomía de Grey' vimos cómo alguna de las relaciones de pareja de nuestros doctores, que intentan compaginar su vida laboral con la amorosa, comenzaba a desquebrajarse. Sin embargo, lo que más nos sorprendía era la llegada de Catherine con una única intención: ayudar a su hijo por encima de todas las cosas. De esta manera, la madre de Jackson confesaba tener las pruebas para poder demandar legalmente a April y evitar que se quede con ese futuro hijo. ¿Aceptará Jackson la propuesta de su madre? ¿Perderá April la custodia de ese niño que tanto desea?
En el decimoséptimo capítulo de duodécima temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "I Wear the Face", Meredith tendrá que lidiar con un nuevo enfrentamiento entre Owen y Riggs. Además, los residentes competirán para conseguir una importante y prestigiosa beca. Asimismo, un paciente con un don para tocar la guitarra será sometido a una operación para intentar salvar su carrera musical. Por su parte, Catherine continuará entrometiéndose en los problemas de Jackson y April. Veamos al detalle cómo ha sido este episodio.
Una batalla imparable
Tras contarle a su hijo su magnífico y cruel plan, Catherine le ha confesado a su marido sus intenciones para ayudar a Jackson. Webber no logra comprender la actitud de su esposa y le reprocha que se haya entrometido en unos asuntos de pareja que no le competen. A pesar de las quejas de Richard, Catherine sigue en sus trece y quiere demandar a April por fraude, por no haber declarado antes de firmar los papeles del divorcio que estaba embarazada. Por su parte, Jackson no está del todo convencido con la idea de su madre y todavía no ha movido ficha, lo que significa que le sigue importando April más de lo que pensaba.
Ajena a los planes de la familia Avery, April continúa su rutina diaria en el hospital hasta que escucha sin querer a Webber y Catherine hablando de una demanda hacia ella. Sorprendida, April agudiza el oído y consigue entender que, si Jackson demuestra el fraude, podría quedarse con la custodia del niño. Al mismo tiempo, Catherine le explica a su marido el motivo por el que ha decidido iniciar esta guerra, razón que radica en el pasado, cuando se divorció del padre de Jackson y éste intentó llevárselo y ella luchó hasta conseguir tener a su niño a su lado. Le costó mucho esfuerzo y dolor y no piensa permitir que Jackson pase por lo mismo y le impidan ver crecer a su hijo.
Desesperada, April acaba contando a Arizona todo lo que ha escuchado. Robbins intenta tranquilizarla sin dejar de recordarle que siempre va a tener su mano amiga para ayudarle en lo que sea menester. No obstante, April parece tener claro cuál va a ser su siguiente paso. Mientras tanto, Jackson se desahoga con Warren y le explica que, a pesar de la insistencia de Catherine, ha elegido no hacer daño a la madre de su futuro hijo, momento en el que le llega una orden de alejamiento. Al llegar a casa, April descubre una cuna en su apartamento, un regalo de parte de Jackson con una nota en la que relata que no va a hacerle daño, instante en el que April se percata del gran error que acaba de cometer.
De nuevo volvemos a tener una guerra abierta entre esta pareja. Cuando parecía que Jackson estaba dispuesto a perdonar a April y ella decidida a hacer partícipe a Avery de su próxima paternidad, las cosas vuelven a torcerse y, esta vez, parece que la solución va a ser mucho más complicada y no va a servir un simple perdón. Lo peor de todo es que, tras el último movimiento de April, Jackson podría cambiar de opinión y unirse al plan de su madre para luchar por la custodia legal de bebé, iniciando una batalla imposible de frenar sin que, por lo menos, uno de los dos acabe mal. ¿Qué sucederá ahora entre April y Jackson? ¿Tendrá fin esta historia algún día?
Una oportunidad que no se puede dejar escapar
Menos mal que las cosas entre los residentes están mucho más calmadas y Jo, Edwards y Penny parecen haber unido fuerzas y llevarse estupendamente. Tanto es así que las chicas preparan la solicitud para la prestigiosa beca Preminger Grant, todas excepto Penny, que no quiere porque acaba de llegar, le ha costado mucho que todos le acepten, adaptarse al hospital y hacer amigos. Además, si le concedieran la beca tendría que marcharse lejos durante mínimo un año, sin embargo, Callie le anima a que presente su solicitud si es lo que desea.
Mientras tanto, Amelia requiere de la ayuda de Penny y Edwards para tratar los temblores en una mano que padece un paciente, que resulta ser un guitarrista con un futuro prometedor. Nada más conocer a Edwards, el hombre comienza a fijarse en ella y a lanzar comentarios provocativos para llamar su atención. Durante la intervención, el paciente estará despierto para que pueda tocar la guitarra al mismo tiempo y así averiguar dónde se encuentra la parte afectada del cerebro que provoca los temblores. A pesar de un pequeño percance la operación resulta ser todo un éxito.
Después de comprobar que Penny se está ganando todo el respeto de Amelia, Sthephanie aprovecha un momento con Jo para hablar mal de Penny, todo sin saber que ella está detrás. Rápidamente Penny busca a Torres para desahogarse y, tras liberar la tensión, decide tomar una decisión. Finalmente, Edwards se disculpa y hacen las paces hasta que Jo aparece diciendo que Penny ha enviado la solicitud para la beca Preminger Grant sin decirles nada. Pero no queda ahí la cosa, todos los adjuntos han respaldado su candidatura y Bailey ha elegido a Penny para que disfrute de la recompensa.
La verdad siempre por delante
Jennifer, una chica de catorce años acude sola al hospital quejándose de fuertes dolores en el abdomen. Sin poder ocultarlo, acaba confesando que está embarazada, que su madre no sabe nada al respecto y que todavía no ha visitado ningún médico. Perpleja, April no tiene otro remedio que avisar a Arizona para que le ayude en el caso. Por si fueran pocos los problemas de la joven, su madre se presenta en el hospital porque ha rastreado su teléfono móvil y ha descubierto que estaba en el centro médico en lugar de en el instituto. Como era de esperar, Jennifer no quiere que su madre sepa nada del embarazo porque no lo entendería y le reprocharía el gran error que ha cometido.
Sin mencionar nada del embarazo, April y Arizona se llevan a la paciente al escáner, que muestra que la joven tiene un aneurisma que podría provocar la muerte del bebé y de la madre. Aunque Warren y April quieren decírselo a la madre de Jennifer, Robbins se niega, lo que ocasiona un nuevo enfrentamiento entre April y Arizona, sobre todo después del problema que tuvieron con el secreto de April. A pesar de la gravedad del asunto, la joven quiere esperar a que se solucione solo y seguir ocultando su embarazo. Saltándose la voluntad de la paciente, April le cuenta a su madre que está embarazada y, al final, no tienen más remedio que operarle de urgencias.
Gracias a la rapidez con la que han actuado, finalmente todo sale bien y Jennifer podrá seguir adelante con el embarazo. Su madre, lejos de seguir enojada, muestra un cambio radical de actitud preocupándose por su hija y su futuro nieto pero, sobre todo, por hacerle saber que siempre tiene que contarle las cosas cuando esté en problemas porque siempre la tendrá a ella a su lado, pase lo que pase. Además, la decisión que ha tomado April le ha hecho darse cuenta de que, quizás, Arizona no hizo del todo mal contándole a Jackson que estaba embarazada, no obstante, todavía le costará perdonarle del todo.
Por otra parte, Meredith, Owen y Riggs van a recoger unos órganos para un transplante. Por culpa de un atasco pierden una hora de tiempo y al llegar el corazón y el hígado ya no sirven y tienen que regresar al Grey-Sloan Memoria Hospital con las manos vacías. Este fracaso enoja a Owen que, además, ha vuelto a discutir con Riggs después de que éste confesara que le ofreció una copa a Amelia, aunque sin saber que era alcohólica. Al llegar al hospital, Hunt le explica a Meredith que la historia que Riggs le contó es mentira, él no intentó impedir a Megan subir al helicóptero porque no estaba con ella, estaba viéndose con otra mujer y Megan lo sabía, motivo por el que quiso montar en ese helicóptero y alejarse de Riggs.
Tras esta confesión de Owen las cosas cambian por completo. Hasta ahora Riggs parecía inocente y una víctima de la obsesión de Hunt por querer culparle por el accidente de helicóptero que nadie pudo evitar. Pero si la historia narrada por Owen es la verdadera, ahora Riggs ha quedado como un mentiroso también delante de Meredith y todos acabarán enterándose. Si alguna vez habíamos imaginado o pensando que podrían hacer las paces, ahora casi podemos afirmar que eso es misión imposible y, además, lo más probable es que el resto de compañeros del hospital se posicione del lado de Owen. ¿Aguantará Riggs la presión de saber que todos le ven como el malo de la película?
