Meritxell Martorell: "Se me cayeron muchos prejuicios con '21 días'. Es como un máster en periodismo y cultura"

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En cambio, pese a la ilusión, Meritxell reconoce "no haberse planteado nunca salir en televisión", pero este programa es un caramelo por el que merece dar el paso. "Es un programa interesantísimo. El hecho de ser conocida viene con el pack, pero no es lo que me hace ilusión", afirma descartando sentirse interesada por la fama que pueda conseguir a través de este espacio.

"Estoy preparadísima para las críticas", comenta divertida Martorell, "pero también para los aplausos", porque aportará su estilo propio a '21 días', el que ella misma define como "aire juvenil, fresco...un toque impulsivo". Preguntada sobre algo que le haya sorprendido, lo tiene claro: "Que el programa se grabe de verdad en 21 días, pensaba que serían menos", unos días que a ella le han "aportado muchísimo pese a no tener casi tiempo de digerir cómo te cambia".

- ¿Cómo afrontas este reto?

Esto ya está casa solucionado, pues ya tenemos cuatro programas grabados. El reto vino antes, cuando me lo propusieron. Al principio con mucha ilusión, muchas ganas, miedo... porque no sabes en qué situaciones te vas a ver, ni si vas a vivirlas o contarlas como se merece.

- ¿Cómo es ser el rostro de un programa con tanto recorrido?

Nunca me llegue a plantear el hecho de salir en la tele, o nunca quise ser una cara conocida. Me presenté a este programa porque me parece interesantísimo, y eso es lo que quería. El hecho de ser conocida viene con el pack, pero no es lo que me hace ilusión. Lo que quería era tener la oportunidad de vivir estas experiencias y poder comunicarlas.

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- ¿Estás preparada para las comparaciones con Adela y con Samanta?

Estoy preparadísima para ello. Es lógico que te comparen, pero no tengo miedo a las críticas. Lógicamente va a haber gente a la que le guste y a la que no, es lo normal, por lo que estoy preparada para lo que venga. Preparada para recibir críticas pero aplausos también (risas).

- ¿Qué crees que vas a aportar tú al formato?

Algo que tiene este formato es que permite que la reportera sea quien es. Ninguna de las tres hemos fingido ningún papel. Somos tres chicas muy sencillas, naturales... cada una con su estilo, y es lo que aporta cada persona, su personalidad. Soy una chica muy impulsiva, con un aire muy juvenil, muy fresco, y creo que será eso lo que voy a aportar, ese será mi toque.

- Y al revés, ¿qué te ha aportado a ti este formato?

Es una experiencia muy intensa. Muchas experiencias y muy seguidas. Tienes poco tiempo además para digerirlas y darte cuenta de cómo has podido crecer o cambiar con todo esto. Pero sí, te cambia, te sorprendes a ti misma de hasta dónde eres capaz de llegar. Pero sobre todo aprendes muchísimo, es como hacer un máster en periodismo y en cultura en general. Aprendes muchas cosas y en muy poco tiempo.

- ¿Hay algo que te haya sorprendido al ver el programa por dentro?

Si te soy sincera yo creía antes de empezar que seguramente, al ser tele, serían 15 o 17 días, nada de 21, pero es real. Mucha gente lo pregunta, pero te aseguro que son 21 días exactos, siempre. O incluso ha habido algún rodaje que se ha alargado un poco más. En uno estuvimos durante 23 días, pero porque estuve un poco mala y tuvimos que alargarlo.

- ¿Cómo van a ser estos cuatro programas?

Son temas muy diferentes todos. El primero está dedicado a la prostitución. Fue mi primer programa y fue muy duro. El segundo fue ayahuasca, la droga; el tercero con los refugiados; y el cuarto con judíos ultraortodoxos.

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- ¿Cuál te ha costado más y por qué?

El primero, porque siempre cuesta y más, y encima fue un tema comprometido y delicado. Luego el de refugiados, que también me afectó mucho psicológicamente porque tienes que estar muy preparado para lo que allí vas a ver.

- Y al contrario... ¿cuál ha sido el que más has disfrutado?

Los he disfrutado mucho todos, de diferente forma. Cada uno te aporta algo distinto, pero el que más me ha marcado ha sido el de los refugiados. Pero cada programa te aporta algo, el de los judíos me pareció superinteresante por ejemplo. No me imaginaba que pudieran vivir así, especialmente porque en la última parte estuvimos en Guatemala en una comunidad de judíos ultraortodoxos que viven en unas condiciones infraumanas casi. Los niños no iban a la escuela, se pasaban el día rezando, yo tuve que ir todo el día con un burka... entonces claro, me impresionó mucho.

- No es lo mismo vivir 21 días en un club de alterne que pasarlos tomando una droga. ¿Cómo afrontas los diferentes enfoques del programa en función del tema a tratar?

Cada uno pone sus límites, somos las reporteras quienes decimos donde está el límite. Pero sí te pones en situaciones donde no te encuentras cómoda. En concreto en el de la prostitución sí bailo en una barra de poll dance y fue una situación superincómoda, con todos los tíos mirándote. Jamás me había planteado hacer algo así, por lo que es muy raro y difícil. También hice, por ejemplo, body sushi. Las chicas lo suelen hacer desnuda, pero yo hice esa parte en bikini con los clientes comiendo sobre mi cuerpo, una situación un poco fuerte.

- En ese caso entonces relatas lo que allí se vive o acontece, pero no es que vivas en primera persona la prostitución...

El programa no es '21 días en el mundo de la prostitución', sino '21 días viviendo en un club de alterne'. El asunto es vivir en un prostíbulo, no ejercer, precisamente para no engañar al público. Lógicamente, como el público entenderá, no me voy a prostituir, pero sí voy a vivir desde dentro el mundo de la prostitución. La experiencia de conocer a las chicas, ver todo lo que allí sucede es ya suficientemente fuerte.

- ¿En qué ha cambiado tus visión de estos temas tras tu paso por el programa?

Se te van muchísimos prejuicios, abres mucho la cabeza, empatizas con personas totalmente distintas. Gracias al programa llegas a entender cosas que de otro modo no harías. Sigo creyendo que los judíos ultraortodoxos son extremadamente radicales, pero hay momentos o conversaciones en los que ves que al final todo ser humano tiene muchas cosas en común, por más diferentes que sean nuestras creencias o estilos de vida, tenemos muchas cosas que nos unen. Se me cayeron muchos prejuicios con este programa.

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- Prostitución y refugiados son dos asuntos de mucha actualidad que generan gran debate social. Habiéndolos vivido en primera persona, ¿qué medidas crees que ayudarían a poner solución a estos problemas?

En el tema de los refugiados creo que todos estaremos de acuerdo en que no se trata de un tema de refugiados, sino de una crisis de valores, una crisis de humanidad. Luego el tema de la prostitución es un tema que requiere un debate muy profundo, pero sí que es verdad que hay algunas chicas que reconocen que han elegido este camino. Pero al convivir con ellas ves que muchas veces se levantan y necesitan consumir droga, se ponen a llorar y abren su corazoncito y ves hasta qué punto es cierto que lo han elegido.... es muy complicado.

- ¿Hay algún tema que te hubiese gustado hacer y no hayas podido?

No, la verdad es que de momento estoy muy contenta con los temas que me ha tocado hacer. No hay ninguno por ahora que haya planteado y no haya salido adelante.

- ¿No hay ninguno entonces que te hayan propuesto y no te atrevieras por algún motivo?

De momento no, pero tengo total libertad, como te digo, de decir que no si creo que es un asunto que traspase mis límites. Si alguno no me gusta creo que tanto por parte de la productora como de la cadena no habría ningún problema.

- ¿Y hay alguno que, a priori, no harías?

Como hablábamos antes, si me pidieran hacer '21 días ejerciendo la prostitución' me negaría, es algo por lo que no pasaría.

- ¿Cuáles son las 3 claves por las que el público no puede perderse el estreno el viernes 14 de abril?

Son temas de mucha actualidad, como el de refugiados; porque son temas muy cañeros; y porque el público se lo va a pasar muy bien con el programa.