"Muchos habéis intentado contactar conmigo durante semanas, sin éxito, pero hay veces que la vida se vuelve del revés y hay que hacerle frente; en mi caso, he tenido la gran suerte de estar acompañada por la gente que me quiere y que no se ha separado de mí ni un minuto". Así comienza Adriana Abenia una nueva etapa en su vida, estrenando blog, y confesando uno de los episodios más tristes de su existencia.
En el primer post de su nuevo bitácoras, la presentadora desvela el motivo por el que ha estado ausente recientemente durante varias semanas: una intervención de urgencia para eliminar un tumor que se había instalado en su cuello, que empujaba su tráquea y estuvo a punto de dejarla sin voz. Tras pasar por el quirófano para someterse a una operación para eliminar este quiste, la exreportera de 'Sálvame' comparte su experiencia con la felicidad de haber recuperado la capacidad de hablar y su optimismo.Adriana Abenia pasa por el quirófano para someterse a una operación para eliminar un tumor de su cuello
Abenia: "Hasta hace poco tenía la sensación de ser invencible"
Con la sinceridad que la caracteriza, y con un bonito texto, Adriana Abenia se despide de "un intruso" que podría haberle causado más de un dolor de cabeza. Por suerte, no fue así y la presentadora se encuentra ahora mismo recuperándose de una operación que podría haberle costado la voz.
"Hasta hace poco tenía la sensación de ser invencible", relata Abenia, "pero me me vi obligada a cruzar el pasado marzo las puertas del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, muy temprano y en tiempo récord". "Había perdido mi voz y nadie me aseguraba al 100% que volviera a recuperarla. Me sentía como un futbolista que sufre una lesión grave y duda de si volverá a pisar el césped, completamente desolada", cuenta la periodista que vivió durante varios días con la incertidumbre de si volvería a recuperar lo que es para ella uno de sus instrumentos de trabajo.
Finalmente, la historia ha acabado con un final feliz y la presentadora maña se recupera de su paso por el quirófano con una sonrisa y con más ganas de vivir y gritar al mundo que nunca, tal y como ella misma relata.