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Esta semana en 'Anatomía de Grey' tenemos evento especial de dos horas, es decir, emisión conjunta de los capítulos dieciocho y diecinueve de la duodécima temporada. No obstante, vamos a ir por partes para poder desgranar todo lo ocurrido en ambos episodios, acontecimientos que podrían cambiar el futuro de algunos de nuestros protagonistas.
En el primero de ellos, el decimoctavo capítulo de la duodécima temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "There's a Fine, Fine Line", la desaparición de un niño en el hospital provocará el cierre inmediato del centro, lo que ocasionará consecuencias inesperadas. Como jefa de cirugía, Bailey tendrá que lidiar con las repercusiones y tomar decisiones muy complicadas. Veamos al detalle cómo ha sido este episodio.Código rosa
Un niño ha desaparecido y Karev quiere que Bailey active el código rosa, un protocolo que cierra todas las puertas del hospital, bloquea ascensores e impide la salida o entrada. El pequeño está enfermo y cree que es el padre el que le ha raptado, por mucho que el jefe de seguridad insista en que estará escondido por las instalaciones del centro. Karev logra convencer a Bailey, que pide inmediatamente que comience el protocolo de confinamiento. Nada más comenzar la búsqueda, Karev encuentra al pequeño agazapado tras las escaleras principales, quedando todo en una falsa alarma.
Problema resuelto solo queda hacer que todo vuelva a la normalidad, sin embargo, las cosas vuelven a complicarse cuando Bailey recibe un aviso urgente de su marido, que pide auxilio porque ha tenido que realizar una intervención de urgencia para ayudar a una madre a dar a luz. Con ayuda de un 'flashback' descubrimos que la mujer se trata de una paciente que ingresó en el hospital tras un accidente de tráfico horas antes de activar el código rosa, una paciente que, aparentemente, estaba estable y no corría ningún riesgo.
Mientras tanto, el niño confiesa que tuvo miedo por la operación a la que le van a someter y por eso intentó esconderse. Tras unas palabras tranquilizadoras por parte de Karev, el médico sale corriendo al ver a Warren por el pasillo con un bebé recién nacido en brazos. Sin perder más tiempo, Álex intenta tratar al pequeño, pero Warren no es capaz de proporcionarle información acerca del bebé porque desconoce las circunstancias en las que se encontraba, ya que tuvo que hacer una cesárea de urgencias en medio del pasillo y sin todos los medios necesario para ello.
El inicio de la investigación
Sabiendo que su marido se ha metido en un problema muy grave que podría retirarle de la medicina para siempre, Bailey le pide a Ben que le acompañe, aunque Warren, sintiéndose responsable, quiere permanecer atento al bebé para ayudar en lo que sea necesario. Tras convencerle, Bailey le ruega que se quede en la oficina y que no haga nada ni hable con nadie porque podría empeorar todo. A pesar de ser la jefa de cirugía, Bailey quiere ayudar a su marido y empieza una investigación para entender que ha sucedido realmente.
La doctora Grey, encargada de tratar a la paciente a su llegada al hospital, asegura que la mujer estaba estable y pidió una consulta a Arizona, mientras tanto, ella acudió a un aviso para otro paciente y dejó a Warren y DeLuca al cargo a la espera de Robbins, versión corroborada por Webber, quien asegura que vio a Arizona con la paciente desde el box de al lado. Por su parte, Robbins confirma la historia y añade que todo iba bien y no vio ningún problema ni con la madre ni con el bebé, por este motivo, ordenó a Warren y DeLuca llevar a la paciente al escáner, nada raro puesto que es lo que han hecho siempre cuando los pacientes están estables.
Siguiendo con la recogida de información, Bailey acude a habar con DeLuca. El residente explica que el escáner salió bien pero mientras trasladaban a la paciente ésta empezó a sentir frío y molestias en el estómago y la espalda. Aunque Warren decidió subirle a obstetricia, los dolores aumentaron repentinamente y la mujer se puso hipotensa, perdieron el pulso del bebé y él acudió en busca de alguien de obstetricia, momento en el que se activó el código rosa y las puertas se cerraron, el ascensor quedó bloqueado y no pudieron pedir ayuda.
Encerrados y con la mujer colapsada y a punto de perderle a ella y al bebé, no tuvieron otra opción que practicar una cesárea de urgencia con los pocos materiales que tenían a su alcance, o eso es lo que el doctor Warren dijo según DeLuca. El asunto empieza a estar en boca de todos y lo rumores sobre lo sucedido invaden el hospital. Algunos creen que Warren tiene inmunidad por ser el marido de la jefa y por eso actúa a veces de manera inconsciente, sin evaluar los riesgos y tomando decisiones que no le competen.
¿Es culpable Warren?
Mientras tanto, Arizona y April siguen operando a la madre, pero la hemorragia es muy grande y, finalmente, Robbins no consigue hacer nada por mantener con vida a la paciente. Por su parte, Amelia, Riggs y Karev intentan salvar la vida del pequeño, pero el bebé acaba corriendo la misma suerte que su madre. Ante el gran problema que se le avecina, Bailey pide ayuda a Webber, pero éste se niega a sancionar a Warren alegando que se encuentra por encima de su jurisdicción y es tarea de Miranda aplicar el correctivo correspondiente, sobre todo si se trata de un residente como Warren que está fuera de control y muestra continuamente una actitud arrogante.
Delante de Jackson y bajo la promesa de que todo lo que le cuente durante esos diez minutos no habrá pasado nunca, Warren por fin tiene la oportunidad de desahogarse y relatar su propia versión de los hechos. Según él, perdieron el pulso del bebé, la mujer estaba hipotensa y no tuvo otra opción que practicar la cesárea. Él no quería hacer nada pero la mujer, desesperada, le preguntó si su bebé iba a morir y él le contestó que no, promesa que no quiso romper e hizo lo imposible creyendo en todo momento que hacía lo correcto.
Tras explicarle a la hija mayor que su madre ha muerto, Bailey repasa las cámaras de seguridad siguiendo los pasos de Warren y DeLuca durante el código rosa. Bailey le pide a Ben que le explique su versión, ha estado intentado averiguar lo que sucedió creyendo que su marido no tuvo otro remedio que actuar como procedió. Warren le explica que la mujer le pidió que salvara la vida del bebé antes que a ella y eso fue lo que hizo. Sin embargo, Bailey ha descubierto que antes de iniciar la cesárea la puerta del ascensor se abrió, por lo que ya no estaban atrapados y podría haber subido a obstetricia. Incrédulo, Warren le reprocha que no le crea siendo su marido, dejando a Bailey con una decisión muy complicada. ¿Despide a Warren o zanja el problema creyendo que no vio el ascensor aunque las imágenes digan lo contrario?