El estreno de 'La embajada' el pasado lunes 25 de abril se saldó con más de 4 millones de espectadores pendientes de la nueva oferta de Bambu producciones para Antena 3. En cambio, el producto no estuvo exento de críticas, a las que hoy ha querido hacer frente la creadora de la ficción, Gema R. Neira, en esta entrevista exclusiva para FormulaTV.com.
El excesivo culebrón en las relaciones personales, los visibles cromas, el ritmo lento y la excesiva confianza en lo que a la productora le funciona, repitiendo la esencia de otras series anteriores como 'Velvet' o 'Gran Reserva' son algunas de las principales pegas que muchos le encontraron a 'La embajada', y para todas ellas Gema tiene una respuesta, aceptando que la serie tampoco es perfecta.
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Exceso de culebrón en las relaciones personales
La gran crítica al estreno vino a causa de las múltiples infidelidades que en el piloto se presentaron, demasiadas relaciones liberales que resultaron en un aspecto de culebrón elegante. Su creadora entiende que pueda ser visto de este modo, pero argumenta que este tipo de relaciones tienen su base en la realidad: "Cuando estuvimos haciendo todo el proceso de documentación de la serie una de las claves que nos dijeron fue que todos los corruptos acaban cayendo por culpa de sus mujeres o de sus amantes, porque en medio de todo ese exceso y esa libertad de 'tengo dinero y tengo todo lo que quiera' estaba también la parte de 'tengo a todas las mujeres y amantes que quiera'. Casi todos habían acabado en la cárcel por amantes que les venden o por mujeres que se sienten despechadas y no pagadas suficientemente".
De este modo, Gema quiere dejar claro "que todo este entramado de relaciones forma parte de la idiosincracia de este mundo que queremos contar. No está hecho pensando en dar culebrón, sino que está hecho desde una reflexión de la corrupción: más viajes, más libertad, oportunidades de conocer más gente para tener relaciones...".
Asimismo, la guionista y creadora también entiende "que hay muchos matrimonios en este mundo que son más socios que pareja, y esa es la idea del matrimonio de los personajes de Raúl Arévalo y Amaia Salamanca, quienes no son infieles, sino que son socios de vida que tienen una hija en común y un pacto para estar con quien quieran". En este sentido entiende las relaciones de su personaje, pues queremos hablar de ese mundo particular que tiene que ver con la corrupción.
"No es solo hablar de corrupción política o económica, sino también de la corrupción dentro de cada persona y de las relaciones que establece. Por esto mismo me extrañaron muchas críticas de gente que no se daba cuenta de estas cosas, de las conversaciones políticas reales en las que están inspiradas muchas de las escenas de la serie. Que no se dieran cuenta de que la corrupción aquí va más allá de la política y todos hicieran hincapié en los puntos en común con nuestras otras series", concluye Neira sobre este asunto.
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Cromas y efectos demasiado evidentes
El otro gran aspecto que se criticó mucho fueron algunos aspectos técnico como el evidente uso de cromas para recrear Tailandia, un aspecto que Gema achaca a que esas "críticas vienen más de un público un tanto especializado".
Sin tratar de escurrir el bulto, la guionista identifica otro aspecto que cree haber influido en estas críticas: "Otro aspecto es que se ha contado mucho sobre cómo se ha hecho, lo que ha jugado un poco en contra porque ha dado pie a que la gente esté un poco ya buscando el fallo. Evidentemente hay cosas técnicas que se pueden mejorar mucho, y siempre intentamos mejorarlas en la medida de lo posible, pero creo que hay otras muchas que la gente ni se ha planteado si son un croma o no lo son porque estaban muy bien hechas. Creo que no se debería de contar tanto cómo se hace, pero en cualquier caso también es cuestión de tiempos a veces, contra los que hacemos lo que podemos".
En cualquier caso Gema reconoce que les habría encantado ir a rodar allí, "por supuesto, pero el presupuesto lo hace imposible. Hay que plantearse otras alternativas para poder contar otro determinado tipo de historias porque sino nunca podrías abordarlas".
Un ritmo en ocasiones demasiado lento
Sobre si han pecado de presentar tramas y personajes de forma lenta, es algo que para R. Neira no ha sido así: "Evidentemente pensamos que funciona bien de ritmo, por eso lo hemos escrito y montado así, pero luego las críticas que han llegado han sido dispares: que pasan muchas cosas y que pasaban pocas. No sé con cual quedarme", comenta entre risas.
"Creo que están sembrados todos los conflictos y pasaban cosas en todas las escenas. Otra cosa es que pasasen cosas un poco densas y que a un tipo de espectador a lo mejor no le interesen mucho, pero pienso que era un capítulo con contenido", argumenta, tratando de entender y dar respuesta a estos comentarios.
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Los paralelismos con otras ficciones de la productora
¿Está Bambú producciones replicando una y otra vez la misma fórmula? Muchas de las opiniones de seguidores y expertos iban por ese camino, una crítica que para la responsable de 'La embajada' no lo es tanto: "Cuando uno marca un sello, al final hace lo mismo pero intenta dar un paso más. Nosotros intentamos hacer lo que sabemos hacer pero dando un paso más, en este caso en el terreno de la política. Para nosotros no es un defecto. Cuando dicen 'es muy marca Bambú' no lo tomamos como algo malo, sino todo lo contrario. Nos planteamos hacer algo un poco diferente pero reconociéndose la autoría detrás, porque eso también es importante".
Pero no solo explica así que puedan trazarse similitudes en sus series por este motivo, sino que además apunta a su éxito en una determinada cadena, encontrando ya una base de público a la que dirigirse: "El asunto también es que la fórmula, en esta cadena, atrae a los espectadores. Nosotros trabajamos mucho para Antena 3, y que nuestras series tengan un perfil de público similar es lógico porque es para la misma cadena", y en ese sentido trabajan, enfocándose en dar a ese público lo que está demandando.
Aun con esto, Gema defiende que el producto está dando un paso más: "Nosotros pensamos que la serie tiene un punto de riesgo que no tienen otras de nuestras producciones. Toda la parte política, que a lo mejor en el primer capítulo no está tan desarrollada, porque hay que presentar todas las relaciones personales. Se va a ver que toda esa trama política guía a la serie, mucho más que la personal".
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"Hay una parte también indiscutible, y es que la parte de corrupción está muy relacionada con las tramas personales. Pero es que en la realidad también es así, son cosas indivisibles. Tampoco nos podemos olvidar de eso, y de que por otro lado, estamos trabajando en un canal generalista con un público al que, probablemente, una serie solamente de política, sin relaciones personales, no le interesaría. Eso es lo que creemos, aunque la serie de todos modos tiene más política, corrupción, que relaciones personales. Es algo que se irá viendo con el paso de los capítulos", concluye.