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La semana pasada en 'Bates Motel' Norman descubría que su madre y el sheriff Romero se habían unido en matrimonio, una noticia que intensificó sus ganas de salir del psiquiátrico. Dicho y hecho, Norman hizo lo imposible hasta que logró que tanto su madre como el doctor le firmaran el consentimiento para obtener el alta voluntaria. Ahora que ya está en casa se abren nuevos frentes, ¿cómo reaccionará cuando vea a su madre en actitud cariñosa con su marido? ¿Se vengará del sheriff Romero?
En este octavo capítulo de la cuarta temporada de 'Bates Motel', titulado "Unfaithful", Norman intentará adaptarse a los cambios que se han producido en su casa y, sobre todo, en su relación con su madre. Por su parte, Norma se debatirá entre su marido y su hijo, esperando el momento adecuado para revelar la verdad. Mientras tanto, Dylan y Emma se preparan para iniciar una nueva vida juntos en Seattle, lejos de la familia Bates. Veamos al detalle cómo ha sido este nuevo episodio.Las cosas cambian
La primera noche que Norman pasa en casa tras su estancia en el centro para enfermos mentales resulta ser una velada bastante gélida. La caldera ha dejado de funcionar y resulta complicado conciliar el sueño, situación que Norman aprovecha para comprobar los pequeños cambios que ha habido en su hogar. Además, la relación con su madre parece haberse enfriado como la casa, como si estas semanas separados les hubiesen distanciado y ahora les resultara incómoda la presencia del otro.
Mientras tanto, el sheriff Romero se ha visto en la obligación de abandonar la casa para que Norman no se sienta violento con su presencia, sin embargo, Norma hecha mucho de menos a su marido, al igual que él, pero el sheriff le recuerda que situación no va a ser para siempre y que volverán a estar juntos en cuanto ella lo decida. Por su parte, Norma le promete que pronto le contará la verdad a Norman para que puedan vivir como una familia pero, de momento, necesita algo más de tiempo.
Aprovechado la hora del desayuno, Norman le pregunta a su madre si de verdad el sheriff tiene que vivir con ellos, a lo que Norma contesta que a veces sí y que se han hecho muy buenos amigos, pero no consigue reunir el valor para confesarle que se ha enamorado de Romero. Para agradecerle todo lo que ha hecho por él y por su madre, Norman acude a comisaría a darle las gracias al sheriff en persona, pero no queda ahí la cosa, el chico quiere que deje de actuar como si fuera el marido de su madre, asegurándole que va a conseguir su propio seguro para dejar de ser una carga para él.
Ley de vida
Sorprendido por la petición de Norman, Romero le explica que un seguro es bastante costoso, pero el joven prosigue con su relato y le comenta que va a conseguir otro trabajo a tiempo parcial que le permita a su vez continuar con el negocio del motel, todo para tener dinero suficiente y que se puedan divorciar. El sheriff intenta hacerle ver que las cosas cambian porque es ley de vida, pero Norman insiste en que hay cosas que jamás cambian y, antes de marcharse, le asegura que le mantendrá al tanto para que puedan iniciar el proceso de separación sin que su fraude salga a la luz.
Tras la visita de Norman, Romero le cuenta a su mujer la reunión que mantuvo con su hijo y le suplica que, de una vez por todas, le explique a Norman que no le ha manipulado en ningún momento, que se quieren de verdad y que por eso están juntos y no se piensan divorciar. Pero Norma sigue convencida de que no es el momento adecuado, Norman se está adaptando de nuevo a la rutina diaria y a la medicación y todavía es muy pronto para que su pequeño pueda asimilar esa noticia.
Por su parte, Rebecca Hamilton, después de conseguir la llave que habría la caja fuerte con todo el dinero de Bob Paris, decide marcharse de la ciudad, pero la policía le detiene justo en el aeropuerto. Los agentes tienen pruebas de que ha estado ayudando a Bob Paris a blanquear dinero. Intentando excusarse, Rebecca explica que se marcha porque su madre está enferma y porque el pueblo no ha sido un buen lugar para ella y quiere regresar a casa. No obstante, la policía está convencida de que ha decidido su repentina partida por el sheriff Romero, ya que sospechan que él ha permitido que ocurran muchas cosas ilegales.
Simulando ser una familia normal y feliz
Al encontrarse a Dylan en la calle, Norma le pide desesperadamente que él y Emma vayan a casa para hacer algo en familia antes de que se muden a Seattle. Dylan sigue sin comprender que su madre haya dado el visto bueno para que Norman regrese a casa y que todavía no le haya contado su relación con Romero pero, a pesar de ello, acepta la invitación, qué mejor momento para despedirse que en una bonita reunión familiar mientras juntos acuden a comprar el árbol de Navidad.
A su llegada a la casa, Emma, nerviosa porque hace mucho tiempo que no se ven, sube a ver Norman. El joven le asegura que está muy contento por ella, sabe que hace una pareja perfecta con Dylan y no comprende cómo no sucedió antes. Del mismo modo, le agradece que haya sido la primera amiga que ha tenido de verdad. Como una familia feliz, los cuatro marchan en busca del árbol, pero Norma no puede disimular el mal humor por culpa de su hijo, lo que les lleva a una nueva discusión.
Norman cree que su madre tuvo que acostarse con Romero para poder ayudarle y conseguirle el seguro, cosa que le agradece, pero Norma le explica que no fue así, ella cree que el sheriff es un buen hombre y le gusta. La primera reacción de Norman tras la confesión de su madre es vomitar y al verle en tal mal estado, Norma decide regresar a casa. Una vez se ha despedido de Dylan y Emma, Norma le comunica a Norman que, para resguardarse del frío, van a dormir en el motel, una propuesta que el chico acepta sin dirigir la mirada a su madre.
Cansado de estar alejado de su mujer, Romero se presenta en el motel, una visita que Norman advierte y vigila desde el otro lado de la pared, espiando a través de un pequeño agujero. Al día siguiente, Norma le pide un esfuerzo a su hijo para que intente madurar y le informa de que ha invitado a Álex a cenar, una noticia que el chico acepta con buena actitud, como si de verdad estuviera empezando a aceptar la situación y todos los cambios.
La velada comienza de forma bastante formal y no se desarrolla del todo mal, pero a mitad de camino Norman es incapaz de controlar sus comentarios y actitud negativa hacia el que ahora es su padrastro. Tras un intercambio de duras palabras, Norman se marcha de la casa con un fuerte portazo. Romero decide ir a hablar con él y el chico desata toda su furia con el hacha, en una actitud amenazante pero sin hacer daño a nadie. Tras ver la rabia y el odio reflejados en los ojos de Norman, Romero decide quedarse en la casa para siempre. ¿Logrará Norman controlar sus brotes psicóticos? ¿Conseguirá Romero que Norman acabe aceptando su relación con su madre?