Los periodistas españoles José Manuel López, Ángel Sastre y Antonio Pampliega ('Infiltrados), que permanecían secuestrados en Alepo, al norte de Siria desde julio del 2015, y que fueron liberados el sábado, 7 de mayo, han estado localizados en todo momento por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), según informa La Razón.
El CNI exigió a los secuestradores garantías de que los rehenes estaban vivos. Estas "pruebas de vida" consistieron en preguntas realizadas por los amigos o familiares de los periodistas secuestrados cuyas respuestas solo podían contestar correctamente los rehenes. En otras ocasiones la "prueba de vida" ha sido un vídeo en el que los rehenes decían su nombre y la fecha del día en que se grabó el vídeo.
Los periodistas compartieron cautiverio con una mujer embarazada, de nacionalidad alemana y con otro periodista japonés, Jumpei Yasuda. Durante el secuestro, los tres periodistas han recibido un trato humano por sus secuestradores, que incluso les han permitido intercambiar cartas con sus familiares o ver partidos de fútbol.
La vicepresidenta, Santamaría recibiendo a los periodistas en el aeropuerto de Torrejón
Trabajo de la Vicepresidencia
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha coordinado las negociaciones para la puesta en libertad de los periodistas, como responsable directa del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). También ha sido la encargada de informar personalmente a las familias de la situación real de los periodistas secuestrados.
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El CNI está bajo el mando de la vicepresidencia desde 2011 y no bajo responsabilidad del Ministerio de Defensa como hasta entonces. Sáenz de Santamaría justificó esta variación porque la ley preveía este cambio y por la "evolución" de los servicios de inteligencia.