Durante mucho tiempo la presentadora ha decidido ocultar las secuelas de su lucha personal, sin embargo, este 10 de mayo Adriana Abenia se ha animado a desabrocharse el botón de la camisa y a volver a mostrar su cuello. "Siento que me posee el espíritu rebelde de Bonnie and Clyde", dice en su blog.
"A la gente le da morbo que le hable de mi cicatriz, como si allí escondiera mi software rubio", confiesa. A ella aún le impresiona tocarse el cuello y no fue hasta el 9 de mayo cuando durmió por primera vez de lado, "hasta ahora lo había hecho como si fuera a apretar el gatillo en cualquier momento: recata, con las manos sobre el pecho y prácticamente sin respirar".Ni si quiera se ha atrevido a ir durante estos meses a la peluquería, "por temor a que en el lavacabezas me quedara mirando el cielo". Sin embargo ha mirado hacia adelante y ha decidido que ya es hora de volver a vivir la vida como antes. "Una cicatriz es como una medalla que te acerca ese sentimiento de valentía que te embargaba cuando tu clase tapizaba de firmas el blanco yeso de tu escayola", reflexiona.
Adriana Abenia muestra la cicatriz de su cuello
Las cicatrices de Adriana Abenia
La de su cuello no es la única marca que tiene la modelo. También tiene una horizontal en el tobillo, "confeccionada con la hélice de una lancha al subir a cubierta". Y es que una de las características más graciosas de Abenia es su torpeza.
Y hablando de momentos torpes, sus piernas también sufrieron en una ocasión cuando se despeñaron sobre la cabeza de un compañero de pupitre justo en el momento en el que iba a tirarse a la piscina del parque de atracciones.