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Llegamos al penúltimo capítulo de la duodécima temporada de 'Anatomía de Grey' y el amor vuelve a ser el hilo conductor del episodio. Hace poco asistimos a una nueva reconciliación entre Owen y Amelia, una relación que parece que, por fin, sigue en la dirección correcta. Sin embargo, no todos disfrutan de la misma felicidad, por un lado, Callie y Arizona continúan su particular batalla, por otro lado, Ben y Miranda no logran dejar el orgullo de lado y disculparse el uno con el otro. Además, una de las parejas que parecía más consolidada podría poner punto y final a su historia.
En este capítulo veintitrés de la duodécima temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "At Last", Owen venderá la caravana que perteneció a Derek para comenzar una nueva vida junto a Amelia, planteándose así la posibilidad de llevar su relación a otro nivel. Mientras tanto, Edwards seguirá preocupada por la salud de Kyle, y Calie y Arizona intentarán llevar lo mejor posible la resolución de la custodia por Sofía. Por su parte, Álex también se planteará su futuro con Jo. Veamos al detalle cómo ha sido este episodio.Los cambios son necesarios
Cuando Derek se mudó a la casa de sus sueños junto a su familia, Owen decidió comprarle su caravana para tener un lugar en el que vivir tras la marcha de Cristina, sin embargo, ha llegado el momento de que Hunt dé un paso adelante y venda la caravana para comprarse una vivienda de verdad. Meredith se entera por sorpresa de la venta y, aunque dice no darle importancia, los recuerdos regresan a su mente y la nostalgia se apodera de la doctora Grey, ya que deshacerse de la caravana de forma definitiva es como perder una parte más de la esencia de Derek.
Ajeno a los sentimientos de Meredith, Owen se muestra contento e ilusionado por comenzar una vida normal, tanto es así que le ofrece a Amelia que le acompañe en busca de muebles para la casa, una propuesta que va más allá porque Owen quiere que la pequeña de los Shepherd se mude a vivir con él. Toda esta conversación se produce durante una operación en la que Maggie asiste incrédula a los grandes avances que se han producido, de la noche a la mañana, en la relación entre Amelia y Owen.
A pesar de todo, aunque ambos niegan que nada de lo que han comentado vaya a suceder de inmediato y aseguran que eran casos hipotéticos, ya que de momento no se van a casar ni a tener hijos, la pareja parece demasiado contenta pensando en ese futuro juntos. Al ver a su cuñada radiante de felicidad, Meredith le acusa de estar robando la vida de Derek, de querer parecerse a él y de imitarle en cada paso que da. Ignorando las palabras de Grey, Amelia decide arriesgarse, no quiere perder más tiempo con un futuro hipotético, quiere empezar a construir su vida y, por este motivo, le pide matrimonio a Owen, una idea que Hunt acepta encantado. ¿Conseguirán llegar al altar?
Por su parte, para relajar el ambiente después de tantas peleas entre compañeros, Webber comunica que va a celebrar una pequeña fiesta por el regreso de Catherine a la ciudad, una cena sin mayor importancia pero con amigos, lo que incluye al todavía deteriorado matrimonio entre Miranda y Ben. Aunque no se hablan, ambos quieren dejar pasar el tiempo porque saben que eso es lo mejor, que hablar lo estropearía porque se quieren en el fondo, a pesar de que ahora estén algo distanciados. Sin duda, una extraña forma de demostrarse amor que Webber jamás llegará a comprender.
Nada es para siempre
Desde el juicio por la custodia de la pequeña Sofía la relación entre Callie y Penny se ha enfriado de forma abrumadora. Ahora que ha perdido a su hija, la doctora Torres ha recapacitado y prefiere quedarse en Seattle para no alejarse de la niña, aunque eso suponga que Penny tenga que marcharse sola. A pesar de todo, Penny lucha para que su historia de amor no se rompa y propone ahorrar dinero para poder viajar todos los fines de semana y pasar un par de días juntas, sin embargo, Torres parece no querer más ayuda por parte de su chica.
Aunque Arizona querría vengarse de Torres, siguiendo los consejos de April, decide actuar de forma amable con Callie y permitirle una pequeña licencia para que pueda decidir el día que quiere quedarse con Sofía. Acto seguido, Callie opta por romper con Penny, se siente atrapada entre su hija y ella y prefiere elegir a su pequeña. Además, sabe que las relaciones a distancia nunca funcionan, que podrían alargarlo pero todo acabaría diluyéndose y, al final, todo terminaría porque nada es para siempre. Asimismo, si Penny renunciara a la beca nunca le perdonaría haber perdido una oportunidad única.
Desolada porque Callie ha decidido rendirse y finalizar la relación que tanto les ha costado mantener, Penny recoge sus pertenencias para marcharse del hospital lo antes posible y poder pasar página en Nueva York. Meredith le descubre llorando y, para sorpresa de todos, no duda ni un segundo en consolarle y asegurarle que estará bien y se recuperará. Mientras tanto, Callie vuelve a hablar con Arizona para pedirle que le deje pasar esa noche con Sofía ya que ha tenido un día horrible y necesita algo de cariño, pero Robbins no va a permitir que haga y deshaga a su voluntad y le niega esa posibilidad. ¿Cómo afrontará Torres su repentina soledad?
Que el miedo no te impida querer de verdad
Mientras tanto, Edwards sigue pensando en Kyle, desde que cortó su relación y su posterior ingreso en el hospital, el guitarrista no ha querido saber nada más de ella, pero su empeoramiento hace que Stephanie no pueda soportar la distancia y se acerque a él. Por mucho que el guitarrista insista en que ya no es asunto de Edwards, como doctora, ella insiste en que va a necesitar ayuda porque los temblores van a regresar y no va a poder soportarlo sin el apoyo de nadie.
La madre y la hermana de Kyle se presentan en el hospital mientras Amelia le explica a Edwards que no está en su servicio y que no tiene que preocuparse por un paciente que ya no le compete, ni como amigo ni como familia. Saltándose todas las recomendaciones, Stephanie entra en la habitación de Kyle. Para su sorpresa, la familia conoce su relación y le ruegan que se marche y deje tranquilo a Kyle. Una vez más, saltándose las normas, Jo le cuenta a Edwards el plan de Shepherd, una intervención que parece tener muchos riesgos para el paciente.
En un intento de hacer cambiar de opinión a Amelia, Edwards le pide que considere otra opción para darle más tiempo a Kyle, a lo que Shepherd contesta que está convencida de que puede llevar a cabo la operación y no piensa permitirle que siga inmiscuyéndose en su trabajo. Desesperada e ignorando la voluntad del paciente y su familia, Edwards vuelve a presentarse en la habitación de Kyle. El chico se sincera y ella le besa, el miedo le impidió una vez seguir los dictados de su corazón pero el temor a perderle en la operación ha podido con todo lo demás.
Convencida de que puede salvar la vida a Kyle, Amelia inicia la intervención con ayuda de Jo mientras Edwards asiste atenta a cada paso desde la galería. Sabe que es una operación muy delicada pero, en el fondo, Edwards confía plenamente en Amelia, ha trabajado codo con codo con ella y sabe de lo que es capaz. Finalmente, para desgracia de Stephanie, que por fin había encontrado al amor de su vida, una complicación provoca que Kyle fallezca en la mesa de operaciones, una pérdida que supone un nuevo revés para Amelia y que perjudicará su relación profesional con Edwards, que ha visto cómo se le escapaba de nuevo el amor.
¿Querer es poder?
A urgencias llegan dos jóvenes que han tenido un accidente mientras hacían prácticas conduciendo un coche de la autoescuela. Resulta que el profesor es el padrastro de uno de los muchachos, pero la relación con su madre no pasa el mejor de los momentos. Por si fueran pocos los problemas de la pareja, el chico presenta una infección que se ha extendido por todo su cuerpo y si no intervienen de inmediato podría fallecer. Finalmente la operación es un éxito y los médicos aseguran que el joven se ha salvado porque lo han llevado al hospital a tiempo, una noticia que provoca que la pareja se reconcilie.
Tras pasar todo el día aguantando el mal humor de Meredith y sus comentarios acerca de los avances en la relación entre Amelia y Owen, Karev decide que ha llegado el momento de que Jo le responda a la pregunta que le hizo tiempo atrás. Una vez más, Álex se arma de valor y le propone a Jo casarse, sin que esta vez pueda escabullirse sin ofrecer una respuesta. Sin pensarlo mucho y viendo la cara de su chico, Wilson le explica que no puede unirse en matrimonio, rechazando de nuevo la propuesta de Karev. ¿Es este el final de la relación entre Jo y Álex? ¿Renunciará Karev al amor?
Después de un día complicado, Meredith se dirige de nuevo a casa para reunirse con sus hijos e intentar olvidarse del trabajo y de la relación de Amelia con Owen y esa futura boda que les traerá de cabeza a todos. Cuando estaba en el parking a punto de subirse a su coche, Riggs hace acto de presencia y se dirige a Meredith intentando que la doctora se desahogue y le cuente todos sus problemas. Aunque en un principio ha mantenido las distancias con Riggs por las continuas advertencias de Owen, la doctora Grey se lanza a la aventura y besa de una forma apasionada a Riggs, dejándose llevar por la pasión y resolviendo esa tensión sexual que se palpaba en el ambiente desde un principio. ¿Qué pasará ahora entre ellos? ¿Será Riggs la persona que le haga olvidara Derek para siempre?