El camino por conseguir ser el próximo 'MasterChef' en España es ya un poco más corto. En la décima gala, emitida el miércoles 8 de junio, los jueces tuvieron la difícil tarea de expulsar a dos de los aspirantes que se encontraban en las cocinas. Saltándose el orden tradicional del programa, el primer expulsado de la noche llegó nada más terminar en la prueba de exteriores.
Fue, en esta ocasión, Pablo, el conocido como el "iluminati" entre sus compañeros, el que puso punto y final a su sueño. Ya en cocinas, y tras la prueba de eliminación, la segunda expulsada de la noche fue Natalia. En un programa donde los nervios estuvieron a flor de piel durante todas las pruebas, el talent de TVE se desplazó hasta el Mutua Madrid Open junto a las grandes estrellas del tenis español para dar ese espíritu de competición que, hasta ahora, parecía faltarle algunos concursantes.
Las decisiones de Ángel a la hora de repartir lo qué tenía que hacer cada uno en la competición hicieron saltar chispas. Con la mecha ya prendida, fueron numerosos los platos que tuvieron que preparar, que no a todos salieron bien y que dejaron a más de uno al borde del colapso culinario.
Pablo, noveno expulsado, no consiguió llegar a la prueba final donde Natalia, décima expulsada, no acertó
Una ventaja "de huevos"
Entre bromas, como "vamos a comprobar si eres tan tortillero como puntilloso", se desarrolló una diferente prueba de presión. Para obtener una ventaja, los aspirantes tenían que superar tres retos eliminatorios donde el huevo era el principal protagonista. Pablo, David, Rocío y Virginia sucumbieron ante los poché y los fritos. Al final, tras la visita del jefe de cocina del ABAC, y con "la tortilla francesa perfecta", el vencedor fue Ángel.
La tensión subía por momentos pues Eva González les comentaba, antes de marcharse a la prueba de exteriores, que se despidieran porque "podría ser la última vez que cocinaran en las cocinas". Así que, con este trasfondo, acudieron al Mutua Madrid Open. Allí esperaban ocho platos diferentes, realizados por el jurado, que tendrían que imitar. La complicación era algo que al menos Pablo tenía claro: "imitar el niño de papá, ostras, es complicado".
La ventaja provocó recelos entre los compañeros que veían como su compañero, Ángel, les daba platos con los que no estaban familiarizados. "He intentado perjudicar a mis compañeros para salir yo beneficiado", se justificaba al terminar. Mientras la deportista paralímpica Teresa Perales preparaba un 'brunch', el resto comenzaba a cocinar, no sin olvidar, como Rocío, lo que había pasado: "Hoy empieza la venganza contra Ángel. Si mis amigos me fallan, tengo un lado maléfico".
José Luis, quien parecía estar contento con su plato, también tuvo dificultades en el Mutua Madrid Open
Una dificultad tras otra
Con el mundo al revés, la dificultad del menú comenzó a afectar a los aspirantes que les costaba organizarse y a algunos, como Rocío o Virginia, contentar a los jueces. "Por lo menos que lo emplaten" o "te echaré una manita porque vas pillado" era lo que comentaban Jordi González y Pepe Rodríguez Rey viendo a Pablo y José Luis cocinar, y a los que tuvieron que ayudar: "cuéntame lo que has hecho de este plató porque lo está haciendo todo Jordi".
"Hoy tengo miedo, nunca lo he tenido" se desesperaba Virginia que, junto a David, era una de las que más dificultades afrontó a priori y que terminó en un mar de lágrimas al final. "¡Qué pena que solo podamos echar a un concursante porque, si fuera por nosotros, se irían tres de vosotros!" sentenciaba Pepe al dar el veredicto. Jordi fue también tajante con sus aspirantes, a los que no les dedicó muchos piropos, no como Samantha Vallejo-Nágera que admiró la fortaleza de las gemelas: "os habéis levantado".
Así que Raquel, Ángel y Virginia fueron los afortunados que no tendrían que enfrentarse a la eliminación dejando al resto al borde del abismo. Finalmente "quien no merece continuar en las cocinas" fue, para sorpresa, Pablo. El "iluminati" se marchó por la puerta de atrás con un buen sabor de boca: "Mi camino se ha acabado, pero he disfrutado. Ha sido una escuela de la leche". Su marcha deja, como recalcó, a su compañero David sin un gran apoyo, ya que para él "es un compañero, un hermano", y a Ángel con dudas: "Me sabe mal, porque me siento culpable en parte, pero ya no sirve de nada las penas".
La elección de los concursantes determinó una combinación específica para la prueba definitiva
El segundo adiós
Después de 60 minutos y con la miel como protagonista de un plato español, llegaba el momento final en el que todos recibieron críticas, pero Natalia y David eran los que salían peor parados. Mientras que a la primera le sacaban defectos constantes llegando a decir que era "una desilusión" y que alguna de su elaboración no sabía bien, al segundo Jordi le dejaba las cosas claras: "te vas a ir por tonto".
Los nervios ya no se podían ocultar y los concursantes se intentaban tranquilizar recordando que "ya estaba hecho". El jurado comenzó siendo muy tajante y salvando a Rocío: "Si pudiéramos hoy solo salvaríamos a uno por haber sabido trabajar el producto". Finalmente, y con "un plato sin sabor", quien dejó el delantal fue Natalia. Su despedida provocó gran tristeza en el plató que se reflejó en las palabras de sus compañeros. Mientras que Rocío no dejaba de llorar la marcha de su amiga, Raquel recalcaba lo fuerte que ha sido: "me da mucha pena porque está solita y no tiene a nadie".
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Para Natalia, su paso por 'Masterchef' ha sido un "sueño muy bonito". Algo que aseguro "es una experiencia inolvidable". Eso sí, antes de despedirse decidió quemar el último cartucho y pedirle a los jueces que "alguien me invite a hacer prácticas". La joven rusa se marcha "con un sueño cumplido y seguridad de que sí puedo cocinar como una profesional".