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Hasta ahora, el inicio de la cuarta temporada de 'Orange is the New Black' ha sido algo descafeinado, con tramas que no terminan de arrancar pero que, sin embargo, auguran historias interesantes. Por ejemplo, ¿logrará Caputo que reine la paz en prisión? ¿Se adaptará Judy King a la vida entre rejas y con el resto de reclusas? ¿Qué pasará con Piper y su nueva condición como líder? Preguntas que esperamos vayan teniendo respuestas a lo largo de los capítulos que quedan.
En este tercer episodio de la cuarta temporada de 'Orange Is The New Black', titulado "(Don't) Say Anything", Taystee comenzará un nuevo trabajo como secretaria de Joe Caputo. Por su parte, Soso y Poussey discutirán por culpa de la excesiva sinceridad y la falta de información. Además, Lorna intentará mantener viva la llama del amor de su recién estrenado matrimonio. Veamos al detalle todo lo sucedido en este nuevo capítulo.
Ascenso a secretaria
Tras ser ascendido, Joe Caputo tiene mucho más trabajo y problemas que en su antiguo puesto, por lo que necesita algo de ayuda y qué mejor que una secretaria que le organice la agenda y le conteste las llamadas. Como no puede contratar a nadie porque el dinero escasea, Caputo escoge a Taystee para que deje la fregona aparcada a un lado y comience un nuevo trabajo como su secretaria personal. Y, ¿por qué ella? Parece de las más inteligentes y no tiene una actitud agresiva, por lo que es la más indicada para ocupar el puesto.
Sin perder más tiempo, Caputo le ordena anotar todos los avances en las obras de las cabañas que se están habilitando para los nuevos agentes de seguridad. De momento no es una tarea complicada, pero cuando le toca contestar a las llamadas no logra aclararse del todo y olvida anotar los nombres de las personas que han telefoneado preguntando por Caputo. Los problemas para Taystee no quedan ahí ya que tiene que aguantar que sus amigas piensen que está teniendo un trato de favor, pero a Taystee parece darle igual porque ha encontrado un nuevo entretenimiento: cotillear la vida privada de Caputo escuchando sus conversaciones telefónicas.
El pasado no se puede ocultar
Una vez más y como viene siendo habitual en 'Orange Is The New Black', el pasado de las reclusas sale a relucir y, en esta ocasión, el turno es para Soso. Antes de entrar en prisión, la chica colaboraba en una organización en defensa de la naturaleza, un trabajo que le permitía mejorar su poder de convicción. Aprovechando su don para convencer a los demás, Soso le pide a Judy King que hable y se relacione con Poussey porque sabe que su chica es fan de la presentadora.
Soso consigue que Judy King invite a Poussey a comer con ella, sin embargo, el asunto no acaba bien cuando Poussey descubre que Soso le ha contado a King un pasado que para nada le pertenece. Al ver que su novia se ha enfadado y con razón, Soso intenta disculparse explicándole que le quiere y pidiéndole que le cuente toda su historia para que ella pueda escuchar atenta y aprender todo acerca de la mujer a la que ama.
Adaptándose a la nueva vida
Como si de una reina se tratase, Judy King vive en la prisión con todos los lujos posibles, privilegios que no tienen el resto de reclusas pero tampoco parece importarles ya que la presentadora ha conseguido un pequeño séquito que le alaba a cada momento. Por orden de Healy, Judy King se une al grupo de Red, lo que le concede el permiso para acercarse al huerto, una decisión que no agrada a la pelirroja, ya que no está de acuerdo en que la afamada cocinera de televisión arramble con todas las hortalizas que tanto le ha costado cultivar.
Cansada de ver cómo Judy King ha logrado que todas se posicionen de su lado y que coja todas las verduras que se le antoje, Red decide vengarse utilizando un medicamento con efecto laxante que no duda en poner en la comida de la presentadora. Como era de esperar, la idea surge efecto y Judy no tiene más remedio que salir desesperada en busca de un retrete, una situación vergonzosa pero que sirve de regocijo a Red, que poco a poco va retomando su faceta malvada y pícara que tanto nos gustaba en la primera temporada.
Después de haberse casado en prisión conservar una relación no es nada sencillo, por lo que Lorna intenta mantener viva la llama de su matrimonio con llamadas telefónicas bastante subidas de tono. No poder tener contacto directo con su marido es un fastidio para ambos, pero los problemas no quedan ahí porque en una de sus conversaciones Lorna descubre que su esposo todavía vive con sus padres y su hermano pequeño.
Algo avergonzado, el chico le pide que cese el sexo telefónico, cada vez le resulta más complicado que su familia no le descubra manteniendo ese tipo de conversaciones. Perpleja con la situación en la que vive su marido, Lorna le pide que acuda a una visita. Cara a cara, el chico le explica que vive con su familia para ahorrar dinero para ella, un motivo que desarma por completo a Lorna, que ve a su esposo como el hombre más tierno y maravilloso del mundo. Tras aclarar el asunto, ambos se dejan llevar por la pasión del momento y acaban con una conversación bastante subida de tono.
Por su parte, Piper prosigue con su actitud de líder y vaga por la prisión siempre con su guardaespaldas. María intenta ayudarle ofreciéndole nuevas chicas para su negocio de bragas usadas pero Piper se enfada porque su negocio no es público, lo que provoca el primer enfrentamiento con las latinas y parece que no será el último. Mientras tanto, Alex intenta convencer a Lolly para que se olvide del agente asesinado y descuartizado, pero la aparición de un dron en el patio de la cárcel hace que la paranoia de Lolly aumente, ¿conseguirá mantener el secreto o se irá de la lengua delatando a Alex?
