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Los problemas derivados de la gestión de la empresa que ahora se encarga de Litchfield llevan tiempo haciendo mella en la vida cotidiana de las reclusas y se han convertido en pieza fundamental de los nuevos episodios. Tanto es así que las consecuencias de la falta de recursos está perjudicando gravemente la convivencia. Además, el nuevo director, Joe Caputo, parece estar más interesado en su vida amorosa que en resolver todos los problemas del centro penitenciario.
En este quinto episodio de la cuarta temporada de 'Orange is the New Black', titulado "We'll Always Have Baltimore", Caputo asistirá a una convención para conocer nuevos recursos e ideas que podrían ayudar en la gestión de la cárcel. Por su parte, después de comprobar que su negocio peligra, Piper decide tomar cartas en el asunto. Además, conoceremos el pasado de Maritza, una de las latinas. Veamos al detalle todo lo sucedido en este nuevo capítulo.
CorrectiCon
Una de las nuevas responsabilidades de Joe Caputo es asistir a los eventos y las conferencias que organizan en los que se tratan temas acerca de centros penitenciarios. En esta ocasión, Caputo tiene que acompañar a Linda, la representante de la empresa que dirige la cárcel, en calidad de director de Litchfield, a la CorrectiCon, un evento en el que se muestran artículos para las cárceles y se realizan conferencias y charlas.
El lugar parece más una pequeña feria en la que divertirse probando nuevos artilugios que una conferencia. Sin embargo, Caputo tiene la ocasión de conocer al hombre que representa la imagen de los correccionales de EEUU, un señor que, según Linda, pronto se retirará y Joe podría ser su sucesor. Durante la intervención de Linda en una de las ponencias, Danny, antiguo trabajador de Litchfield, no duda en alzar la voz para poner de manifiesto las irregularidades que se producen en la gestión de ese centro.
En un intento de apaciguar a Danny, Caputo interviene para que el asunto no vaya más allá, pero acaba siendo detenido por las fuerzas de seguridad. Después de que Linda interceda por ellos, ambos quedan libres, pero Caputo tiene una cuenta pendiente con la mujer, que no duda en utilizar la ocasión para conquistar a Joe. Tras todo un día de halagos, dejándose llevar por la pasión del momento, Caputo no puede resistirse a la propuesta de Linda y ambos acaban fundiéndose en un apasionado momento.
Por su parte, aprovechando la ausencia de Caputo, Taystee consigue descifrar la contraseña del ordenador y acceder a la red. Argumentando que tiene que organizar los documentos de Caputo, Taystee se toma la libertad de consultar y mirar todo lo que se le antoje sin que nadie le ponga ningún tipo de impedimento. La situación que vive es todo un privilegio y la información a la que tiene acceso una puerta que podría ayudarle en su convivencia en la cárcel.
Mientras tanto, la saturación que hay en la cárcel ha causado que elementos esenciales como los de la higiene íntima estén agotados. Mientras algunas buscan soluciones de lo más rudimentarias, otras, como Cindy, aprovechan la situación para hacer negocio. Por su parte, Lorna y Ojos Locos, encargadas de la limpieza, descubren que una de sus compañeras hace de vientre en las duchas. Tras una exhaustiva investigación, un encuentro fortuito en los vestuarios lleva a Lorna a pensar que la ex de Ojos Locos puede ser la que esté dejando todos los días un regalo en la ducha.
Mentiras y trampas
Retrocediendo en el tiempo descubrimos el pasado de Maritza, una de las latinas. La mujer aprovechaba su físico para engañar a los clientes de la discoteca en la que trabajaba, pero como se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, no pasó mucho tiempo para que las argucias de Maritza fueran descubiertas. A pesar de todo, Maritza logró llegar a un acuerdo e incluso participar en un nuevo negocio: estafar a hombres de un nivel adquisitivo mucho más elevado.
Dicho y hecho Maritza entró en una nueva forma de timar a las personas: hacerse pasar por trabajadora de un concesionario para engatusar a los compradores y poder robarles. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba y a punto estuvo de ser descubierta, aunque logró escapar, cierto es que finalmente dio con sus huesos en la cárcel. Sirviéndose de su experiencia en estafas varias, Maritza propone a sus compañeras usar la furgoneta de la cárcel, de la que es conductora responsable, para sacar al exterior la mercancía del negocio de bragas usadas.
Tras ganarse la confianza de uno de los guardias, Maritza consigue esconder el paquete que debe entregar en el exterior en una de las ruedas de la furgoneta. Pero cuando debía producirse la recogida del material, Alonso, el encargado de ello, es descubierto por uno de los guardias. Gracias a la rápida intervención de Maritza logran hacer pasar a Alonso por el jardinero, consiguiendo que no sea descubierto y que pueda marcharse con la mercancía.
Mientras tanto, cansada del poder que están adquiriendo las latinas y en un intento de proteger su propio negocio, Chapman decide hablar con Piscatella y contarle que las latinas están comenzando una especie de organización criminal en la cárcel. Alertado por las palabras de Piper, Piscatella organiza un dispositivo para chequear a todas las latinas y examinarlas a fondo. Como sabe que eso no va a ser suficiente, Piper organiza una reunión para evitar que este tipo de grupos se organicen en prisión pero, desgraciadamente, sus palabras surgen el efecto contrario y las chicas deciden juntarse para ir en contra de todas las latinas. ¿Se avecina una guerra?
