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'Trabajo temporal' es ese programa que saca de su monotonía a los famosos y les hace vivir "en sus carnes" otros oficios. Este miércoles 20 de julio llegaba el turno del polifacético Mario Vaquerizo, quien se enfundaba el equipo de bombero congregando a 966.000 espectadores, manteniendo el dato cosechado por Ana Obregón la semana anterior, un 8,7%.
El showman llegaba sorprendido al parque de bomberos del ayuntamiento de Segovia y se mostraba encantado con la propuesta del programa. Mario pasaría a convertirse en "Bravo 3", aunque a él le conquistaba más el concepto "bombero torero", enfrentándose a las duras prácticas del parque en una jornada que prometía risas pero mucho esfuerzo.Tras enfundarse el pesado traje y conocer a todo el equipo, los bomberos no perdían el tiempo y enseñaban al nuevo "aprendiz" lo necesario para comenzar. Mario se subía a la autoescalera llegando a los 30 metros de altura y aprendía a liberar a las personas encerradas en un coche en caso de accidente, pero sin duda el peor momento estaría por llegar.
Un simulacro con fuego real extasiaba a Vaquerizo quien, tras salvar a un muñeco, veía como el trabajo no se quedaría ahí. La propagación del fuego amenazaba el edificio y Mario se veía agotado: "No puedo tío, me va a dar algo", comentaba a su jefe. Aún así, el showman continuó y superó la dura prueba.
Mario Vaquerizo, un bombero en 'Trabajo temporal'
"Personalmente me tenías engañado, mereces la pena"
Pero no todo iba a ser duro trabajo, tras el esfuerzo llega la recompensa y el equipo se trasladaba de nuevo al parque para disfrutar de una rica paella "Vaquerizo-segoviana". Mario se convirtió en el pinche de su jefe de equipo, Manolo y charlaba sobre el día a día de la profesión con sus compañeros.
Un aviso les sorprendía en medio de la comida, aunque al final no se quedó en nada más que un susto. "¿Esto es en serio?", preguntaba asustado. Tras confirmar que no era más que un pequeño fuego que no recurría de sus servicios, el equipo junto al resto de los compañeros del parque volvían a sentarse para disfrutar de la comida.
"Personalmente me tenias engañado, mereces la pena" declaraba Manolo, su jefe. "Y no lo digo por decir", aseguraba el bombero. Mario también se mostraba muy agradecido: "Me voy siendo más inteligente y más interesante".