Ion Aramendi se emociona en su despedida de 'Sálvame'

Algo se muere en el alma cuando un reportero se va. Eso demostró ayer el plató de 'Sálvame', que por sorpresa despedía a una de las caras más conocidas por el público de la redacción del buque insignia de Telecinco.

Paz Padilla sorprendía con un discurso sobre el talento y la evolución en la profesión. La presentadora se deshacía en buenas palabras mientras se dirigía al atril del director David Valdeperas y el secreto se destapaba, Ion Aramendi dejaba sus alocados reportajes para emprender una nueva aventura.

Con la voz entrecortada en reportero intentaba explicar que cerraba una etapa para enfrentarse a un nuevo reto, presentar un magacine en ETB llamado '¡Qué me estás contando!'.Sin poder aguantar las lágrimas Ion Aramendi inundaba de emoción y agradecimiento el plató: "Tengo que dejar esta casa que ha sido la mía durante siete años".

Con la voz entrecortada y los ojos cerrados "para decirlo todo del tirón", el periodista agradecía a todo el equipo, congregado tras David Valdeperas, la grata experiencia de haber trabajado durante tanto tiempo junto a ellos, sin olvidarse de los polémicos colaboradores: "Porque me habéis tratado siempre con un cariño terrible así que, gracias".

Un mini-Ion siempre presente

Ion Aramendi ha conseguido poco a poco destacar entre los reporteros de la cadena de Mediaset, siendo este último año el que más notariedad regalase al vasco gracias a su implicación en programas como 'Gran Hermano'.

Aunque Aramendi tome rumbo a ETB no ha querido marcharse sin dejar algo de sí mismo en su programa, un mini-Ion para que siempre le recuerden: "Quiero dejar mi mini yo para que os vigile y os de suerte". Paz Padilla, que no paraba de abrazar y consolar al reportero, zanjó el triste momento recordándole los caprichos de la vida y que nunca se sabe cuando volverán a reencontrarse: "Esto no es un adiós. Es una puerta maravillosa que se te abre porque tienes talento. Volverás a Telecinco más grande", le dedicaba la presentadora mientras el plató se fundía en un gran aplauso.