La influencia de las televisiones autonómicas en la sociedad española pasa por el peor momento de su historia. Estas cadenas de televisión, que se han convertido en herramientas al servicio de los gobiernos autonómicos de turno y han pasado a transformarse en mastodónticas agencias de colocación de personas afines, viven un momento delicado que se ha ido agravando año tras año desde que la crisis golpeó con dureza a las economías de todo el mundo en 2008, y sobre todo en España.
A pesar de los pésimos resultados que caen en picado progresivamente desde el comienzo de la última legislatura de Jose Luis Rodríguez Zapatero, no parece que las abultadas partidas presupuestarias que reciben estas cadenas vayan a verse afectadas. La Federación de Organismos o Entidades de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA) más el Canal de Extremadura (no inscrito en la asociación) han registrado el peor mes de su historia en audiencias, con un pobre 6,8% de cuota de pantalla.Según los datos recogidos por Kantar Media, el 6,8% cosechado este mes de agosto es 6 décimas inferior al que registraron en agosto de 2015 con un 7,4% de share. Una tendencia que se viene gestando durante los últimos meses cuando anotaron un 6,9% en junio de 2016 (el que fue su mínimo histórico en su momento) y un 7,1% el pasado mes de julio.
Carles Puigdemont y Artur Mas ante la atenta mirada de Carmen Forcadell
Plantillas desorbitadas
El último estudio realizado por la "Unión Profesional" pone de manifiesto el despilfarro que supone para el erario público las hipertrofiadas cúpulas directivas de las cadenas autonómicas: "Solo eliminando parte de la estructura directiva de todas las televisiones podría alcanzarse un ahorro cercano a los 120 millones de euros. Cifra que incluso podría ser superior al eliminar los costes estructurales asociados al desempeño del puesto directivo".
Otro de los grandes males a los que tienen que hacer frente las televisiones autonómicas son los desorbitados costes fijos que deben afrontar para poder "levantar la persiana" todos los días. TV3 y las cadenas autonómicas catalanas cuentan con 2.312 trabajadores. Una cantidad notablemente superior a la de las cadenas privadas de Atresmedia y Mediaset, tan sólo superada por Radio Televisión Española.
Mediaset+Atresmedia= 11 TDT y 3 Radios, 58% de share TV, 3500 empleados
? Maurizio Carlotti (@maucarlo1) 19 de junio de 2015
RTVE+Autonomicas= 7 TDT y 6 Radios, 25% de share TV, 12000 empleados
El conglomerado catalán dispone de un 28% más de plantilla que Atresmedia, con 1.800 trabajadores y un 82% más de operarios que el grupo dirigido por Paolo Vasile, con 1.266 empleados. Canal Sur y Euskal Telebista le siguen de cerca con 1.257 y 975 trabajadores respectivamente. Las televisiones gallegas disponen de 948 empleados frente a los 400 de Castilla-La Mancha Televisión y los 317 de Telemadrid (a pesar de ser la segunda Comunidad de España con más habitantes del territorio con 6,4 millones de personas).
Cadenas acosadas por los múltiples casos de manipulación
Telemadrid es un claro ejemplo de como una televisión de calidad se puede convertir en una herramienta de manipulación al servicio del poder, como fue en la época de Esperanza Aguirre bajo la supervisión del que fue director de informativos de la cadena autonómica madrileña, Víctor Arribas, que será el próximo director del Canal 24 Horas de RTVE. Una estilo informativo que la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha cortado de raíz. Lo mismo pasa en Canal sur, donde la presidenta de la Comunidad de Andalucía, Susana Díaz, ha utilizado como instrumento para hacer campaña electoral durante las pasadas elecciones autonómicas.
Susana Díaz y Emiliano García-Page rodeados de micrófonos de Canal Sur y TVCM
La situación que atraviesa Castilla-La Mancha Televisión es de las más llamativas. La cadena manchega ha pasado de ser una cadena afín a los intereses de María Dolores de Cospedal, bajo la tutela de Ignacio Villa (antigua mano derecha de Federico Jiménez Losantos en sus tiempos de hegemonía en la derecha española), a transmutar en un altavoz del actual presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
Otro de los casos más escandalosos es el de TV3. La cadena autonómica catalana tiene y ha tenido una línea editorial claramente independentista. Los casos de corrupción del "Clan de los Pujol" han sido difuminados en sus informativos durante la etapa de Artur Mas y con Carles Puigdemont en la actualidad. Durante el pasado mes de febrero, TV3 dedicó más minutos a las elecciones en Irán que a la corrupción de los Pujol, según el último estudio realizado por el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC). Unas malas praxis que a pesar de las audiencias se siguen repitiendo bajo un dócil control parlamentario.
