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La semana pasada regresaba 'Fear The Walking Dead' tras el parón estival con un capítulo centrado por completo en Nick. El joven decidió seguir su propio camino para encontrar un lugar en el que la gente piense como él, un sitio en el que respeten a los muertos y pueda sentir que vive en paz. Finalmente Nick lograba llegar hasta una pequeña comunidad donde los habitantes residen sin grandes preocupaciones, intentando llevar una vida normal aunque el mundo esté destrozado. Pero tal y como estamos acostumbrados a ver en 'The Walking Dead', la tranquilidad no dura mucho tiempo en sitios así porque siempre hay algo escondido o alguien que interrumpe esa paz. ¿Sucederá lo mismo con esta comunidad?
En este noveno episodio de la segunda temporada de 'Fear the Walking Dead', titulado "Los Monstruis", hemos visto cómo, efectivamente, las cosas no son tan bonitas en la comunidad en la que acaba de aterrizar Nick. Además, por fin sabemos algo sobre Madison, Víctor, Alicia y Ofelia, los cuatro continúan unidos e intentando asimilar los últimos acontecimientos, al mismo tiempo que tratan de sobrevivir ante la amenaza de los caminantes que se multiplican con el paso de los días. Analicemos los detalles de este nuevo capítulo.
La nueva vida de Nick
Bajo la premisa "de la muerte venimos y a la muerte nos entregamos" los habitantes de esa pequeña comunidad a la que ha ido a parar Nick se ofrecen a los caminantes como un sacrificio. Están convencidos de que sólo los creyentes sobrevivirán cuando la muerte haya limpiado el mundo y el universo vuelva a restablecerse y no dudan en mostrar su más absoluto respeto a los muertos. Está claro que cada uno puede creer en lo que quiera pero personalmente creo que el misticismo ha ganado demasiado protagonismo en la trama.
Mientras tanto, Nick se ve obligado a hacer todo lo que le digan, no sea que le utilicen como alimento para los caminantes. El chico acude junto a una de las mujeres que parece tener más poder en la comunidad a un almacén de comida controlado por un grupo que ha organizado una especie de mafia de los suministros. Este recurso no es nada nuevo, ya lo hemos visto en 'The Walking Dead', tener que pagar a otros con los pocos recursos que tienes para poder adquirir alimentos y agua para poder sobrevivir. No obstante, no es de extrañar que se repita esta fórmula, si realmente llegara el fin del mundo, ¿quién no haría lo que fuera para proteger lo suyo y que nunca le faltara nada?
Lo que sí me ha sorprendido es la astucia y la valentía con la que Nick se ha enfrentado a esos hombres armados. Conoce de sobra cuáles son los síntomas de una persona drogadicta que está intentado superar su adicción y no ha dudo ni un momento en utilizar eso como moneda de cambio. Es decir, si el hombre necesita la medicina que tienen en su comunidad para que su hermana sobreviva, ¿por qué no usarlo como un recurso para negociar? La jugada le podría haber salido rematadamente mal pero no ha tenido miedo a la muerte, no obstante, ¿sabrá reconocer dónde está el límite?
De momento, su corta estancia en la comunidad le ha servido para cuestionar la exacerbada fe que muestran sus habitantes. Él creía en el respeto a los muertos, en seguir considerando a los caminantes personas, pero la actitud con la que se enfrentan a la muerte dista un tanto de sus creencias. Además, el médico que se encarga de tomar las decisiones en la comunidad le ha dado un claro ultimátum y si vuelve a cuestionarles su forma de actuar, será el próximo sacrificado.
Sin embargo, durante esa conversación Nick se ha dado cuenta de que el médico fue mordido y ha sobrevivido sin convertirse en un caminante, ¿será verdad que la fe es capaz de ayudarles? De momento Nick ha optado por dejarse llevar por la locura de sus vecinos e integrarse en esa comunidad. Falta ver si sufrirá un lavado de cerebro completo o logrará salir de ahí vivo, nada bueno augura conservar a tantos caminantes, ya lo vimos en la granja de Hersel, aunque en esa ocasión el objetivo era muy distinto, conservar a los caminantes porque eran familiares, aquí sólo se mueven por esa supuesta fe de que sólo los creyentes sobrevivirán.
Sobrevivir o vivir
Por fin sabemos algo más del resto de protagonistas, la historia de Nick no está nada mal pero tampoco es cuestión de que el joven monopolice todos los capítulos. Madison sigue empeñada en encontrar a Travis, el amor que siente por él no le permite abandonarle y huir en el Abigail tal y como le preponen su hija y Víctor. Es lógico que a Madison le cueste reaccionar, acaba de perder a su chico y a su hijo en un período de tiempo muy corto y lo único que quiere es volver a encontrase con ellos para continuar unidos. Finalmente, Alicia es la que consigue que su madre se dé por vencida, la joven parece haber aceptado mucho antes que Madison que no volverá a ver a Nick.
La actitud derrotista en la que entra Madison desde ese momento le lleva a aceptar la idea de refugiarse en un hotel. A simple vista, para ellos es una buena opción con tal de no pasar la noche a la intemperie, sin embargo, el resto sabemos que es la peor idea que podrían tener. En un lugar tan grande los peligros se multiplican, ya no sólo los caminantes que puede haber en un sitio así, sino los posibles supervivientes que hayan decidido tomar el hotel como su refugio y estén dispuestos a hacer lo imposible para que nadie se lo arrebate.
Sin darle muchas vueltas, Madison, Alicia, Víctor y Ofelia entran en el hotel, aunque deciden entrar de forma sigilosa por si hay algún caminante cerca, rápidamente olvidan lo peligro que es y deciden separarse para ir en busca de alimentos. La forma de actuar dista mucho a la de Rick y sus amigos, aquí todavía desconocen el verdadero peligro que supone quedarse en un hotel abandonado porque no han tenido que enfrentarse a grandes hordas de caminantes. La falta de costumbre les lleva a despreocuparse rápidamente y deleitarse con las bebidas alcohólicas que encuentran y con largas conversaciones llenas de confidencias.
Por su parte, Ofelia está cansada de sobrevivir porque piensa que nunca van a lograr rehacer sus vidas, el mundo tal y como lo conocían ya no existe y duda mucho de que algún día vuelva a ser como antes. Alicia, sin embargo, se muestra mucho más optimista y decide aprovechar el agua caliente del hotel para darse una ducha. Pero al terminar de asearse se percata de que Ofelia ha desaparecido, momento en el que ve caer a un caminante por la ventana. Al asomarse al balcón, Alicia descubre que son varios los caminantes que se están lanzando por las ventanas atraídos por unos ruidos que proceden justo del bar del hotel, lugar en el que se encuentran su madre y Víctor.
Mientras, Madison y Víctor se encuentran ajenos a la horda de caminantes que se les avecina. El alcohol ha hecho mella en ellos y muchos pensarán que su forma de actuar ha sido de lo más inconsciente. Y sí, lo es, es de estúpidos montar un escándalo sabiendo que eso atrae a los caminantes. No obstante, por lo menos la conversación entre ambos nos ha servido para descubrir cómo era el padre de los chicos, un hombre descuidado y que murió en un accidente provocado por él mismo. Por lo que ahora sabemos de quién ha sacado Nick esos impulsos que le llevan a cometer locuras.
La falta de sensatez ha provocado que en pocos segundos Madison y Víctor se encuentren rodeados de caminantes y con pocas posibilidades de escapar. Además, en un intento de encontrar a Ofelia y ayudar a su madre, Alicia ha descubierto muchos más caminantes que se encuentran encerrados en los pasillos y en las habitaciones de hotel, ¿cómo saldrán del apuro Madison y Víctor? ¿Logrará Alicia reunirse con ellos y echarles una mano? Y a todo esto, ¿dónde está Ofelia?
