Llegamos al final de la cuarta temporada de 'Orange is the New Black'. Esta nueva tanda de episodios ha estado marcada por la rivalidad entre las distintas etnias que conviven en el centro penitenciario, unas diferencias acentuadas por culpa de los nuevos guardias de seguridad, ese grupo encabezado por Piscatella. La paciencia tiene un límite y así quedó demostrado en el capítulo anterior, cuando las reclusas decidieron rebelarse contra la autoridad, una acción que terminó de la peor de las maneras, con la muerte de Poussey.
En este último capítulo de 'Orange Is The New Black', titulado "Toast Can't Never Be Bread Again", la muerte de Poussey no será en vano y sus consecuencias provocan el caos en la cárcel. Las reclusas quieren venganza y no van a dudar en utilizar todo lo que encuentren a su alcance para que los responsables paguen por el asesinato de su compañera. Entre todo este desconcierto, Caputo intenta apaciguar las aguas al mismo tiempo que lucha contra sus superiores para que la justicia sea lo primordial. Veamos al detalle lo sucedido en el desenlace de la temporada.
Defender lo indefendible
Después de la trágica muerte acontecida llega el turno de aclarar los hechos. Como era de esperar, Piscatella defiende a sus trabajadores alegando que la interna era muy violenta y sólo estaban haciendo lo que les tocaba, garantizar la seguridad de todos. Sí, cierto es que, como guardias, tienen que trabajar para que todo esté en calma pero las reclusas simplemente estaban llevando a cabo una protesta pacífica y fueron los propios guardias los que ocasionaron el altercado.
De esta forma, cansado de ser el amenazado, es el propio Caputo el que ha hecho su trabajo y, tras informarse del pasado de Piscatella, utiliza esa información para chantajearle y ponerle en su lugar, provocando que Piscatella tenga que recular y marcharse por donde vino. No obstante, todavía queda otro tema por resolver, ¿qué pasará ahora con Bayley? Fue la mano ejecutora y en su conciencia quedará por siempre la muerte de Poussey.
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Por su parte, Bayley se siente culpable, es la primera vez que asesina a alguien y se han cumplido los presagios de Caputo: "la cárcel es un lugar que estropea a la gente", explicaba en el capítulo anterior. Bayley va a tener la fortuna de que forma parte de la autoridad y, probablemente, se libre de cualquier castigo mayor y sólo tenga que pagar una pequeña multa. Además, el joven cuenta con el apoyo de sus compañeros policías y, especialmente, con la ayuda de Caputo.
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De nuevo, Caputo sale a la palestra demostrando que se ha ganado con crecer el calificativo de valiente al reconocer que ha sido utilizado por sus superiores y que planeaban una sarta de mentiras para excusar la muerte de Poussey. Veremos qué sucede con él la próxima temporada ahora que ha decidido rebelarse, contar la verdad y enfrentarse al peor enemigo de las reclusas: la empresa que gestiona Litchfield.
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Mientras Taystee y Cindy lloran con rabia la muerte de Poussey, Ojos Locos intenta superar la pérdida a su manera y acaba tirándose encima una estantería de la biblioteca, todo para meterse en la piel de su amiga y sentir lo mismo que ella cuando estaba siendo asfixiada. Por su parte, Judy King, con la que Poussey había hecho muy buenas migas, decide desentenderse de todo y mueve sus hilos para abandonar la prisión y hacer como si ella no hubiera estado allí el día de los hechos. Tendrá todo el dinero y la fama del mundo pero a cobardía no le gana nadie.
Por su parte, la actitud de Nicky provoca que Lorna se desquicie y comience una discusión entre ambas, una pelea que acaba con Lorna reconociendo que toda la situación con su marido le está volviendo loca y con Nicky aceptando que es una yonqui adicta y mentirosa. Ajenas a la situación de sus compañeras, Piper descubre a Alex escondiendo notas por toda la cárcel en las que pone el nombre del guardia asesinado, pero logra convencerla de que esa no es la manera adecuada de proceder porque podrían descubrir que fue ella quien mató al falso guardia.
Paralelamente a los acontecimientos de la cárcel revivimos la historia de Poussey, una joven alegre y jovial que soñaba con comerse el mundo, al igual que anhelaba salir de la cárcel para comenzar una vida junto a la mujer a la que amaba. Su periplo por Nueva York le sirvió para comprobar que en la vida se topará con mucha gente que renegará de ella por su raza e incluso no querrán ayudarla, pero la vida pone a muchas otras personas en tu camino y cada una de ellas te descubre un mundo nuevo lleno de oportunidades.
Conocer este día del pasado de Poussey añade más dramatismo a su muerte. Saber la ilusión con la que quería vivir la vida a pesar de estar en la cárcel nos hace ver lo injusto que resulta todo, a la par que nos recuerda la importancia de disfrutar de cada instante, de cada momento de felicidad. Si el resto de reclusas hubieran presenciado, al igual que nosotros, la noche que vivió Poussey habrían iniciado mucho antes la rebelión que comienza justo cuando Taystee descubre que Bayley va a salir indemne del asesinato de Poussey.
Las cosas en la cárcel se precipitan tras el anuncio de Caputo sobre la verdad del asesinato de Poussey alegando que fue un accidente. Judy King está a punto de salir de prisión para evitar verse envuelta en el altercado, Healy visualiza atento desde un psiquiátrico en el que se encuentra interno la rueda de prensa de Caputo, al igual que Aleida, que se entera en ese instante de que una de sus ex compañeras ha fallecido. Mientras tanto, las reclusas han cogido todo lo que tenían a su disposición para emplearlo como arma y vengar la muerte de su compañera, hasta llegar a los pasillos donde consiguen hacerse con una pistola de uno de los guardias.
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