Programa relacionado
Aramís Fuster vuelve a la carga. La máxima autoridad en ocultismo a nivel mundial, o eso dice ella, no tiene pelos en la lengua. No contenta con sus dardos envenenados a los colaboradores de 'Sálvame' durante sus visitas al plató, ha utilizado su cuenta de Twitter para seguir echando más leña al fuego. Sí, pide a gritos más platós.
La vidente, que superó en audiencia con su visita a 'Sálvame Deluxe' a Belén Esteban, aprovecha cada mínima oportunidad para cargar contra la "princesa del pueblo" por la mala relación existente entre ambas. En esta ocasión, la también dominatrix, ha dejado claro que a "la ojos de sapo" le sienta mal que ella le supere en audiencia.Que mal le sienta a la "ojos de sapo" que yo La supere en audiencia !!!
? ARAMIS FUSTER (@ARAMISFUSTER1) 17 de septiembre de 2016
Además, no es la primera vez que Aramís carga contra Belén y el resto de colaboradores del programa, recordándolo continuamente y sintiéndose orgullosa de ello. El último vídeo al que la vidente ha reaccionado ha sido a un Vine de Belén Esteban donde dice "cerda" (no dirigido a nadie en concreto). La vidente, lejos de contenerse, ha afirmado que ya era hora de que reconociera sus grandes "cualidades".
reconoce sus grandes "cualidades"...ya era hora ! https://t.co/JEa0ZYL73z
? ARAMIS FUSTER (@ARAMISFUSTER1) 9 de agosto de 2016
El regreso de Aramís
María Antonia Pérez Sánchez, supuesto nombre original de la vidente, siempre ha estado relacionada con las artes oscuras, de ahí que, según ella, sea la máxima autoridad mundial en ocultismo a nivel mundial. La bruja ha confesado haber estado en la boda del Conde Drácula, tener 687 años, que desciende de un caballero templario... Además de manifestarse adicta a la Coca Cola light, producto que utilizó en un anterior, supuesto, intento de suicidio.
Este verano volvió a ser noticia por un nuevo intento de suicidio, hecho que no tuvo mayor trascendencia, pero que le ha valido para volver a la parrilla televisiva y ocupar noticias y tertulias en las que su vida es la protagonista. ¿Realidad o montaje?
