La muerte de Cory Monteith revolvió las entrañas de la mítica serie musical 'Glee'. Tres años después de su muerte, Ryan Murphy ha hablado del varapalo que supuso para sí mismo el trágico desenlace del intérprete para Entertainment Weekly.
Cory Monteith, Lea Michelle y Ryan Murphy
Tras ese fatídico 13 de julio de 2013 'Glee' estuvo más cerca que nunca de su final, puesto que el propio Ryan Murphy ofreció a Lea Michele acabar con la ficción sí ella así lo deseaba. Aún así la actriz decidió continuar porque 'solo quería volver a trabajar' e hizo su particular homenaje a Monteith en 'The Quarterback', tercer episodio de la quinta temporada.
"Fue como perder a un hijo", asegura el showrunner. "Nos abrazamos, y la última cosa que dijo fue 'te quiero, tío, y gracias por ayudarme a mejorar", relata Murphy sobre su último encuentro. Unos meses antes de su muerte el actor, que interpretaba a Finn Hudson, había ingresado en rehabilitación, y el showrunner siempre había supuesto un apoyo indispensable en su recuperación tal y como cuenta Lea Michele.
"Cuando Cory estaba vivo, Ryan era la persona que mejor sabía ayudarle para luchar por una vida saludable, pero, cuando llegó ese día, Ryan se hizo cargo de todo. Me ayudó más de lo que puedo explicar", cuenta Lea Michele.
La decadencia tras las cámaras de 'Glee'
"Fue el mejor y el peor momento de mi vida", explica el creador de 'American Horror Story'. El showrunner habla de 'Glee' como una niña bonita que comenzó a derrumbarse tras unas primeras temporadas brillantes.
"Lo que comenzó siendo una gran celebración de amor y aceptación finalmente se convirtió en oscuridad y muerte. Fue una gran lección de cómo no se debe avanzar", explica Murphy. Las rivalidades y los secretos del set no tardaron en airearse y lo que comenzó como una de las ficciones más sorprendentes terminó en una batalla interna que perdía todo su fuelle.
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"Hubo una gran cantidad de luchas internas. Intimamos tanto que llego un momento que no pusimos límites en los roles, entre quién era el jefe y quién el empleado", explica. "Todos estábamos tan unidos que cuando pasaba algo te golpeabas literalmente contra la pared", unos agrios momentos que una vez finalizados devolvieron el agua a su cauce, puesto que asegura que "varios de ellos son ahora muy buenos amigos míos".