'Fear The Walking Dead' 2x14 Recap: "Wrath"

Llegamos a la recta final de la segunda temporada de 'Fear The Walking Dead' con un ambiente lleno de tensión. Por un lado, los huéspedes del Hotel Rosarito, con Madison a la cabeza, hacen frente a la llegada de varias personas que ruegan les concedan una oportunidad para convivir en un lugar seguro. Por otro lado, los habitantes de la comunidad en la que se encuentran Nick se enfrentan a la amenaza de "los Culeros", un grupo armado que ha descubierto dónde está situada la colonia.

En este decimocuarto capítulo de la segunda temporada de 'Fear The Walking Dead', titulado "Wrath", Madison descubre que dos de los nuevos refugiados son los chicos con los que Travis dejó a Chris y que han llegado al hotel en busca de ayuda tras sufrir un accidente pero, ¿qué ha sido de Chris? Por su parte, Nick tendrá que decidir qué dirección tomar, ¿se queda ayudando a proteger la colonia o se marcha solo y sin mirar atrás? Veamos al detalle lo sucedido en este nuevo episodio.

La valentía del ser humano

Su presencia en la serie nunca fue relevante, sin embargo, desde la muerte de su padre y su separación del grupo, Ofelia se ha ganado un poco de espacio con una nueva trama centrada en su persona. Tras huir en la furgoneta del grupo, Ofelia queda atrapada en medio de la nada al averiarse el vehículo, una situación que le obliga a enfrentarse a varios caminantes. Con decisión y buena maña, la mujer logra deshacerse de sus atacantes demostrando ser una gran luchadora.

De momento parece que Ofelia sabe apañárselas muy bien sin la ayuda de nadie pero, ¿cuál es su destino? ¿Sobrevivirá cuando se quede sin agua y comida? En su periplo por en medio del desierto Ofelia consigue cruzar la frontera y pasa a los Estados Unidos, donde es recibida con varios disparos. Rápidamente el autor de los tiros hace acto de presencia indicándole a Ofelia que ha llegado a un nuevo país. No sabemos si el señor será un aliado o una amenaza para ella, pero seguramente habrá pensado que una mujer sola está indefensa, pero lo que desconoce es que Ofelia tiene muchas más agallas de lo que aparenta.

Ayudar a los demás

Dejando de lado la historia de Ofelia y haciendo un poco de memoria, hace un par de capítulos Nick acordó con uno de sus vecinos de la colonia escapar aprovechando la oscuridad de la noche para acudir al almacén en busca de agua y otros víveres necesarios para sobrevivir. Las agallas y la habilidad del joven le permiten robar sin ser visto y marcharse, aunque no tenía otra opción si quiere ayudar a los suyos ahora que ha descubierto que "los Culeros" saben dónde se encuentra su comunidad.

Sin dar rodeos, Nick y su compañero les ofrecen la medicación a cambio de que les dejen en paz, sin embargo, los chicos han llegado demasiado tarde y, por culpa de Alejandro, que no les dejó salir antes, ahora tienen que hacer frente a una organización criminal que está dispuesta a utilizar la fuerza para hacerse con su fortaleza, con la pequeña colonia que tanto les ha costado sacar adelante y proteger.

No obstante, en una muestra de un buen gesto, el líder de "los Culeros" les ofrece la posibilidad de marcharse antes de que lleguen porque, tal y como ejemplifica con los cuerpos sin vida de la familia a la que secuestraron, no les importa la gente. Tras esta amenaza, Nick le cuentan a Alejandro lo ocurrido, pero mientras le relata la situación a la que se enfrentan uno de los pacientes se levanta convertido en caminante y provoca el caos en la enfermería.

Aunque Nick ha logrado detener al caminante matándolo de una las formas más escabrosas que hemos visto hasta ahora -metiéndole los dedos por los ojos hasta llegar al cerebro-, el caminante ha conseguido morder a otro paciente, a una de las enfermeras y al propio Alejandro. La ventaja de este ataque inesperado es que, por fin, podremos descubrir si es verdad que Alejandro puede sobrevivir a la mordedura de un caminante. Tal y como mandan las normas de la comunidad, los dos heridos se entregan a la horda de caminantes que mantienen a la entrada de la colonia mientras el resto de habitantes recitan su famoso lema: "De la muerte venimos y a la muerte nos entregamos".

Después de lo sucedido Nick quiere irse de la comunidad, ha visto el miedo en los ojos de Alejandro y sabe que es un farsante y que no piensa hacer nada cuando les ataquen. Ante la incredulidad de Luciana por las palabras de Nick, Alejandro acaba confesándole que no es inmune, que nunca fue mordido por un infectado, sino que fue el joven drogadicto al que intentaba ayudar el que le mordió. Aunque sabe que la verdad provocará que el resto pierda la fe, Luciana se niega a marcharse porque en esa comunidad se encuentra su familia. Por su parte, Nick está enamorado de ella y ahora tiene que tomar una difícil decisión, ¿se queda y toma el mando de la situación o se marcha sin mirar atrás?

El poder de la fuerza interior

Madison ha permanecido atenta toda la noche a Travis, parece que tiene miedo de que se vaya a marchar en cualquier momento e intenta persuadirle de que ese hotel es ahora su nuevo hogar y que ha hecho todo lo que estaba en sus manos para proteger a Chris, tal y como le prometió a la madre del chico. Gracias a esa conversación comprobamos, una vez más, que el miedo a perder a alguien de su familia es el talón de Aquiles de Madison.

Demostrando que ha madurado y que ya no es la joven que pasaba de todo y de todos, Alicia intenta disculparse ante Travis por su actitud con Chris, sin embargo, Travis le da toda la razón, ya que ahora ha comprendido que su propio hijo está enfermo y es un asesino. Mientras tanto, en el hotel siguen recibiendo a gente y, precisamente, por casualidades de la vida, los últimos en llegar son los dos chicos que se marcharon con Chris. Según ellos, tuvieron un accidente de coche y el que conducía, Chris, murió en el acto.

Tras conocer la historia, Madison se enfrenta a un dilema moral, ¿le cuenta a Travis que los chicos están ahí y que su hijo puede que haya fallecido o se deshace de los jóvenes y hace como si nada hubiera sucedido? Gracias a Víctor, que desde su conversación con Alicia se ha convertido en el consejero de todos, Madison comprende que lo que realmente importa ahora es su hija y las personas que están con ella en el hotel.

La decisión de Madison queda clara cuando se lleva a los dos chicos fuera del recinto del hotel, pero el revuelo generado provoca que Travis se percate de la presencia de los muchachos. Una vez alejados de la multitud, Travis se queda a solas con los chicos y les ruega que le relaten lo que le ha sucedido a su hijo. A cambio de ser liberados cuentan que tuvieron un accidente cuando iban en la furgoneta conducida por Chris. Ambos descasaban en la parte trasera y resultaron magullados, sin embargo, Chris se llevó la peor parte y lo encontraron muerto.

Ante la petición de Travis para que le indiquen la ubicación del cuerpo de su hijo, ambos argumentan que lo sacaron del vehículo y lo enterraron, pero las miradas cruzadas entre los dos nos hacen intuir que están mintiendo. En una muestra de ingenio, Travis se da cuenta de que la historia de los jóvenes no tiene sentido, lo queles obliga a confesar que mataron a Chris porque estaba malherido, tal y como hicieron con su otro compañero cuando estaban en la granja.

Al escuchar la historia, la rabia de saber que han asesinado a su hijo y el sentimiento de culpa por haber permitido que se marchara convierten a Travis en un auténtico monstruo, un ser incapaz de controlar su ira y que termina asesinando con sus propias manos a los dos jóvenes. La situación traumática por la que acaba de pasar Travis va a marcar su futuro porque, después de haber matado a los chicos tirando por tierra sus propios principios, Travis no volverá a ser nunca más el hombre que era antes. ¿Afectará esta situación a su relación con Madison? ¿Permitirán el resto de huéspedes que un hombre violento como Travis permanezca con ellos?