La inminente formación de Gobierno ha reactivado los movimientos internos para planificar la futura presidencia de la cadena pública. El presidente de RTVE ha intentado abandonar por segunda vez la dirección del ente público, tal y como recoge en su información el diario Elconfidencialdigital.
José Antonio Sánchez, presidente de RTVE
La salida de Sánchez tendrá que esperar por lo menos hasta que se forme el nuevo Gobierno en la próxima investidura que muy probablemente aceptará Rajoy a principios de noviembre. Gerifaltes del Partido Popular han impedido su marcha a pesar de que el presidente de RTVE lleva más del doble de tiempo al frente de la cadena de lo que se pensó en un principio. Un cargo que se trataba de un movimiento transitorio de corta duración, y que la repetición de elecciones ha alargado.
Cospedal y Soraya enfrentadas por sus candidatos
Eladio Jareño, director de RTVE, es el favorito de Sánchez para relevarle en el puesto de presidente. Jareño cuenta con el apoyo de Jorge Fernández-Díaz, Alicia Sánchez Camacho (de quien Jareño fue su director de comunicación) y de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal
El otro candidato es Enrique Alejo, responsable del Departamento de Cuentas, y con un perfil mucho más heterodoxo y que tiene el visto bueno de la mayoría de los directivos de RTVE. Alejo viene avalado por Cristobal Montoro (quien le puso en el cargo), ya que el responsable de Cuentas fue el responsable de ejecutar los recortes presupuestarios que exigió el Ministerio de Hacienda a RTVE. Además, Alejo cuenta también con el patrocinio de la Vicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría, que confía plenamente en Enrique para llevar a cabo una eficiente reestructuración de la cadena pública.
Un cargo que dependerá del Parlamento
La nueva aritmética parlamentaria exige que el nuevo presidente de RTVE tenga que ser elegido por consenso. El nombramiento requiere de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, por lo que el PP necesitaría apoyos en otros partidos, al menos 38 diputados más entre el PSOE y Ciudadanos.
El impedir a Sánchez abandonar en estos momentos la presidencia de RTVE es una estrategia del Partido Popular para cubrirse las espaldas en caso de que el cargo forme parte de la negociación con el PSOE para apoyar la investidura de Mariano Rajoy.