La tensión entre Miguel, Adara y Pol ha sobrepasado todos los límites. Desde que Adara se enterase de que Miguel se había declarado a su novio, el ambiente en la casa de 'Gran Hermano 17' no puede ser más tenso. Los concursantes han pasado varios días sin dirigirse la palabra, algo que ha hecho mucho daño al gallego, que no entiende por qué su amigo no le habla.
Durante la última fiesta celebrada en la casa, Miguel aprovechó para acercarse a Pol y preguntarle por qué le había retirado la palabra. "Llevas dos días sin hablarme, ¿es por ti?". El barcelonés le reconoció que había sido iniciativa suya y que nadie le había pedido que dejara de hablar con él. "Me he enterado de cosas que has dicho y estoy buscando el momento".
Los concursantes han sobrepasado todos los límites durante su último enfrentamiento
Mientras Fernando intentaba hacer entender a Adara que Pol está con ella y la quiere, y que no debía preocuparse por su relación con Miguel, Clara le explicaba a Pol que, con su actitud, estaba perdiendo a un amigo: "La persona que más te ha querido y más te ha defendido la estás perdiendo. Está hecho una p*** mierda".
Finalmente, la conversación entre ambos concursantes se produjo y Miguel le recriminó que Pol no estuviese ahí cuando Adara explotó de rabia. "Estoy muy cansado. El otro día me faltó que me dieras un abrazo. En ningún momento de dije nada malo de ella. Llevas dos días sin mirarme".
La situación se tensó de tal modo que Adara terminó por explotar. Unos minutos antes de que todo se desvaneciera, Clara y Miguel imitaron el gesto de una arcada al ver cómo Adara y Pol se besaban. La concursante observó este gesto y no quiso hacer ningún comentario al respecto hasta que la situación estalló: "Si te entran ganas de vomitar cuando nos veas miras a otro lado".
Lo más leído
"¡Qué hija de p*** eres!". La respuesta de Miguel, fuera de sí, enfadó en demasía a su compañera, que le advirtió de que fuera la última vez que le calificaba así. Por su parte, el gallego mostró su deseo de marcharse del concurso mientras lloraba, según Jorge Javier, "sin lágrimas": "¡Déjame en paz! Me quiero ir de aquí, no puedo más. No para de insultarme".