No por Navidad, pero Alejandra Andrade vuelve a casa, a Mediaset. Y lo hace de la mano de Cuatro, la cadena que la vio adentrarse de lleno en el reporterismo con 'Callejeros'. Esta vez, la intrépida periodista regresa con muchísima más experiencia a la espalda y mucha más calle para ponerse al frente de 'Fuera de cobertura' gracias a Producciones Imposibles, su nueva productora, y a Onza Entertainment, con Gonzalo Sagardía ('El Ministerio del Tiempo') como productor ejecutivo.
alejandra Andrade se adentra en territorios conflictivos en 'Fuera de cobertura'
El programa nos trae todas aquellas denuncias que, de no ser mostradas en ese momento, se quedarían relegadas a un segundo plano, sin ser escuchadas, en definitiva: "fuera de cobertura". En esta primera entrega la tensión no puede faltar y eso se debe, en gran manera, a la insistencia y atrevimiento de la reportera que nos lleva de la mano para fijar el foco en aquello que no quiere ser grabado. Y no solo el savoir faire de su reporterismo es lo que hace que 'Fuera de cobertura' sea una gran apuesta de Cuatro, los testimonios de las víctimas tienen un protagonismo esencial. Así, se pone de manifiesto la valentía y el coraje de alguien que ha sido perseguido durante años. Los presos de Guantánamo, la homofobia en Rusia, las violaciones colectivas de mujeres en Egipto, las armas en Estados Unidos o la situación ilegal de españoles en Marruecos son algunos de los temas que se abordarán en la primera temporada del programa.
Guantánamo, el "zoo" de las prisiones
El listón del programa arranca alto con la primera entrega de 'Fuera de cobertura', "Los últimos de Guantánamo", donde Alejandra y su equipo de grabación -tan solo un cámara- se suben al avión dispuestos a grabar las inmediaciones en la cárcel de Guantánamo, principal dependencia de las fuerzas militares de Estados Unidos en la que se encuentran recluidos indefinidamente y sin juicio personas relacionadas con atentados terroristas. Un tema muy acertado para abordar, desde el punto de vista periodístico, teniendo en cuenta que este martes 8 de noviembre se celebran las elecciones presidenciales en Estados Unidos y, por tanto, la marcha del presidente Barack Obama y su fallido intento por cerrar esta prisión.
Los guardias de Guantánamo supervisaban todas las grabaciones en 'Fuera de cobertura'
Desde el primer momento somos conscientes de la máxima seguridad y vigilancia que tiene que soportar el equipo de grabación. Alejandra no puede dar un paso sin tener que pasar antes por una decena de soldados que vigilan todo lo que hacen y dicen. De hecho, les advierten: "revisaremos todo el material". Asimismo, tienen terminantemente prohibido grabar cualquier rostro, cerraduras, puertas, controles, antenas o radares. Los presos no pueden ser entrevistados y cualquier acercamiento con el personal de la prisión pasa por la supervisión constante de sus superiores. La contradicción aparece cuando les dan permiso para grabarlos sin que los propios detenidos sean conscientes, creando la sensación de una especie de "zoo" humano.
Los testimonios, la clave que revela el trato inhumano de la prisión
Una de las declaraciones que cobra mayor peso en esta primera entrega es la de Ahmed Errachidi, uno de los presos -ya absuelto- que cumplió una condena de cinco años en el penal cubano de Guantánamo sin ser juzgado ni acusado formalmente de nada. La crudeza de las torturas vividas durante su reclutamiento se traspasan fuera de la pantalla por la emoción que es incapaz de contener. "Había un castigo que consistía en quitarte toda la ropa y ponerte el aire acondicionado muy frío", cuenta Ahmed. Historias como la suya, en la que su vida cambió de la noche a la mañana por estar en el sitio y momento equivocados, son las que hacen de 'Fuera de cobertura' un programa esencial para entender la injusticia que muchos han vivido.
Ahmed Errachidi cuenta su desgarradora experiencia en 'Fuera de cobertura'
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El hecho de que hayan tenido tantas negativas por parte de los guardias para grabar según qué cosas se manifiesta a través de las continuas peticiones del guardia por bajar la cámara o su insistencia en pedir que dejen de preguntar al personal inexperto -apenas llegan a los 22 años-. "Baja la cámara, Alejandra", dicen los guardias, y no queda más que obedecer. El hecho de que muestren los cortes acerca el sentimiento de impotencia de la reportera y su compañero a los espectadores, repetido en varias ocasiones a lo largo de la cinta. Cómo consiguen esquivar tantas limitaciones es digno de comprobarlo por vosotros mismos este lunes 7 de noviembre a las 22:40 horas en Cuatro.