La pequeña pantalla acaba de perder a uno de sus personajes más icónicos. Un personaje de culto que ya forma parte de la historia de nuestra cultura kitsch. Cristina Ortiz Rodríguez, conocida artísticamente como La Veneno, ha fallecido en el Hospital Universitario de La Paz en Madrid tras sufrir, supuestamente, un grave accidente en su casa, que le indujo a un coma irreversible. La vedette, cantante y actriz llegó al centro médico con un fuerte golpe en la cabeza que ha terminado con su vida debido a un fallo multiorgánico a las 9 de la mañana del 9 de noviembre de 2016.
Cristina 'La Veneno'
Su golpe de suerte le llegó gracias a un reportaje callejero sobre prostitución que realizó el programa 'Esta noche cruzamos el Mississippi' en el Parque del Oeste, allá por el año 1996. La carismática prostituta impactó tanto al presentador Pepe Navarro que la fichó como colaboradora de su late night en Telecinco y, posteriormente, en Antena 3 con 'La sonrisa del pelícano'. Su desparpajo, su lengua viperina y su vulgaridad la convirtieron en todo un icono de la pequeña pantalla.
Un icono trash
Más allá de su trabajo como colaboradora televisiva, La Veneno probó suerte en el mundo de la canción lanzando dos singles: "Veneno pa' tu piel" y "El rap de La Veneno". Además, en su época dorada, debutó como actriz en las películas pornográficas "El Secreto de la Veneno" y "La Venganza de la Veneno", dirigidas por Anton Frames. Después de una etapa de éxito, tuvo que hacer frente a todo tipo de dramas personales. Incluso, llegó a cumplir condena en la cárcel. Eso sí, sin abandonar definitivamente los platós, ya que pudimos verla ocasionalmente en '¿Dónde estás corazón?' o 'Sálvame'.
Aunque sus apariciones televisivas no han sido muy frecuentes en los últimos años, Cristina se ha convertido en un auténtico fenómeno viral. Sus rocambolescas frases ya forman parte de la cultura popular y han sido objeto de numerosos memes. Recientemente, reapareció para presentar el libro "Digo! Ni Puta ni Santa. Las Memorias de La Veneno", escrito por Valeria Vegas. Hasta siempre, digo.