222 episodios de prime time y más de 400 capítulos diarios. Este el resultado de los más de nueve años de duro trabajo con los que cuenta Bambú a sus espaldas. Desde sus inicios con la aclamada 'Desaparecida' hasta su entrada por la puerta grande en Netflix, una de nuestras productoras estrella ha tenido que pasar por muchos aciertos y fracasos hasta lograr auparse donde está.
'Desaparecida', la primera serie a nivel nacional de Bambú
Si existe un estándar es por éxito-fracaso, por selección natural se ha impuesto lo que ha funcionado
Sin embargo, está claro que, si por algo se caracteriza su productora es por seguir una serie de patrones similares que la creadora detalla de la siguiente manera: "Nuestro sello creo que hoy por hoy pasa por un público fundamentalmente femenino, buscamos a esa mujer que tradicionalmente se conecta a la televisión. Luego siempre hay un espacio en el que sucede todo, ya sea un hotel, unas galerías o una bodega, al igual que la familia, que también es un concepto clave en nuestros proyectos".
Otro de los elementos que tienen siempre presentes es intentar "estar al día de lo que nos ofrecía la técnica". "Cuando nació queríamos darle siempre un tinte cinematográfico, un estándar de calidad. Las producciones se hacen para que el dinero se vea siempre en pantalla, que lo pueda valorar el espectador", confiesa.
'Hispania', todo un referente en cuanto a series históricas
"Hay muchas ideas con las que hacer una serie, pero igual muchas de ellas no queremos llevarla a cabo. Nos tiene que apasionar", defiende Gema R. Neira, directora de desarrollo de la compañía. "Tenemos claro que hay que pensar en el público que te va a ver. Y luego, si a ti no te gusta la serie, es imposible que le guste a la audiencia. Siempre hay que pensar en que vas a hacer un éxito".
Carlos Sedes, director de la mayoría de pilotos que produce Bambú, define este como "un proceso muy largo que es muy diferente en cada serie. Desde que llega el guion, es importante entender lo que se quiere hacer y enfocarlo". Cuando presentaron la idea de 'Hispania', Antena 3 les contestó: "si convertís a los hispanos en gavilanes, os la compramos". "Era rodar con muy pocos medios, pero con todo fue un gran aprendizaje, sobre todo para tocar el género de acción y los efectos digitales. Fue toda una experiencia", recuerda.
Las cadenas son nuestro primer espectador
Hasta que no llegó esta serie a pantalla, no aprendieron "lo que es la batalla de la programación". Y es que con el tiempo cada vez han ido mejorando su relación con las cadenas, a las que consideran su "primer espectador". "Al final todos estamos en el mismo barco y queremos hacer la mejor serie posible. Intentamos verla como un amigo. Lo más complicado viene al principio, cuando tienes que transmitir qué quieres hacer. Ahí está el momento más crítico, porque la cadena solo recibe tu feedback, y hasta que no están hechos los primeros capítulos es muy difícil vender una idea". Teresa asume que la clave está en que "si a la cadena no le gusta algo, el fallo está en nosotros". "Los creadores solemos tener una prepotencia con respecto a los directivos de cadena y eso es una gran mentira. Las cadenas muchas veces salvan series. Cuando no ven algo, no es que la cadena sea tonta, si no que igual yo no lo he explicado bien. Cada cosa que nos dicen se analiza", afirma.
'Gran reserva' fue todo un éxito en la parrilla de La 1
Otras de las cosas que siempre han tenido muy claras es que del fracaso se aprende. Es en esta ocasión cuando rememoran 'Guante blanco', un proyecto al que ellos mismos consideran entre risas "un fracaso rotundo". "Es la única serie que se anunció su retirada como 'se reestrena en la web'. Era nuestra primera serie con nuestro logo, y mucho antes de la emisión nos dimos cuenta de que había algo que no cuajaba. Aquello no chutaba ni pa' atrás", comenta Ramón Campos.
"Con el tiempo aprendes una serie de claves que sabes que funcionan. Siempre te vas a repetir a la hora de tratar conflictos o épocas. Más que nada diría que se trata de ser fiel a ti mismo", admite Gema. Su compañero Ramón, sin embargo, es mucho más tajante en este aspecto, y defiende que esa cuestión no les da ningún vértigo. "¿Que nos repetimos? Sí, pero también lo hace Jarabe de palo".
¿Que nos repetimos? Sí, pero también lo hace Jarabe de palo
"Es cierto que nuestras series pueden sonar unas a otras", continúa. "Es como si dices que las canciones de Mecano te suenan. Eso nos tiene que hacer fuertes. Hay una clave que es no avergonzarnos de estar enfocados al público femenino. Decidimos tocar esa tecla, y de vez en cuando nos alejamos un poco para respirar. Pero ese público está siempre en la base de Bambú. Las mujeres son el bizcocho, los hombres son la nata, los jóvenes la guinda y los niños las velas. Y sin bizcocho no hay tarta, Si te olvidas de las mujeres al hacer una series estás muerto".
'Velvet' se ha convertido en el buque insignia de la productora
"Nuestro histórico no solo depende de nuestro interés, sino también de quien paga". Y es que aunque parezca extraño, "cuando Netflix se puso en contacto con nosotros, sacamos todos los proyectos que teníamos en un cajón pensando que querían algo diferente, pero para nuestra sorpresa nos pidieron algo en la línea de 'Velvet'. Fue entonces cuando dijimos, vale, pues saca 'El cable". Según Teresa, a la que recientemente le han concedido un importante reconocimiento por su labor al frente de Bambú, "tardaron 48 horas en decirnos que querían esa serie. Iban buscando el heredero de 'Velvet', para nada en cambiar de tuerca".
Por último, todos ellos coinciden en que "las cadenas están nerviosas" por el irrefrenable ascenso de las plataformas bajo demanda. "Alguien va a morir con la llegada de todas estas plataformas. Telecinco depende más del directo, pero Atresmedia ha hecho una clara apuesta por la ficción y, aunque no tienen miedo en cuanto a futuro, están muy pendientes de saber cómo enfocarse en esta revolución".