Tras más de dos meses de concurso, por fin se produjo la deseada petición. Bea solicitó una hora sin cámaras a 'Gran Hermano' para disfrutarla junto a Rodrigo, con quien hace ya varias semanas comenzó una bonita relación dentro de la casa. No obstante, el Súper le recordó a la valenciana que la hora sin cámaras ha de solicitarse en pareja, por lo que la chica tuvo que convencer al madrileño para conseguir su propósito.
Aunque no muy convencido, Rodrigo terminó por acceder. Aun así, justificó su titubeo explicando su incomodidad ante la posibilidad de que sus padres vieran, o más bien oyeran, a través de la televisión cómo mantenía relaciones sexuales. Por su parte, Bea preparó la cita con esmero y pidió al Súper una gorra de policía y unas esposas para jugar con su chico.
Bea y Rodrigo minutos antes de su hora sin cámaras
Una hora sin cámaras y... sin sexo
Tras una intensa y afrodisíaca cena, las cámaras del apartamento de Guadalix se desconectaron para que Rodrigo y Bea pudieran dar rienda suelta a su amor. Sin embargo, el madrileño se vio obligado a pararle los pies a su chica en demasiadas ocasiones. El coqueteo y los juegos se sucedieron durante los sesenta minutos de privacidad, aunque no pasó nada de lo esperado.
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Una vez de vuelta en la casa, Miguel se interesó por lo sucedido en el apartamento. Rodrigo, contenido, explicó que no había ocurrido aquello que sus compañeros imaginaban: "Tengo los huevos como si fueran sacos de patatas". El madrileño especificó que ni siquiera se había producido una masturbación, aunque el chico confesó haber podido ver el cuerpo de su chica tal como su madre la trajo al mundo. Por su parte, Bea, algo resignada, se conformaba pensando que su chico ya le cogerá "con más ganas".