En el 2012, la televisión alcanzó sus máximos históricos. En aquel año, el promedio de consumo de televisión por persona y día era de 246 minutos. En concreto, de cuatro horas y seis minutos de consumo lineal o de flujo. Es decir, cada individuo invertía 246 minutos al día en consumir aquello que la televisión emitía en el momento. Por aquel entonces, todavía no se medía el consumo en diferido, constituido por aquellas emisiones que ya han sido retransmitidas en la televisión y por las que se producen en plataformas digitales como Atresplayer o Mitele.
Evolución anual del consumo televisivo Barlovento Comunicación
minutos por persona y día, tanto en su vertiente lineal como en diferido. Mientras que al primer tipo de consumo se dedica un total de 230 minutos por persona y día, el diferido constituye tres minutos. Respecto a 2012, año del récord anual, el consumo se reduce en 13 minutos por persona y día.
La estabilidad del consumo en diferido
No obstante, en cuanto a 2015, el consumo en diferido se mantiene alcanzando los tres minutos de media tal y como ocurrió en el año anterior. Aunque la modalidad lineal desciende, el consumo de audiovisual a través de plataformas digitales se mantiene. Es decir, las formas de consumo de los espectadores están sufriendo una transformación debido a la irrupción de nuevos dispositivos y pantallas desde las que ver contenido audiovisual.
Evolución mensual del consumo televisivo Barlovento Comunicación
Los modos de consumo cambian. Sin embargo, la televisión continúa siendo el medio de comunicación principal para la ciudadanía y registra mayor cuota publicitaria que el resto de medios, tanto tradicionales como no convencionales. Las dos grandes corporaciones que aglutinan dichos ingresos publicitarios son Mediaset y Atresmedia. Ambas son destinatarias del 86,4% de la inversión en publicidad de la televisión.