Benedict Cumberbatch ha conseguido numerosos premios gracias a su papel como Sherlock Holmes en la serie con el mismo nombre de la BBC. Su naturalidad y su astucia nos hacen regresar al pasado y creer que estamos viendo al mismísimo personaje de la novela de Sir Arthur Conan Doyle en la pequeña pantalla. Según un estudio de Ancestry,com, Cumberbatch tendría una relación con el autor de la obra de 1887 más allá de la televisión.
Benedict Cumberbatch y Arthur Conan Doyle
Después de investigar a los antepasados del actor británico y de analizar su árbol genealógico, se ha descubierto que es pariente de Doyle. Ambos son primos lejanos, muy lejanos. Y es que, para encontrar su relación, hay que retroceder 16 generaciones por cada rama. La persona que les une es el cuarto hijo varón del rey Eduardo III de Inglaterra, Juan de Gante.
En un comunicado, Michelle Ercanbrack, historiadora de la web que ha llevado a cabo la investigación, ha explicado que "en esta ocasión, esa prueba vino de documentos que sitúan a una persona en un lugar y tiempo o que mostraban alguna relación familiar" y ha reconocido que el trabajo no ha sido nada sencillo porque "hemos observado todo, desde registros de la Iglesia de bautizos y entierros, censos, anuncios de periódicos, escrituras de tierras y hasta las lápidas".
La cuarta temporada se ha estrenado el pasado 1 de enero
Los espectadores de la ficción estaban ansiosos por ver de vuelta en televisión al detective más famoso de Baker Street y a su acompañante. El año comenzó de la mejor manera para ellos ya que el 1 de enero se estrenó a nivel mundial en la BBC y un día después en Netflix España la cuarta temporada de 'Sherlock'. Como en todos los capítulos, Holmes tiene que resolver un caso de lo más complicado.
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En el primer episodio de esta temporada, llamado "The Six Tatchers", el detective tiene que encontrar al asesino del hijo de un ministro, cuyo cuerpo aparece dentro de un coche que ha explotado. Pero ese no es el verdadero kit de la cuestión. Sherlock, cuando acude a la casa del político, se da cuenta de que falta un busto de Margaret Thatcher y se pone manos a la obra con una investigación que le traslada hasta el lugar en el que se encuentra el último busto de yeso que queda de la primera ministra. Antes de que sea robado, Holmes consigue frenar al ladrón y comienza a unir cabos que le llevan a descubrir al verdadero villano.