Crítica de 'El final del camino': Un irregular sendero de aventuras

Las series históricas, o por lo menos ambientadas en una parte importante de la memoria de España, han empezado a ser un género que están consiguiendo calar en la audiencia. Aun así, ya se empiezan a percibir los primeros síntomas de desgaste. Si con 'Isabel' consiguieron engachar al público con las intrigas de los Reyes Católicos, su secuela 'Carlos, Rey Emperador' no llegó a funcionar del todo. TVE con una producción de La Voz Audiovisual vuelven a atraverse con la historia nacional con 'El final del camino'.

La serie se ambienta en la creación de la Catedral de Santiago como telón de fondo. La acción se centra en los tres hermanos Catoira. Tras sufrir un ataque cuando eran pequeños, Gonzalo y Esteban se separan de su hermano Pedro. Después de muchos años y ya convertidos en adultos, Gonzalo descubrirá que está vivo pero se encuentra encerrado en Toledo, que está bajo el dominio árabe. Guerras, intrigas y traiciones adornaran la vida de estos personajes, donde incluso la realeza se verá envuelta en muchos problemas.

La esencia de la serie no busca mostrarnos o hablarnos únicamente de cómo fue la historia real, sino que pretende darnos una ficción jugando con una base verídica. Este aspecto por un lado favorece al otorgar mayor creatividad y facilidad a la hora de crear nuevas tramas pero arriesga también al poder caer en la inverosimilitud, algo que tristemente la serie de TVE llega a realizar en varias ocasiones. En especial, las primeras escenas son un poco forzadas, lo que no consigue enganchar el espectador desde el primer minuto. Tal vez hubiera sido un acierto buscar situaciones más fluidas y que hubieran podido encajar este rompecabezas. Hay que aclarar que no se habla de rigor histórico, dado que desde un primer momento se puede observar que la Catedral de Santiago y su construcción tan sólo están de contexto en la historia pero no forman lo primordial. Por estas razones, la realización de varias secuencias y acciones no creíbles hacen que acabe notándose la irregularidad de la serie, al no mantener un buen ritmo a lo largo del capítulo y en ocasiones, volverse algo lenta para el espectador.

Una imagen cuidada

Uno de los puntos fuertes de 'El final del camino' es la utilización de exteriores reales y el cuidado de la imagen. A lo largo del episodio se pudo ver una calidad visual muy potente, con una iluminación excelente. Los escenarios reales de Galicia consiguen dar un toque de grandeza a la serie y recrean a la perfección la época en la que está inspirada la acción. Además, el trabajo técnico relacionado con la fotografía está muy trabajado, se nota que no se ha dejado al azar. El maquillaje y el vestuario están a la altura de una producción de esta envergadura y se puede palpar todo el trabajo que hay detrás. Únicamente en algunas escenas, el uso de efectos especiales no termina de cuajar al verse un poco irreales, algo que ya pasó en la primera temporada de 'Victor Ros'. Aun así, en conjunto, se puede decir que se ha hecho un muy buen trabajo de imagen, se ha cuidado mucho también los detalles, lo que consigue ganar una gran potencia visual.

La musicalización se puede dividir en tres parte: por un lado, tenemos la banda sonora que ha sido elegida de forma coherente y en ningún momento chirría con la imagen que se está mostrando en escena, sino que además cumple su cometido de subrayar y de acompañar a la acción, dando mayor dramatismo. Por otro lado, los sonidos y el ambiente han sido muy cuidados, sobre todo porque en ningún momento hay la sensación de vacío y en otras escenas, en especial las de batalla, se puede ver el trabajo en relación al sonido, creando una atmósfera de tensión que permite dar mayor dinamismo a lo que estamos viendo. De esta forma, cumple el cometido de dar más protagonismo a su intención de serie de aventuras, aunque tambien hay que mencionar que no deja esa majestuosidad al hablar de la historia de España. Una buena elección por parte del equipo de sonido y música.

Esperadas interpretaciones

Al igual que se ha mencionado la irregularidad en la propia historia, lo que no permite dar un resultado redondo, lo mismo pasa con las interpretaciones. Antonio Velázquez, Javier Rey y Guillermo Barrientos, los tres protagonistas de la serie, brillan en cada escena que aparecen, en especial Velázquez. El peso narrativo de la acción recae sobre el actor de 'Buscando el norte', quién ha sabido demostrar que ya tiene tablas en esta profesión y da un resultado más que bueno como ese héroe necesario en este tipo de producciones. Por otro lado, Barrientos da ese toque de inocencia e ingenuidad necesaria para su personaje, además de mostrarnos la contraparte de Gonzalo sin ser el antagonista y mucho menos un villano, sino como uno de los personajes de luz de la serie. Lo que consigue empatizar con la audiencia. Y finalmente, Javier Rey nos trae a un ambiguo Pedro, que tras su secuestro, no tenemos todavía muy claro hacia dónde irá. El actor de 'Lo que escondían sus ojos' realiza una labor brillante y deja al espectador con muchas ganas de querer seguir sabiendo de su personaje.

Por otro lado, otras interpretaciones potentes las encontramos en los Reyes: Cristina Castaño y Asier Etxeandía, y en otra de las protagonistas, Begoña Maestre. El regreso de Castaño a la televisión ha sido por la puerta grande, quien ha dejado totalmente de lado a Judith Becker de 'La que se avecina' y se ha mimetizado con la reina Constanza de Borgoña. La actriz gallega lleva a cabo una interpretación excelente y ya se puede notar en el ambiente que será uno de los personajes más importantes de 'El final del camino'. La fuerza escénica de Castaño se hace evidente desde el primer momento que aparece, una elección de casting muy acertada. Por otro lado, todavía no hemos podido disfrutar mucho de Asier Etxeandía, pero ya se puede ver que su trabajo como Alfonso VI será muy comentado positivamente. Por último, Begoña Maestre como la esposa en la ficción de Antonio Velázquez, al igual que pasase con Barrientos, contrasta con al personalidad de Gonzalo. Aunque, Maestre da una gran fuerza e independencia a su personaje, lo que permite que no se convierta en una mujer florero, sino que sea una protagonista más de este conglomerado.

Todavía quedan muchos episodios para terminar de ver cómo irán configurándose los personajes y si los actores seguirán manteniendo el tipo durante las demás entregas. En esta primera toma de contacto, algunos intérpretes no llegan a evitar que parezcan sobreactuados en alguna ocasión y que no puedas pensar que estás ante una actuación muy forzada. Pese a regalarnos escenas muy buenas como el Obispo Peláez, Juan Fernández es uno de los que no lleva en la serie una línea interpretativa regular. Mientras que en algunas se luce, en otras no cuaja y cae en una interpretación que no es verosímil, no transmite al espectador realidad. Lo mismo ocurre con Tito Asorey y Xavier Deive, quiénes en algunas ocasiones llevan su actuación a niveles que no llegan a terminar de seguir la lógica de su personaje y terminan por caer en lo superficial.

¿Confusión de género?

Uno de los mayores problemas a los que se puede enfrentar 'El final del camino' es esa intención de hacerla una serie de aventuras con un contexto histórico potente. Por un lado se vende como la ficción que nos habla de la construcción de la Catedral de Santiago y por otro, se tiene muy claro que va a hablarnos de las intrigas en la España del siglo XI con tres hermanos como protagonistas. Esto hace que el espectador quede confundido en alguna ocasión, al no tener muy claro cuál es la intención de la historia o qué es lo que realmente quiere contarnos. Una falta de precisión en su trama principal hace que no termine de encontrar un camino creíble y vaya dando tumbos en algunas de sus secuencias. No podemos decir que haya una línea narrativa clara, sino al contrario, es muy cuestionable algunas de las tramas que se presentan ya en este primer episodio.

Pese a tener un buen material y darnos unas pautas más que interesantes, se puede notar que algunas tramas se verán resueltas de forma apresurada y recurriendo a la facilidad de escenas de batalla y de guerra, con la que pretenden dar mayor dinamismo. Tristemente, la justificación llega demasiado rápido, lo que termina de dejar claro esa falta de estabilidad en el ritmo. En algunos momentos es lenta, en otras demasiado rápido, lo que hace que no haya una uniformidad.

Pese a no estar en tan bajo rendimiento como sí lo estuvo 'Las aventuras del capitán Alatriste', puede que su táctica no salga bien a priori y la serie no termine de cuajar en la audiencia. Aun así, todavía es temprano para hacer valoraciones y como se ha mencionado anteriormente, tiene material suficiente como para poder remontar a la perfección. 'El final del camino' es una serie que entretiene, sí, pero no termina de enganchar dada la propia inestabilidad narrativa de la serie.