Un viaje por los rincones más desconocidos de España, una radiografía de la población local, una misión tecnológica que llevar a cabo y un trabajo en equipo son los cuatro puntos cardinales sobre los que sobrevolará el helicóptero de 'Volando voy', el formato de aventuras que emprende su segunda temporada en Cuatro este miércoles 11 de enero.
Jesús Calleja, presentador de 'Volando Voy' (Cuatro)
En cada destino, Jesús Calleja conocerá más profundamente a los habitantes de la zona, con quienes establecerá vínculos especiales viviendo momentos entrañables, divertidos y con grandes dosis de humor. Todos juntos se implicarán en cada una de las misiones que llevarán a cabo para que el objetivo final redunde en beneficio de todos.
FormulaTV.com ha tenido la oportunidad de hablar con el propio Calleja para que nos cuente cómo ha sido la experiencia de volver a retomar un formato que, tal y como él mismo nos ha confesado, regresa con muchas sorpresas. Nos ha narrado la experiencia de llevar a personajes tan dispares como Aless Gibaja, Mr. Cheeto o Dulceida a pueblos de toda España y además nos narrará su experiencia en su otro formato estrella en la cadena de Mediaset España, 'Planeta Calleja', que regresará en unos meses con nuevas entregas cargadas de aventuras
¿Cómo afrontas el estreno de esta segunda temporada de 'Volando voy'?
Más que una segunda temporada, casi te diría que empieza un programa nuevo por todos los cambios que hemos hecho. La esencia de viajar a los lugares más extraordinarios de la geografía española en helicóptero se mantiene, pero lo que nos dimos cuenta el año pasado es que en los pueblos a los que íbamos había muchas necesidades, normalmente tecnológicas, y que teníamos que recurrir a toda nuestra imaginación para resolverlas.
Jesús Calleja y su equipo han recorrido todos los rincones del país
Uno de los grandes alicientes del formato es la interacción con los habitantes de los pueblos a los que vais a ayudar, ¿verdad?
Hemos ahondado más en los personajes porque queremos que con este programa la gente se emocione, se ría y se fascine. Vamos a pasar por todos los estados. A nosotros, en la edición, había veces que con ciertos personajes sumamente entrañables se nos han llegado a escapara las lágrimas. El objetivo es sorprender más que nunca.
¿Podrían considerarse como la auténtica esencia del programa?
Totalmente. Los personajes de los pueblos son el alma. Mientras en 'Planeta Calleja' los invitados son relevantes, en 'Volando voy' los protagonistas son las personas anónimas de esos pueblos tan aislados y espectacularmente bellos de los que casi nadie se ha preocupado nunca. Es justo el lado contrario al otro formato. Donde pilota todo el programa es en esas vidas desconocidas. Nosotros vamos allí a conocerlos, a preocuparnos por sus problemas. Muchas historias son dramáticas, otras hilarantes, otras curiosas, pero coinciden en que tienen un problema común que intentamos resolver.
En esta segunda temporada habéis contado con la ayuda de grandes influencers. ¿Cómo fue la reacción de los habitantes de los pueblos al recibir su visita?
Imagínate llegar a un lugar donde no tenían internet y que de repente aparezcan grandes influencers españoles como pueden ser Aless Gibaja, Mr. Cheeto o Dulceida. Imagínate el pollo que se puede montar con gente que vive en un mundo totalmente opuesto. Hubo momentos tan hilarantes que llegaba un punto en el que no podía de la risa, que me tiraba al suelo y no podía continuar.
Jesús Calleja y su equipo en la segunda temporada de 'Volando Voy'
Si te dan a elegir, ¿con cuál de los dos te quedarías? ¿Con 'Volando voy' o con 'Planeta Calleja'?
Con los dos, por supuesto. Tanto con unos como con otros hay un denominador común. No estamos en un plató de televisión, no es una entrevista. En ambos programas pasamos días, es mucho tiempo conviviendo 24 horas juntos, por lo que no es una conversación al uso. Ahondamos en las vidas de las personas y se acaban convirtiendo en amigos. Cuando tienes un amigo lo que te cuenta es más sincero y auténtico que si cualquier persona que no conoces te hace una entrevista. Al final yo lo llamo tertulias, y al final lo que nace de allí es una grandísima verdad. Aunque sea un programa de televisión, no hay decorado, no hay una preparación detrás, sino que todo se hace desde el alma.
No hay ningún programa de televisión en el que se favorezca este clima. Dime un programa donde tengas a Pedro Sánchez, Cayetano Rivera o Chris Hemsworth 15 días durmiendo, desayunando y comiendo. El lazo de unidad es de amigos, claro.
¿Qué crees que tenéis tanto tú como los formatos en los que participas para que rostros tan potentes no duden en colaborar, a pesar del riesgo que conlleva el decir que sí a las aventuras que les ofreces?
Lo más importante de todo es que las aventuras, las experiencias brutales que ofrecemos en nuestros programas no te las puedes comprar en una agencia de viajes. O te lleva alguien que sepa, o no llegas. En este caso soy yo el hilo conductor y vienen de mi mano sabiendo que nunca jamás va a ocurrirles nada malo porque gestionamos muy bien el miedo y que van a vivir una vivencia que no se puede comprar ni con todo el dinero del mundo.
Nosotros respetamos mucho al invitado. Aquí nada está edulcorado, no hay preguntas pactadas y nada está censurado. Lo que hacemos es charlar de temas que a veces son espinosos pero siempre desde la educación y el buen hacer. Yo les puedo hablar de cosas que jamás comentarían en ningún plató de televisión porque saben que hay un respeto detrás. Conmigo es imposible discutir, entonces al final esto se ha convertido en un programa en el que a veces los invitados incluso nos llaman para compartir conmigo quince días. Es un programa de referencia al que verdaderamente apetece venir.
¿Alguno de los invitados con los que has contado en 'Planeta Calleja' se ha quejado o ha intentado tirar la toalla en algún momento de la aventura?
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Te puedes quejar porque no estás acostumbrado a vivir aventuras de este tipo, pero son quejas superficiales. El 90% de nuestros invitados se convierten en amigos con los que mantenemos una estrecha relación, con los que nos vemos muchas veces para cenar. Es mágico.