Después del capítulo de la semana pasada de 'Anatomía de Grey' en el que no nos resolvieron ninguna duda, parece que en esta ocasión, por fin, vamos a cerrar algunas puertas que llevan demasiado tiempo abiertas. Karev decidió en el último momento aceptar la propuesta del juez y declararse culpable con el objetivo de ahorrarse el juicio y que no saliera a la luz el pasado de Jo. ¿Cuál será definitivamente su destino? Por otro lado, la situación laboral de Webber cambiaba por completo con la llegada de la consultora y doctora Minnick. ¿conseguirán trabajar juntos y de forma cordial?
En este undécimo episodio de la decimotercera temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "Jukebox Hero", Webber se convierte en el artífice de un boicot contra la doctora Minnick, una alianza que demuestra el cariño y apoyo que tiene de los suyos. Además, la llegada de una paciente embarazada tras un accidente pondrá a Arizona entre la espada y la pared. Veamos al detalle lo sucedido en este nuevo capítulo.
La desesperación de Meredith y Owen
Meredith está desesperada porque no sabe nada de Karev. Ellos dos son los únicos de su promoción que todavía trabajan en el hospital y Grey ya ha tenido que decir adiós a demasiadas personas y no soportaría perder al único apoyo que de verdad le queda. Además, no solo le preocupa quedarse sola, un temor que ya ha demostrado más de una vez y que se ha convertido en el talón de Aquiles de nuestra protagonistas, también teme que el futuro profesional de Alex se haya truncado y se pase el resto de su vida en la cárcel.
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La tecnología hoy en día es una gran aliada para averiguar algo en pocos minutos y, gracias a ello, Meredith y Maggie confirman los temores de todos: Karev aceptó el acuerdo y el juicio ha sido anulado. Esta noticia podría suponer el final para Alex, por lo que Grey decide ir en busca de su amigo para intentar salvarle. Nos tienen todo el capítulo en vilo de la mano de Meredith, recorriendo todas las cárceles para saber si Alex está encerrado o no. Un esfuerzo en vano ya que resulta que todo este tiempo Karev estaba en casa de Meredith, descansando. Algo absurdo y previsible, pero que nos deja la esperanza de seguir viendo a Alex en el hospital.
Por su parte, Owen no logra encontrar a Amelia, la mujer parece haber desaparecido de la faz de la tierra, pero en realidad está en casa de Edwards, que ha mentido por su jefa. Sin darle ninguna oportunidad a su marido, la pequeña Shepherd confirma que su matrimonio ya es imposible salvarlo. Una afirmación tan rotunda que no deja espacio a ninguna conversación o a que Owen pueda justificarse. Con este comportamiento Amelia vuelve a demostrar ser muy dramática e impulsiva, en esta vida no se puede apartar a las personas así porque sí, todos merecemos por lo menos una oportunidad para hablar y expresarnos.
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Mientras tanto, Owen no comprende nada de lo que está ocurriendo y solo quiere que su esposa vuelva a casa. Está dispuesto a hacer como si no hubiese pasado nada y continuar su vida como si nada. Aunque quizá en este aspecto tenga razón Amelia, a veces es imposible pasar por alto lo sucedido, ya que esto solo sirve para acumular sentimientos encontrados que acabarán saliendo de la peor forma posible, y entonces ya el daño sí será irreparable.
Hay cosas que se nos escapan de las manos
Una mujer embarazada se encuentra de camino al hospital en un taxi, pero justo en la puerta sufren un accidente agravado por culpa de Arizona, que atendía a la mujer por teléfono y le pidió que apoyara las piernas en el salpicadero para apaciguar las molestias. La culpa del estado de la paciente reconcome tanto a Arizona como al marido de la mujer, que ha sido el responsable del accidente.
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Sin embargo, ninguno de los dos quería hacerle daño, solo pretendían ayudarla y estar a su lado en la llegada de su hijo, uno de los momentos más bonitos para unos padres. A veces nos esforzamos por hacer algo bien y lo único que conseguimos es estropearlo, pero no por eso tenemos que sentirnos culpables, siempre tenemos que actuar de buena fe, aunque las cosas no salgan como esperábamos, ya que hay situaciones que a veces se nos escapan de las manos.
Unidos hasta el final
Otro de los melones que quedaron abiertos al final del año pasado fue la situación de Richard en el hospital. La llegada de la consultora Minnick hizo que uno de los médicos veteranos y más apreciados, tanto por el resto de personal médico como por los espectadores de la serie, se viera relegado de su puesto de jefe de residentes, ese que él mismo creó y con el que ha formado a tantos cirujanos. Desde ese punto de vista es una clara injusticia, pero también es una manera de mejorar y renovar la formación de los futuros cirujanos.
En un acto de lealtad absoluta, la mayoría de los médicos se unieron para crear una comitiva en favor de Richard y echar del hospital a Minnick. Sin embargo, Webber ya no tiene tan claro que quiera luchar y pide tranquilidad, astucia y organización, puestos a declarar la guerra, mejor hacerlo de forma inteligente y hacer que sea ella misma la que fracase y quiera marcharse. Por su parte, Minnick está convencida de que se va a ganar el aprecio de todos los residentes con su trato y con su calidad, una actitud positiva que parece que de poco le va a servir.
Rápidamente, ante la actitud prepotente de Minnick, Webber opta por contraatacar y proponerle a sus compañeros hacerle el vacío e impedir que entre a los quirófanos. Todos apoyan a Webber, ayudándose como la familia en la que se han convertido después de tantos años trabajando juntos. Finalmente, Webber le deja entrar con él al quirófano, pero solo es una astuta estrategia para aprovechar la situación y dejarle claro que todos son un equipo y que piensa luchar contra ella.
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Bailey descubre que sus trabajadores se han unido en contra de Minnick, algo que no logra comprender cuando allí todos siempre se han ayudado. Sin embargo, probablemente, Miranda sería la primera en apoyar el motín contra Minnick si no fuera la jefa del hospital, pero ahora tiene que actuar conforme a su puesto y le deja claro a Webber que no es sola ella quien veía necesario un cambio. Una expresión que inquieta a Richard y que nos demuestra que la guerra no ha hecho más que empezar. ¿Cómo se tomará Webber la noticia de que fue su propia mujer la que contrató a su peor enemiga?