Todo lo que no se vio de 'Objetivo Eurovisión 2017', una gala marcada por la tensión

España ya tiene representante para el Festival de Eurovisión 2017. El encargado de viajar a Kiev el próximo mes de mayo será Manel Navarro con su tema "Do it for your lover", aunque muchos sudores ha tenido que sufrir el joven catalán hasta el momento de alzarse con la victoria. Sin duda, 'Objetivo Eurovisión 2017' será recordada como la selección más bronca de la historia del festival en nuestro país.

FormulaTV.com ha podido vivir en primera persona la gala desde el plató de Leganés en el que TVE ha celebrado la gala y el resultado ha sido un espectáculo bastante lamentable. Y no precisamente por la calidad técnica, visual y sonora del programa, que previsiblemente se percibía mejor desde las gradas del público que desde el sillón de casa -como ya ocurriera el año pasado-, sino por el comportamiento de gran parte de los asistentes ante, eso sí, unas votaciones más que cuestionables por parte del jurado profesional.

Abucheos, espectadores al grito de "¡tongo!" que impedían continuar a un Jaime Cantizano siempre correcto, tensión en los sillones de los candidatos y una guinda final absolutamente despreciable y nunca justificada: la agresión a Xavi Martínez por parte de uno de los asistentes. Esta ha sido nuestra experiencia en un 'Objetivo Eurovisión 2017' que nos ha dejado con mal cuerpo y una sensación de que la polémica se podría haber evitado con una serie de decisiones meditadas.

Un potente escenario y un número de apertura grabado

El público venía reclamando mejoras a nivel técnico y lo cierto es que TVE ha cumplido, aunque desde casa no se percibía el despliegue llevado a cabo por la pública y la productora Viento y Agua Films. Desde las gradas del público el escenario resultaba bastante más grande de lo que lucía a través de la televisión y el sonido llegaba a los asistentes de forma nítida y clara, algo que no siempre se consigue en los programas musicales.

Por lo que pudimos comprobar a través de los monitores, actuaciones como las de Mario Jefferson o Mirela resultaban confusas y mal ejecutadas por momentos para la audiencia desde sus casas, alejadas del buen diseño escénico que se percibía en el directo. Como curiosidad, el número de apertura con el coro Black Light Cospel era grabado previamente al inicio de la gala, incluyendo el saludo inicial de Cantizano, para lo que se necesitaban tres tomas distintas hasta alcanzar el fervor deseado en los aplausos del público. De este modo, desde el primer minuto de directo el escenario estaba preparado con la puesta en escena de Manel y por ello el presentador no podía moverse de un rincón del plató.

El plató se viene abajo con LeKlein y Mirela, y Camela apoya a Maika

Independientemente del resultado final y lo que se viera en casa, sin duda las propuestas que más han movilizado a las gradas de 'Objetivo Eurovisión' han sido las de LeKlein, que arrastraba un gran apoyo tras vencer en el Eurocasting y ha levantado al público inmediatamente, y Mirela, que después ha resultado favorita en el televoto. Además de los asientos reservados para prensa y algunos fans, el público estaba formado exclusivamente por amigos y familiares de los seis candidatos, siendo, aparentemente, más numerosos los de Maika Barbero.

De hecho, Ángeles Muñoz y Dioni Martín, los populares Camela, se encontraban presentes en el estudio para mostrar su apoyo a Maika, y era el famoso organista el promotor del "Maika a Eurovisión" que se escuchaba tras su actuación. No conseguían que la actuación de la catalana fuera de las más vitoreadas, aunque sí superaba al frío inicio de Manel Navarro y a los tremendos esfuerzos de Mario Jefferson y Paula Rojo por levantar a los asistentes, si bien la grada del malagueño destacaría por ser una de las más fervientes.

Como curiosidad, las bengalas agitadas al final de "Do it for your lover" habían sido repartidas previamente entre el público, siendo la única actuación que solicitaba la colaboración del mismo.

Xavi Martínez y Manel Navarro, en permanente tensión durante la gala

La crispación por la presencia de Xavi Martínez en el jurado se percibía desde el minuto uno entre los presentes en 'Objetivo Eurovisión', algo que no mejoraba a medida que pronunciaba sus valoraciones. El "esta no es tu mejor canción" a Paula Rojo caía como un jarro de agua fría y silenciaba a las gradas, donde no se consideraba necesario semejante comentario en el ambiente distendido que imperaba hasta ese momento. Por ello, la excelente y educada respuesta de Maika sobre cómo el rock nunca pasa de moda era respaldada con fuertes aplausos.

La tensión también se respiraba en los sillones de los candidatos, al menos por parte de algunos de ellos. Mientras que LeKlein, Paula Rojo y Maika desbordaban entrega y ganas de disfrutar con todas las actuaciones, aplaudiendo, bailando e incluso cantando, Manel se encontraba serio, tenso, centrando la vista en el escenario y, al contrario que sus compañeros, sin apenas desviarla hacia el público, donde también se encontraban sus seres queridos. Mario Jefferson tampoco desbordaba felicidad y estaba mucho más tranquilo de a lo que nos tiene acostumbrados, mientras que el mayor cómplice de Mirela era el público, al que dirigía miradas y gestos continuamente.

Empate, nervios a flor de piel y pelea en el backstage

La tensión iba en aumento a lo largo de la gala y, cómo no, estallaba en el momento de las votaciones cuando el público comprobaba que, tal y como se esperaba, Xavi Martínez daba su mayor puntuación a Manel Navarro. Teniendo en cuenta la presencia de amigos y familiares, los insultos e improperios comenzaban a escucharse rápidamente junto con los abucheos, y el locutor se encontraba a apenas unos centímetros de la mesa de fans más cercana, a cuyas acusaciones de tongo no dudaba en contestar.

Los primeros gritos de disconformidad daban paso a frases como "mañana lo pones (a Manel Navarro) en Los 40" y, tras un breve paréntesis con la votación de Javier Cárdenas, los abucheos regresaban con la intervención de Virginia Díaz, que dejaba a Mario Jefferson en el segundo puesto de la clasificación. Jaime Cantizano proseguía el curso de la gala como podía, pidiendo silencio a cada momento, y el empate del televoto desencadenaba los gritos de "¡haced caso al público!" hacia los jueces y protestas por que este sea el primer año en que el jurado es el encargado de deshacer un empate.

Actualizado: Al contrario de lo que se ha afirmado, el público no se convirtió en una batalla campal entre fans de Manel contra los de Mirela, sino que el resto de asistentes, que inicialmente había acudido para apoyar a otro de los candidatos, acabó posicionándose por uno u otro en vista de que la decisión final era cosa de dos; siendo la madrileña la que más apoyo lograba hacia el crítico final de la gala.

Tras confirmar sus valoraciones, Manel Navarro se proclamaba vencedor y Xavi Martínez abandonaba rápidamente el plató, momento en el que se producía la agresión confirmada por el locutor a este portal. Desde nuestros asientos, en lo más alto de las gradas, podíamos asomarnos al backstage, donde varios de los miembros de los equipos de los candidatos formaban un gran tumulto. Visiblemente enfadados llamaban a Federico Llano, que se alejaba, y, literalmente, gritaban frases como "nos habéis utilizado en este circo" mientras el equipo de seguridad trataba de poner orden.

Manel, afectado tras una victoria agridulce

Partícipe o no en toda la polémica, Manel Navarro se convertía en víctima de todo esto y veía su victoria eclipsada, lo cual se reflejaba en su semblante, serio y angustiado. Por este motivo, sus compañeros de escenario y los seres queridos que habían acudido a apoyarle se acercaban a él para animarlo y pedirle que no hiciera caso a las críticas.

Aún así, el que ya es el representante de España en Eurovisión 2017 hacía esfuerzos por sonreír y responder a la prensa con amabilidad y sinceridad, reconociendo que todo lo ocurrido durante la noche había sido "un poco desagradable". A pesar de todos los acontecimientos, los periodistas presentes nos habíamos visto contagiados por la tensión y, paradójicamente, muchos decidían no hacer preguntas ante el estado de malestar generalizado que se había alcanzado.