En el capítulo anterior de 'Anatomía de Grey', los problemas derivados de la llegada de la doctora Minnick alcanzaban su punto máximo con la suspensión temporal de Meredith por negarse a dejar que la nueva consultora entrara en su quirófano. Lejos de rectificar, Bailey continuaba en sus trece y ofrecía el puesto de Grey a April Kepner. Por si fuera poca la tensión entre los doctores, Webber descubría que la artífice de todo este embrollo es su esposa Catherine Avery.
En este decimotercer episodio de la décima decimotercera 'Anatomía de Grey', titulado "It Only Gets Much Worse", la doctora Minnick inicia la segunda fase de su programa, algo que ilusiona a los residentes, puesto que van a poder demostrar de lo que son capaces. Mientras tanto, el resto de adjuntos no pueden evitar mostrar cierto recelo ante la actitud de April, que ha cambiado de bando sin pensarlo dos veces. Veamos al detalle lo sucedido en este nuevo capítulo.
La traición de Catherine
Que te engañen no es plato de buen gusto para nadie, pero menos todavía si la persona que ha decidido traicionarte es de tu propia familia. Por este motivo, no es de extrañar que Richard esté enfadado con Catherine, puesto que por su culpa ha perdido su puesto como jefe del programa de residentes y, además, no ha sido capaz de decírselo durante todo este tiempo. Por lo menos, Catherine no ha intentado poner excusas baratas y ha ido con la verdad por delante, un poco tarde pero finalmente ha dado la cara.
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Quizá si hubiera sido valiente y hubiera hablado con Webber antes de contratar a Minnick, la situación no estaría tan revuelta. A veces preferimos callarnos y hacer como si no hubiera pasado nada intentando que el tiempo ayude a olvidar, pero las mentiras no duran mucho tiempo y siempre son destapadas. Además, Jackson también ha descubierto que fue idea de su madre cambiar el programa de residentes y no de Bailey. ¿Tendrá Jackson la clave para hacerle cambiar de opinión y que Richard recupere su puesto?
Comienza la fase dos
Minnick va a comenzar la fase dos de su programa, dejando que Warren y Edwards lleven el caso de un paciente ellos solos, desde el principio hasta el final. Es algo arriesgado bajo el punto de vista de los adjuntos, pero una gran oportunidad desde el punto de vista de los residentes. Esta situación acaba generando cierta controversia, por un lado, los especialistas no quieren dejar la vida de sus pacientes en manos de los residentes, por otro lado, la elección de Edwards y Warren está levantando envidias entre el resto de sus compañeros.
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Ante la negativa de Arizona, Edwards se queda con el caso de un pequeño que parece tener una dolencia leve y requerirá de una cirugía simple. Sin embargo, Arizona no aprueba que una residente atienda sola a un niño, tiene miedo a que algo salga mal y el pequeño lo acabe pagando. Pero Minnick está convencida que esa es la única manera de que sus alumnos aprendan de verdad, actuando.
Al ver cómo transcurre la intervención, Robbins parece aceptar el método de la doctora Minnick, hasta que un contratiempo provoca que el paciente muera en la mesa de operaciones. Arizona no ha podido hacer nada por ayudar a Edwards a salvar la vida del niño, pero Minnick tampoco ha sido capaz de reaccionar. Con este error Minnick no solo ha demostrado que su método no es cien por cien fiable, sino que no es capaz de afrontar un problema.
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La actitud de Minnick sorprende porque hasta ahora se nos había mostrado como una mujer con carácter y decidida, y verla derrumbarse rompe con el estereotipo que teníamos de ella. Pero rápidamente conocemos el motivo, que no es otro que la doctora Minnick nunca había perdido a un paciente tan joven. Y la buena de Arizona, que ya ha pasado por esa situación en muchas ocasiones, no duda en brindarle su apoyo.
Por su parte, desconsolada y dejando atrás la actitud prepotente con la que había iniciado el caso, Edwards busca la ayuda de Webber. Haciendo gala de la sabiduría que le aporta su veteranía, Richard toma las riendas actuando tal y como él lo hubiera hecho si siguiera siendo el jefe del programa de residentes, demostrando que está mucho mejor preparado y más capacitado para desempeñar dicha labor.
Una oportunidad a lo desconocido
April ha comenzado su primer día como jefa de cirugías, supliendo a Meredith, que fue suspendida de empleo en el anterior episodio. Siempre se le ha dado genial organizar, pero algo nos hace temer que este puesto le va a quedar demasiado grande. Además, seguramente, sus compañeros, que quieren que Grey regrese al hospital, no van a ponérselo fácil porque la consideran una traidora por haber abandonado la causa en beneficio propio, sin pensar en el posible daño que podría causar a sus compañeros.
Tanta es la tensión que hay en el ambiente que se produce un momento de lo más incómodo e incluso desagradable entre April y Webber cuando ésta le pide que ceda su operación a Warren. Cuando muchos creíamos que se iba a negar, finalmente Richard acepta, ya que Kepner es ahora la jefa y no le queda más remedio que acatar sus órdenes. Por si la situación no era los suficientemente incómoda, Bailey decide asistir a la operación como observadora.
Los asuntos personales y el trabajo nunca han sido una buena combinación y prueba de ellos son Bailey y Webber. Olvidándose por completo de que están en un quirófano con un alumno que está aprendiendo, Miranda y Richard comienzan a discutir. Mientras tanto, Warren finaliza su operación y estalla, de manera más que justificada, porque tanto su mujer como unos de sus amigos han estropeado su primera operación en solitario por puro egoísmo. Muchas veces son las Bailey se ha enfadado con Ben por este motivo y ahora él tiene el mismo derecho de estar cabreado con su esposa.
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En síntesis, el capítulo se podría resumir como una muestra de que trabajar con constancia y haciendo frente a los problemas siempre tiene su recompensa, aunque los obstáculos que te encuentres en el camino sean complicados de superar. Ejemplo de ello es April, que ha sabido sacar adelante su trabajo enfrentándose a muchas personas. Por otra parte, no hay que tener miedo a los cambios, a veces pueden no ser lo que esperábamos, pero no todo es tan malo y algunas cosas podrían mejorar para bien si se quitaran la venda y ayudaran a Minnick con su proyecto, al mismo tiempo que conseguirían que la armonía regresara al hospital.