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Lo primero que vemos en 'The Good Fight' es la reacción de Diane Lockhart, Christine Baranski, al ver la toma de posesión de Donald Trump. La cara de la abogada es un poema y decide apagar la televisión y retirarse en Francia. Veremos que cara se le queda si Le Pen llega al poder en unos meses.
Diane Lockhart, Maia Rindell y Lucca Quinn
La imagen de una abogada que se retira contrasta con la de una que acaba de comenzar su carrera. Eso le ocurre a Maia Rindell (Rose Leslie), hija de un influyente economista que a su vez es amigo de Diane. Así, entra junto un puñado de jóvenes meritorios al bufete de Lockhart, y no sé cuantos asociados nominales más. Los únicos reconocibles son David Lee y Howard Lyman que siguen tal y como los habíamos dejado.Diane Lockhart en 'The Good Fight'.
Son 7 los minutos que tardan en decir "Alicia". Lo hace Lucca Quinn (Cush Jumbo) cuando se encuentra con Diane en su despacho. Ella ha entrado en el bufete de Robert Boseman (Delroy Lindo) y se enfrenta en ese momento a ella, que defiende al condado de Cook, en un caso de violencia policial contra un afroamericano que quedó paralítico. Típico caso en el que un abogado principiante pregunta al experto si están en el lado correcto de la justicia.
Will Gardner y Diane en 'The Good Fight'.
El conflicto llega cuando Diane es madoffeada por el padre de Maia. Su fondo de pensiones, y el de otras muchas personas, se ha volatilizado o, mejor dicho, nunca existió porque su dinero sólo sirvió para cubrir las pérdidas tras el reciente crack financiero. El retiro dorado en La Provenza de Lockhart debe suspenderse cuando ya había firmado su salida del despacho. David Lee hace de David Lee para decirle que ni en broma va a echar atrás aquel acuerdo. A Maia no dejan de acecharle participantes del fondo de su padre y su futuro familiar y laboral también parece quedar en el aire. Sólo recibe el apoyo de su novia Amy (Heléne Yorke).
Maia y Amy en 'The Good Fight'.
Diane está "envenenada" porque recomendó ese fondo a más gente y lleva en su frente escrita la palabra "Rindell". Qué decir de Maia que lo lleva en su nombre. Ambas buscan terminan en la calle aunque rescatadas por el jefe de Lucca, después de que ésta le apoyara frente a otra socia.
The Good Wi... Fight
Cabe decir, lo primero de todo, que 'The Good Fight' puede entenderse sin necesidad de haber visto 'The Good Wife'. Sin embargo es mucho mayor el impacto de algunos "golpes" si uno ha visto la anterior serie del matrimonio King. Ocurre con la enorme foto de Diane y Will Gardner que preside la cena que se hace para homenajear a la abogada. También sucede cuando se dice la palabra mágica, "Alicia", o cuando se la recuerda de algún modo, como cuando Lucca está consolando a Maia.
Christine Baranski recordando 'The Good Wife'.
Y sí, Alicia Florrick de Julianna Margulies era un poco estirada, demasiado perfecta, egoísta y se cargó a Kalinda (Archie Panjabi) pero joder, perdonen la expresión, 'The Good Fight' va a necesitar a tres personajes protagonistas para llenar su hueco.
En cualquier caso, el comienzo de 'The Good Fight' ha sido un buen punto de partida aunque no hay nada que tenga la fuerza que tenía la situación en la que se encontraba Alica Florrick. El tema Madoff está demasiado machacado y quizás sea un recurso demasiado fácil. Al final todo dependerá de la forma en la que se cuenta y mejorará cuando se añadan subtramas más sorprendentes y actuales. En este sentido, la experiencia nos dice que podemos fiarnos de los King.
Lucca Quinn en 'The Good Fight'.
Podríamos resumir todo esto con una pregunta ¿'The Good Fight' es necesaria? Nos esperan buenos personajes secundarios como Marissa Gold (Sarah Steele) o Barbara Kolstad (Erica Tazel). La risa de Diane, la música épica de David Buckley, una fotografía más cuidada que la serie antecesora, la esperanza de volver ver a Alicia Florrick y el 45º Presidente de los Estados Unidos como máquina de crear ficciones en contra suya. Sí, 'The Good Fight' es necesaria (in my opinion).