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Aunque Ernesto Sevilla y Pablo Chiapella habían pasado por 'El Hormiguero' por separado, los hermanos Rivas de 'La que se avecina' han aterrizado en el programa de Pablo Motos con su maleta de recuerdos y anécdotas de la juventud en común desde Albacete hasta su llegada a Madrid. El chanante ha dejado a su inseparable Joaquín Reyes para, por un día, y lejos de lo que la ficción de Telecinco ha creado, mostrar que la relación de los cómicos se creó mucho antes de que el destino les uniera familiarmente.
Pablo Chiapella y Ernesto Sevilla en 'El Hormiguero'
Una fama agridulce donde han remarcado aquello que más añoran del anonimato: "Nos hacía mucha gracia entrar a los sitios para que nos echaran. Casi siempre lo conseguíamos". Un dúo de los más gamberro, cuyo origen se fraguó en las aulas: "Lo conocí porque nos castigaron. Me pidió un lápiz y le pedí la gorra", narraba Chiapella mientras su compañero remarcaba: "Nunca me la devolvió".
Una carrera inesperada
Los cómicos han demostrado que su relación ha sido, sin duda, un sin parar de anécdotas donde la risa destacaba sobre el resto. Es por ello que desde su adolescencia hasta su llegada a Madrid los amigos han narrado numerosas situaciones que más adelante inspiraron su trabajo. "Tuvimos un casero que siempre nos llamaba "hijos de puta", pero así, en tono amigable. Y por él creé uno de mis personajes, Marlo", explicaba el chanante.
Un viaje hasta Madrid donde fue Ernesto quien convenció a su compañero, eso sí, sin necesidad de mucho insistir: "Me preparaba las oposiciones de maestro y me llamó. Me dijo que me viniera, que le habían comprado un sketch en Paramount y eso hice". Una decisión acertada que se ha transformado en una carrera de éxito.