Existen relaciones abocadas al fracaso. Engranajes que jamás llegarán a encajar. Lazos que tarde o temprano terminan por resquebrajase. Es la naturaleza volátil del ser humano la que dificulta la construcción de vínculos duraderos. Así y todo, como tan frágiles son los nexos, sempiternos son los enfrentamientos. Pareciese como si las personas tendiésemos a aferrarnos con mayor ímpetu a lo negativo que a lo positivo. Quizá sea ese el motivo por el cual las rivalidades resultan más memorables que las alianzas. Y son las esferas donde la competitividad es un factor fundamental las que más ejemplos han proporcionado.
Imagen promocional de 'Feud'
Es allí donde abundan y brillan estas historias, marcadas por el conflicto. Deteniéndonos unos segundos y tras cavilar durante un todavía más breve lapso de tiempo, resolvemos que Hollywood es la meca de las enemistades más incongruentes y absurdas. A esa misma conclusión debió llegar Ryan Murphy quien identificó en el rencor y en las disputas más publicitadas un gran filón. Y es que pocas cosas generan más expectación que los detalles más oscuros de las grandes figuras, su trastienda, sus trapos sucios.
Así nacía 'Feud' y su primera temporada que versa sobre la antipatía que durante años se profesaron dos de las estrellas más fulgurantes del séptimo arte, Bette Davis y Joan Crawford. Con esta ya van tres antologías, tres productos que certifican que FX es terreno Murphy. ¿Podrá 'Feud' superar en calidad a la celebrada 'American Crime Story'? ¿Será capaz de igualar el fenómeno fan y expectación que genera 'American Horror Story'?
Habrá que esperar a ver cómo reacciona el público ante estos 8 episodios que prometen grandes interpretaciones y una buena dosis de televisión de calidad. Y es que la animadversión entre estos dos portentos de la interpretación sirve como excusa para introducir otros elementos fundamentales y de candente actualidad como son el sexismo y lo arduo que resulta envejecer en la industria y continuar en activo.
Con todo, la ficción no intenta maquillar su esencia, ofrece ese chute de camp preciso que los fans y conocedores de la historia aguardan. Pero, por si todavía no habíais oído hablar de estas dos leyendas y de su rivalidad de proporciones bíblicas, os invitamos a descubrir los rumores y curiosidades que rodean a las protagonistas de 'Feud'.
Dos iconos de la gran pantalla
Bette Davis y Joan Crawford sentadas en el set de rodaje
Joan Crawford y Bette Davies son dos nombres que resuenan por si mismos. Ambas pertenecen al selecto y reducido grupo de intérpretes que sobreviven al paso del tiempo. Su legado es incuestionable. Ambas han agasajado a las audiencias con grandes personajes. Retratos en muchos casos similares. Mujeres fuertes, independientes y, en ocasiones, peligrosas. Esos eran los papeles que solían recibir y que ellas desempeñaban brillantemente.
Pero, como en una ocasión apostilló Davis, "jamás dos actrices tan opuestas han trabajado juntas". Y es que, mientras Crawford representaba el glamour y canalizaba a la perfección los preceptos del Hollywood dorado más banal y naif, Davis encarnaba la crudeza, la dedicación, el arte más puro y menos artificioso. A pesar de esto, ambas compartían una serie de similitudes innegables. Y es que sus caminos se cruzaron en varias ocasiones y sus vivencias se duplicaron.
Un mar de similitudes
Bette Davis y Joan Crawford durante la lectura del guión
Quizá sus caracteres eran completamente dispares pero su trayectoria no podría estar más ligada. Una daría sus primeros pasos como corista, la otra dejaría atrás los escenarios de Broadway para entregarse a los focos. Con todo, las dos recalaron primeramente en estudios donde no les concedían roles a la altura de sus capacidades. Posteriormente coincidirían bajo la batuta de Jack Warner. Durante ese período se produjeron algunos de los hechos que derivaron en la enemistad ulterior, como lo ocurrido con "Mildred Pierce", ofrecida y rechazada por Davis, terminaría en manos de Joan, quien conseguiría gracias a esa película su primer y único Oscar.
Las dos serían rechazadas y olvidadas por la industria. Y solo ellas, gracias a su inconmensurable amor por la profesión fueron capaces de rescatar la fama y reconocimiento que habían perdido o les habían negado tras envejecer. Fue entonces, cuando dos polos opuestos en vasta necesidad decidieron unir fuerzas, por el bien de sus carreras.
¿Enfrentadas por amor?
Toda desavenencia tiene un punto de partida, un inicio. En este caso, los rumores sitúan el comienzo del conflicto en 1935. Por aquel entonces Bette Davis se encontraba rodando la película "Dangerous", por la cual recibiría su primer Oscar. En ese filme compartía cartel con Franchot Tone, de quien se quedó perdidamente prendada. Pero el neoyorkino no guardaba el mismo sentimiento hacia ella, de hecho estaba enamorado de Joan Crawford con quien posteriormente contraería matrimonio. Según dicen, esto despertó en Davis unos celos irrefrenables que se tradujeron en la base de la enemistad entre ambas actrices.
Unidas por necesidad
Por aquel entonces, Crawford buscaba hacerse un hueco en televisión mientras Davis regresaba al teatro tras años de ausencia. Pero Joan, cansada de no conseguir papeles dignos se centraría en adquirir títulos literarios protagonizados por mujeres de su edad. Así es como dio con "¿Qué fue de Baby Jane?", de Henry Farrell. Le propuso la idea tanto a Warner como a Aldrich, pero necesitaba a otra estrella de calibre a su lado para que el estudio apostase por algo que consideraban arriesgado y destinado al fracaso. Por necesidad, así fue que se juntaron estas dos maestras.
Sabían que esa película era su último tren, su billete de vuelta a la primera línea. Así pues, Bette no tuvo más remedio que aceptar cuando se lo propusieron. Solo solicitó dos cosas, ser Baby Jane y que Crawford no se liase con el director. Y es que, según espetó en una ocasión "Crawford se ha acostado con todas las estrellas de MGM a excepción de Lassie", en referencia a la fluida vida amorosa de la actriz.
¿Rivalidad o marketing?
Bette Davis, Jack Warner y Joan Crawford
Así mismo, existen voces que aseguran que, a modo de venganza, Crawford se puso pesas en el cuerpo para complicar la escena donde es arrastrada por Davis, quien sufría problemas de espalda. Pero parte de culpa del recrudecimiento del conflicto la tuvieron los medios de comunicación de la época y el estudio. Los chismes acerca de ambas incrementaban las ganas del público por ver qué pasaría y cómo sería la película.
Una buena pelea era sinónimo de más prensa y mejor marketing. En parte, esta enemistad favoreció tanto al director, como al estudio y hasta a Hedda Hopper, famosa columnista. Estos tres agentes gozaron de los beneficios que reportaba el conflicto y que en parte avivaron para continuar lucrándose de los efectos del mismo.
Tras el estreno de la cinta ambas recuperaron cierta relevancia dentro del star system. Tanto es así que Bette recibió su décima nominación a Mejor Actriz en los Oscar. Todo parecía indicar que conseguiría su tercera estatuilla pero para su sorpresa se la llevó Anne Bancroft que esa misma noche no había podido acudir. En su lugar recogió el premio Joan Crawford quien además de hacerle mala prensa a Davis se había asegurado de charlar con el resto de nominadas y proponerles recoger el galardón en caso de ausencia.
Las perlas de Bette
Bette Davis fumando
Bette Davis era una mujer sincera, sin filtros, que decía lo que pensaba sin detenerse a valorar las consecuencias. Y sobre Joan, digamos que se quedó a gusto. He aquí una lista de supuestas y afectuosas dedicatorias:
"No la mearía ni aunque estuviese ardiendo en llamas"
"¿Por qué soy tan buena interpretando a prostitutas? Creo que es porque no lo soy. Probablemente por eso es por lo que Miss Crawford siempre interpreta señoritas"
"Uno nunca debe decir cosas malas sobre los muertos, sólo se deben decir cosas buenas... Joan Crawford está muerta, ¡qué bien!"
"Nunca lo he pasado mejor que cuando la empujé por las escaleras durante aquel rodaje"
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Así y todo, cabe recordar que las rivalidades, como clarifica Olivia de Havilland (Catherine Zeta Jones) en los avances de 'Feud', no se basan en el odio sino en el dolor.