ENTREVISTA

Agustín Bravo reivindica su puesto en televisión: "Yo por un magazine, MA-TO"

Repasamos con el polifacético presentador una carrera con luces y sombras en la que ha tenido que "empezar de cero".

Por Carlos Miranda El 7 de Marzo 2017 | 10:05

En su página web confiesa haber vivido los mejores momentos de la televisión de España. Y vaya si lo ha hecho. Agustín Bravo es uno de los rostros más reconocibles de nuestra pequeña pantalla, y aunque muchos puedan haber aparcado en el olvido sus años de gloria, su afán por seguir comunicando sigue siendo una realidad.

Agustín Bravo, todo un icono de la televisión de los 90

Después de unos meses coqueteando con la radio, su primera oportunidad frente a las cámaras le llegó en 1989 de la mano del gran Jesús Hermida. "Estaba buscando nuevas caras", nos cuenta. Y de las 1.000 personas que soñaron con esa oportunidad, tan solo tres como él la consiguieron. "Había muchos nervios -cuenta al hablar de su breve pero intensa etapa en 'Por la mañana'- pero siempre con una emoción y una responsabilidad de saber que estás haciendo algo importante que, a día de hoy cuando salgo a un plató de televisión después de tantos años, sigo sintiendo".

Meses después, con la marcha de Hermida a la tarde de TVE, Agustín se tuvo "que buscar un poco la vida" para acabar fichando por Telemadrid con un informativo cultural que presentaba con una jovencísima Ana Blanco. Bajo el título 'Zip Zap. La Guía', el extremeño fue ganando en experiencia hasta que, después de participar en el espacio musical 'Verano 90' junto a Mariló Montero, se vio en una situación muy similar a la actual. "Me encontré un poco entre el cielo y la Tierra, como ahora", desvela.

'Telecupón' y 'Bravo por la tarde': Éxito con mayúsculas

Muy pronto, todo volvió a su ser, y tras un inesperado encuentro con Andoni Ferreño, Agustín tuvo la suerte de conocer de cerca la fama gracias a 'Telecupón'. Su estreno fue junto a Belén Rueda, con la que conjugaba una de las "parejas más prometedoras del momento". Pero el tándem profesional no duró mucho tiempo, y cuando la joven decidió enfocar su carrera al mundo de la interpretación, el puesto de Bravo en el formato de Telecinco volvió a estar en jaque. Se puso en duda su continuidad, hasta se pensó en Norma Duval para ocupar el rol femenino. Pero nada de eso. Tras unas semanas de confusión, el misterio quedó resuelto.

Carmen Sevilla llegó a 'Telecupón' para quedarse. Y con la inestimable ayuda de Bravo, ambos se pusieron al frente del programa durante casi media década. "Es como cuando tienes un trabajo periodístico y te dan un premio. Fue mi trampolín, lo que me dio a conocer a nivel nacional. Presentaba de todo, desde por la mañana hasta por la noche. Gané dinero, gané experiencia, gané amigos y, sobre todo, disfruté con mi trabajo", describe con ilusión. Fue en estos cinco años, además, cuando Agustín pudo ir compaginando con otros formatos hasta descubrir ese que le hizo enamorarse de la tele: el magazine.

Agustín Bravo, uno de los grandes precursores del magazine

Con su etapa en la cadena de Fuencarral finalizada, Antena 3 decidió confiar en su talento para conducir 'El rastrillo' junto a Paula Vázquez, "una apuesta arriesgada, un macroprograma" que apenas duró dos semanas en parrilla por ser, según su opinión, "una muestra de una televisión que a lo mejor no entendimos". A pesar de no contar con el apoyo de la audiencia, la pareja funcionaba, y ahí que llegó Antonio Asensio para rescatarles ofreciéndoles 'La noche de los magníficos', un espacio que, planteado para una Nochebuena, acabó alargándose para convertirse en "una especie de 'Tu cara me suena', pero más en plan karaoke de barrio".

Entre idas y venidas de autonómicas y generalistas, Agustín aterrizó en Canal Sur para presentar el magazine por el que el gran público siempre le recuerda: 'Bravo por la tarde'. "Siendo un programa regional, se veía en toda España", apunta. Sin embargo, tras hacerse con una Antena de Oro por su labor en el programa, la sombra de la controversia fue haciéndose cada vez más grande. "Dimos muchas exclusivas y mucho que hablar, pero en el buen sentido. Si llegan a ver la tele que hay ahora flipan. Comparándolo, hacíamos programas del Canal Disney", sentencia entre risas.

Una salida "obligada" de la primera plana

Y como él mismo asume, después del todo, llegó la nada. "Más obligado que encaminado", Agustín Bravo tuvo que relegarse a un segundo plano para continuar con su carrera como comunicador en cadenas más minoritarias como Canal Extremadura, Popular TV, Televisión Castilla y León o Giralda Televisión, entre otras. "No es que me sienta maltratado o no valorado. En España, o a mí en concreto, llega un momento en el que pasa tu tiempo cuando sigues siendo un buen comunicador", admite. Aunque confiesa no parecerle justa esta situación, Agustín asume que "la gente ve en casa lo que quiere alguien que está en un despacho". "Si no te llamen ni piensan en ti, llega un momento que te metes en la cabeza del ejecutivo. Mi nombre aparecerá muchas veces, pero cuando tienes que elegir es lo que hay. Te tienes que ir donde sea". Y eso hizo. Bravo nunca paró de trabajar, siempre teniendo muy en mente el mérito que supone seguir siendo conocido sin que los espectadores le sigan viendo en pantalla: "Eso ya te dice el nivel de televisión que he hecho".

Muchos habrían necesitado terapia. Pero Agustín no quiso recrearse en la lástima y continuó luchando. "Se encaja bien si eres normal como yo. La vida sigue, y te apetece seguir trabajando y teniendo ingresos. Ahora tengo más experiencia, soy una persona mucho más sólida. En Estados Unidos no ves a alguien presentando con 23 años. Los que llevan peso, tienen más de 50. Es ley de vida, porque hay mucho más espectro de gente que te conoce", resume. Para él, la razón de su ausencia en la primera plana no es otra que el hecho de que los directivos "quieran ponerse medallas". "Los programas son una apuesta a ciegas. Nunca sabes lo que funciona, y en este país se perdona menos el paso del tiempo".

Agustín Bravo, conductor de 'Bravo a la 1'

Más recientemente, concretamente en el año 2013, Agustín vio cómo se abría una nueva puerta en su carrera profesional cuando fichó para conducir los mediodías de Intereconomía de la mano de 'Bravo y su gente', un programa que, para sorpresa de muchos, él mismo considera como el más "bonito" de toda su trayectoria. Terminada esta etapa, desde septiembre de 2015 participa en COPE Sevilla haciendo la desconexión del matinal de Carlos Herrera, un trabajo que, al devolverle a la radio, le ha vuelto a comprobar que "en la vida todo es cíclico".

Empezar de cero, su nuevo reto

Su tono de voz lo refleja. Agustín Bravo se encuentra en una etapa en la que, aunque anímicamente no echa nada menos, no hay que olvidar que pasar de ganar 100 a 3 siempre tiene sus consecuencias. "Es impotencia. Ese exceso de energía comunicativa me la tengo que comer todos los días, no hago nada con ella", asegura. Y es que, al ver la televisión actual, la pregunta de "¿por qué no puedo estar yo ahí?" en muchas ocasiones pasa por su mente.

"La televisión es lo menos democrático que hay, porque dependes de una persona. También tengo que dar las gracias, porque en su momento hubo un par de personas que dijeron que sí. Pero soy como Fernando Alonso, que tiene un coche fabuloso pero no tiene circuito. Me gustaría que alguien fuese objetivo y me diera la opción. Ahora puedo hacer más cosas y mejor", asevera con contundencia.

Aunque para él "es una opción", nadie puede negar que la industria en la que Agustín debutó en los 90 nada tiene que ver con la de ahora. "Yo a Vasile le aplaudo como gestor, pero no como padre", confiesa al hablar de la estrategia tomada por Telecinco a lo largo de los últimos años. "Si esa es la televisión que le espera a mi hija el día de mañana, espero que no salga nunca de la biblioteca. Me gustaría que en ocasiones se bajase un poco el pistón. Sería ideal usar otras formas, no otros formatos". Uno de sus géneros estrella, el del magazine, es uno de los grandes damnificados de esta renovada forma de hacer televisión, ya que "hubo alguien que los retiró". "Eso no es antiguo. Comunicar jamás pierde la frescura. Eso tiene que existir siempre. Es comunicación en estado puro, cabe todo. Pero algunos han visto que cierta tensión puntúa más".

Agustín Bravo, locutor de COPE Sevilla

Con un hueco en pantalla "ganado a pulso", la duda de dar el paso a la telerrealidad como compañeros como Alonso Caparrós siempre ha estado presente. "Les aplaudo, me parece acertado. Lo que le pasó a Carlos Lozano me parece fabuloso, pero para eso te la tienes que jugar, porque también te puede salir menos bien. Irma se lleva muchos sofocos, y esto no es un casting. Es una situación intensa". Seguir este camino es un proceso que asume con "inquietud", especialmente después de que el equipo de 'GH VIP' se reuniese con Agustín hace cuestión de meses para preparar su entrada en esta última quinta edición. Sin embargo, sus reticencias y otro cúmulo de casualidades provocaron que Bravo acabase por mantenerse fuera del universo Telecinco. 'Supervivientes', otra opción a barajar, sí que sería un formato que, según él, le "haría más gracia al verlo más defendible", pero sin lugar a dudas, la posibilidad de participar como concursante en 'Tu cara me suena' sería una posibilidad que no podría rechazar.

A pesar de que el salto "al otro lado" ahora parezca estar de moda, no debemos olvidar que lo de Agustín es presentar. "Uno que yo bordaría sería '¡Ahora caigo!'. Aunque Arturo Valls lo borda, eso lo he hecho yo 20.000 veces. Es tan gratificante hacer ese tipo de programas. '¡Boom!' también lo sigo, y me sentiría a gusto. Un concurso diario me encantaría", asegura. Sin embargo, con su buena acogida en la radio, no hace falta decir que Agustín Bravo lo tiene más que claro: "Yo por un magazine, MA-TO".