Tras una semana de descanso regresa 'Anatomía de Grey' con un nuevo episodio centrado de nuevo en las disputas entre los cirujanos. Esta temporada parece haber entrado en bucle con el tema de Webber y Minnick. Sin embargo, en esta ocasión los asuntos laborales se mezclan con los problemas familiares, provocando una gran tensión en el Grey-Sloan Memorial Hospital.
En este decimoquinto capítulo de la decimotercera temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "Civil War", Richard, Jackson, April y Catherine se verán inmersos en un conflicto al verse obligados a trabajar en equipo para salvar la vida de un paciente herido de gravedad. Mientras tanto, Amelia regresa al hospital para ayudar a Maggie, al mismo tiempo que intenta evitar que Owen la descubra. Por su parte, Alex y Riggs competirán para ayudar a un paciente. Veamos al detalle lo sucedido.
Una familia en guerra
Webber se está dando cuenta de que cuanto más tiempo pasa Minnick en el hospital menos gente lo apoya a él. Los residentes están todos a favor de la doctora porque su método les permite tomar pleno control en las operaciones, pero algunos de los médicos adjuntos también comienzan a demostrar cierta simpatía por la nueva consultora.
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Jackson se ha dado cuenta de que el regreso de Meredith y el cambio de bando de April están provocando que se olviden de Webber poco a poco. Así que para zanjar el asunto nada mejor que acudir al origen, que no es otro que Catherine Avery. Armado de valor y con el objetivo de reclamar su puesto en la fundación de su familia, Jackson decide plantarle cara a su madre, haciéndole saber que, a partir de ahora, él también va a tener voz y voto en las decisiones.
Al final ha vuelto a suceder lo que siempre ocurre en esta serie: se han mezclado los asuntos personajes con el trabajo. Esta circunstancia ya ha creado muchos problemas desde el principio, pero ahora ha conseguido que se establezcan dos bandos claramente diferenciados. Por un lado están las chicas, April y Catherine, por otro lado, ellos, Jackson y Richard. Y, además, Ben en medio de todo.
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Las peleas en plena operación se están convirtiendo en un recurso repetitivo, además que están dejando al pobre Warren en un tercer plano, utilizándolo como mera excusa para recordarle a la familia Avery que están en un hospital universitario y tienen que mirar por sus pacientes y por sus estudiantes. No sabemos cómo acabará la situación, si Webber y Jackson perdonarán a Catherine o se romperá la relación para siempre. Esperemos que no tarden mucho en poner el punto y final a esta historia.
Traiciones
Aunque ha sido traicionado por su propia mujer, Webber todavía cuenta con el apoyo de sus compañeros y amigos, como es el caso de Arizona. Sin embargo, la doctora Robbins se siente un poco culpable cuando Richard le agradece su apoyo y la reconoce como una buena amiga, ya que en realidad está prendada de Minnick e incluso llegaron a besarse en el último episodio.
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Como se descubre antes a un mentiroso que a un cojo, Arizona no tarda en ser sorprendida por Webber justo cuando esta iba a besar a la doctora Minnick, una situación totalmente incómoda para todos, pero sobre todo para Richard, que ha visto cómo perdía a otro de sus grandes apoyos. Lo bueno es que ahora, tanto Arizona como Minnick, podrán dar rienda suelta a su amor, al no ser que el sentimiento de culpabilidad de Arizona haga mella en su recién estrenada nueva pareja.
Por otro lado, Riggs y Karev se enzarzan en una disputa de lo más absurda por intentar defender cada uno su postura. Ambos son buenos médicos y no tienen que demostrar entre ellos lo que valen, sino preocuparse por el bienestar de sus pacientes. Pero una complicada decisión respecto a la vida y futuro de un bebé provoca que ambos se declaren enemigos. Y en medio se encuentra Meredith, que nada más regresar a su puesto ya tiene que lidiar con semejante problema.
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Que Alex es la única persona que queda cerca de Grey que de verdad le importe es algo evidente para todos, por ese motivo no duda en recriminar a Riggs su actitud, poniendo en peligro la posible relación que podía haber entre ambos. Nathan no es ningún niño manipulable y opta por darle un ultimátum a Meredith. ¿Aceptará comenzar una nueva relación con Riggs o dejará pasar al que podría ser su amor definitivo?
Enfrentarse a los miedos
Amelia regresa al hospital momentáneamente para realizar una operación a petición de Maggie. En realidad se moría de ganas por entrar en quirófano, pero el miedo y, sobre todo, su orgullo se lo impedían. Tanto es el temor que tiene a enfrentarse a su marido que Amelia camina por los pasillos del hospital mirando cada rincón para no toparse con Hunt.
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Al final, por difícil que resulte de creer, Amelia decide dar la cara cuando llega un paciente que necesita atención de un neurocirujano. Admite querer continuar con su matrimonio, pero no está preparada para conversar e iniciar una lucha por estar en lados opuestos, por querer cada uno un futuro diferente. Resulta extraño que quiera seguir casada pero no muestre ningún interés por estar con su marido. ¿Soportará Owen la actitud de su mujer? ¿Hasta cuándo estará Amelia huyendo de sus problemas?