Serie relacionada
Gema R. Neira y Carlos Sedes completan, junto a Ramón Campos y Teresa Fdez-Valdés, el "núcleo duro" de Bambú. Desde el arranque de la productora hace ya más de 9 años, este cuarteto de creativos ha logrado dar visibilidad a la ficción española a nivel internacional, llegando hasta el punto de que plataformas como Netflix confíen en su criterio para desarrollar 'Las chicas del cable', la primera serie de la compañía dentro de nuestras fronteras.
El gran reto de trabajar para Netflix
"Nosotros siempre trabajamos diferente, según para quién. Una de las cosas que aprendimos en los inicios es que tu público es importantísimo a la hora de escribir", confiesa Gema al hablar de cómo se fraguó el planteamiento del proyecto. Con una experiencia que supera los 222 episodios de prime time y los 400 capítulos diarios, esta colaboración con la reina del streaming ha provocado un cambio importante en su trabajo. "Lógicamente lo enfocas de una manera diferente, porque son menos minutos, porque la forma de visionar los episodios es distinta, lo que obliga a que la forma de escribirlos también sea diferente. Hay un proceso de adaptar nuestros métodos habituales en España a una nueva plataforma", explica.Carlos Sedes (izq) en uno de los sets de grabación de 'Las chicas del cable'
"Hay un proceso de adaptar nuestros métodos habituales en España a una nueva plataforma"
Además de la evidente variación en cuanto al metraje, el no estar atados al dato de audiencia permite más riesgo, o lo que es lo mismo, que "dramáticamente podamos llegar un poquito más lejos". El interés por conocer su experiencia como pioneros en este nuevo peldaño para la industria televisiva obliga a cuestionar la libertad creativa en cuanto a las tramas, una pregunta ante la que Neira señala que, en realidad, se trata de "ponerse de acuerdo en qué tipo de proyecto estamos buscando y a qué tipo de público pretendemos llegar". A partir de ahí, el siguiente paso es "marcar los límites que creemos lógicos".
Ramón Campos, una de las cabezas visibles de Bambú, completa la tesis de la guionista para aclarar que la postura de Netflix no es encargar una serie y desaparecer. Todo lo contrario. "Hay una supervisión exactamente igual que con cualquier otro canal". Las negociaciones, después de años trabajando con el departamento de ficción de grandes cadenas como Antena 3, las definen como "la cosa más rápida que hemos visto en nuestra vida", algo muy inusual en un mercado en el que procesos de este tipo requieren sus tempos. "Son automáticos, mandas un mail y a los cinco minutos tienes su respuesta", desvela con entusiasmo.
La mujer, la espectadora mimada de Bambú
Según su impresión, el hecho de que ellos hayan sido "los elegidos de Dios", como comentan con ironía, es el buen rendimiento de sus otras series dentro de la plataforma. "Gran Hotel' y 'Velvet' han funcionado muy bien, y creo que en el mercado nacional e internacional no hay demasiadas productoras que se dediquen al público femenino con el respeto que lo hacemos nosotros. Nos encanta hacer series para ellas, y creemos que se pueden hacer series de muy alto nivel para ese público", comenta Ramón.
David Pinillos (director de algunos episodios) conversa con Blanca Suárez
"Nuestro objetivo es que 'Las chicas del cable' recuerde a todo y a nada"
Dedicados en cuerpo y alma a esas mujeres que buscan encontrar su hueco como seriéfilas, Bambú es consciente de que su target lleva años siendo muy denostado por la profesión a nivel internacional "al asociarlo al género de la telenovela". Aunque su deseo es que 'Las chicas del cable' "recuerde a todo y a nada", su intención como creativos ha sido crear una serie que ahonde mucho más en la profundidad dramática de los personajes.
En la serie, uno de los grandes hilos argumentales va dirigido al machismo más crudo de finales de los años 20. Carlos Sedes, director de muchos de los episodios con los que, por el momento, contará la ficción, es consciente de su complicación interpretativa. "Yo hablo mucho con los actores, sobre todo cuando hacen roles machistas o negativos, y la idea fundamental era que disfrutasen del personaje y que no lo juzgaran. No me gustaba hacer un estereotipo de malo en ese sentido, sino que fuesen las acciones las que lo hacen así. Incluso que hagan reflexionar. Hay muchas cosas que se plantean en la serie que aún te las podrías estar planteando ahora, como una señal de protesta", comenta.
Los capítulos en maratón, una nueva forma de consumo
Con aplicaciones como Netflix, donde las temporadas se lanzan completas para el uso y disfrute de sus abonados, "lo que buscas es un play permanente, que termine un capítulo y quieras ver el siguiente ya". A pesar de lo que muchos puedan pensar, en estos casos "no se trata de que el cliffhanger sea muy grande, se trata de que sea efectivo", tal y como justifica Gema. Así, gracias a 'Las chicas del cable', la productora ha podido recuperar algo que era un clásico en sus primeros trabajos: la rampa final. "El ritmo de la narrativa quizá es más rápido -apunta- 'Velvet', por ejemplo, es una serie que cuenta muy poquitas cosas por capítulo. Lo que quieres ver es a los personajes y cómo interactúan entre ellos. En esta no sucede eso, y en cada episodio suceden bastantes cosas a todos los personajes".
El museo del ferrocarril, entre los decorados de la ficción
"No se trata de que el cliffhanger sea muy grande, se trata de que sea efectivo"
Como creadora de contenidos audiovisuales, la nueva forma de consumo a la que se encuentra abocada la pequeña pantalla afecta directamente al futuro cercano de Bambú. "No creo que debamos abandonar ningún canal. Creo que las televisiones generalistas van a tener su espacio y que Netflix también. No sé cuál va a ser el espacio de HBO y Amazon, porque todavía no han establecido el tipo de series que van a hacer en nuestro mercado. No sé si vamos a caber todos y qué codazos va a haber, pero nosotros estamos dispuestos a crear para cualquiera de las plataformas", reflexiona Ramón con la aprobación de sus compañeros de equipo.
Partiendo de la base de que este cambio supone la necesidad de nutrir de aún más proyectos al sector, su postura como creadores de contenidos no puede ser más positiva. "Creo que era necesario que esto se empezase a mover. Llevamos muchos años viviendo en un sistema demasiado establecido y esta batidora que se está produciendo en España ha venido muy bien para el sector. Tenemos muy buenos profesionales y hemos demostrado que sabemos hacer series muy bien", asevera confiado.
La mayor inversión en cuanto a escenografía de la historia de Bambú
"Todo el mundo tiene su serie en Netflix". Esta es la idea que, una vez dentro de la compañía, han podido comprobar los miembros de Bambú. "Cualquier serie es Netflix, porque tienen un abanico enorme. Igual que HBO está muy concentrado en un tipo de series, Amazon intenta buscar su nicho, Netflix se ha convertido en la plataforma para todos los públicos", teoriza Ramón, a modo de portavoz. Sin embargo, algo en lo que coinciden todas las producciones de la plataforma es la forma de visionarlas, predominantemente vía iPhone o iPad. "Más planos cortos para que no te pierdas nada. Un gran plano general, posiblemente sobre", les pedían los jefes.
El vestuario y la escenografía serán sus puntos fuertes
Así, con el fin de dotar a 'Las chicas del cable' de un resultado mucho más visual a nivel estético, el esfuerzo se ha visto centrado en la parte estética de la ficción. Con muchos más interiores naturales que en otras ocasiones, el equipo de rodaje no se ha conformado con la labor en plató, y no ha dudado en trasladarse a salas de fiestas, bancos de la época, palacetes, calles, corralas o, incluso, hasta un prostíbulo.
"Algunas cosas son compradas o alquiladas, pero todo lo demás está hecho por nosotros -comenta Ramón, muy orgulloso por el resultado final- Es el decorado más caro que hemos tenido en Bambú. El mobiliario no es igual al que habría en los años 20 en España. Es más modernista, más parisino, para buscar que tuviera una personalidad propia. Si te centras en lo que era Madrid en los años 20, no es tan bonito. Queríamos que la gente reconociese 'Las chicas del cable' al momento. Cuando entras en 'Gran Hotel' sabes que es como Sorolla, o que 'Velvet' es como el edificio Chrysler de Nueva York".