La semana pasada en 'Anatomía de Grey' la guerra estallaba en la familia Avery. Además, Amelia decidía dar la cara ante Owen y reconocer sus temores. Por otra parte, Meredith regresaba a su puesto de trabajo, teniendo que lidiar con una la rivalidad entre Karev y Riggs. Sin embargo, esta semana dejamos de lado el Grey-Sloan Memorial Hospital para embarcarnos en un viaje junto a Jackson y April, una aventura que podría cambiar la relación entre ambos.
En este decimosexto episodio de la decimotercera temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "Who Is He (And What Is He to You)?", Jackson y April se trasladan a uno de los hospitales de la familia Avery para realizar un trasplante a una joven que necesita de su ayuda para continuar con vida. La estancia en Montana no será nada sencilla, sobre todo para Jackson, ya que un viejo fantasma del pasado vuelve a su vida. Veamos al detalle lo sucedido en este nuevo capítulo.
La genial idea de Catherine
Catherine ha vuelto a hacer una de las suyas. Si no tuvo suficiente con entrometerse durante la ruptura entre su hijo y April, ahora ha obligado a Kepner a viajar junto a Jackson hasta uno de los hospitales de la familia Avery para trabajar juntos en un trasplante. Teniendo en cuenta la tensión existente entre ambos en los últimos días, cualquier cosa puede pasar durante este viaje.
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Nada más llegar al hospital, ambos se tienen que enfrentar a una complicada situación, contar a un padre que nada pueden hacer por salvar la vida de su pequeño y necesitan sus órganos para ayudar a otras personas. La conversación provoca que Avery recuerde la pérdida de su hijo Samuel y no duda en utilizar su propia experiencia para ayudar a sus pacientes, algo mal visto por April, que no soporta que utilice al hijo de ambos para aprovecharse y conseguir lo que desea.
El secreto de Jackson
Este repentino viaje que nos saca por completo del resto de tramas principales de la temporada -agradecemos dejar de lado el conflicto Webber vs Minnick aunque sea por un capítulo- tiene un motivo importante de fondo. Jackson quería realizar ese viaje para visitar a un viejo conocido, alguien que no se acuerda de él. De la mano de April descubrimos algo que comenzaba a antojarse previsible, que esa persona se trata de Robert Avery, el padre de Jackson.
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Sin embargo, haber llegado hasta el restaurante donde ahora trabaja su padre no le ha servido de nada porque no ha sido capaz de conversar con él y sacar todos los sentimientos que tiene acumulados desde hace muchos años. Ni corta ni perezosa, asumiendo que Jackson podría enfadarse con ella, April le obliga a hablar con él. Para sorpresa de muchos, lejos de discutir, Jackson acepta la propuesta y armándose de valor regresa al restaurante para tener una conversación de verdad con su padre.
Lo que podría haber sido un precioso reencuentro entre padre e hijo se convierte en una conversación fría y distante por culpa de todos los prejuicios con los que Jackson se ha desplazado hasta Montana. A todo eso se ha sumado el sentimiento de rabia al ver que su padre es totalmente feliz ajeno al mundo de la medicina y sin ni siquiera acordarse de que tiene un hijo.
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La escena padre e hijo finaliza con Jackson dejando claro que no quiere saber nada de una persona que nunca ejerció como padre, de una persona egoísta que decidió dejar de lado a su familia porque solo buscaba la satisfacción personal. Cuesta comprender que Jackson le reproche a su padre que quisiera alejarse del foco de los Avery cuando él mismo en alguna ocasión ha odiado llevar ese apellido, pero ahora se ha dado cuenta de todo lo que le debe a su familia, de los que estuvieron a su lado y le dieron todo para que él sea quien es ahora.
Después de la tormenta llega la calma
Mientras tanto, no podemos dejar de lado el otro motivo que ha llevado a Jackson y April hasta Montana, que no es otro que salvar la vida a una niña. La joven necesita un trasplante y tras no poder conseguir la primera opción, una idea arriesgada, a la par que innovadora, logra salvar la vida de la pequeña. La operación de Jackson y April ha resultado ser todo un éxito y qué mejor para celebrarlo que una apasionada noche juntos en el hotel, dando rienda suelta a esa tensión sexual que siempre habrá entre ellos.
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Cerrar esa puerta de su pasado que conducía directamente a su padre y que seguía atormentándole tantos años después le ha permitido a Jackson reconciliarse con April, aunque sea de forma momentánea y no sepamos cuánto va a durar. Pero no solo eso, Jackson ha comprendido que no tiene padre porque Robert Avery nunca ejerció como tal, sino que fue su madre la que lo dio todo para que él tenga la vida de la que disfruta ahora.