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'Salvados' quiso hacer un homenaje al Día del Padre y contó con tres invitados con padres peculiares durante su programa del domingo 19 de marzo. En primer lugar, Jordi Évole entrevistó a Inés Sánchez, hija de uno de los verdugos titulares de la Audiencia de Sevilla durante los últimos años del Franquismo. Después a Juan Luis Moreno, uno de esos tantos bebés robados, que fue comprado por su progenitor por 150.000 pesetas. Por último, y el que más llamó la atención, fue Sebastián Marroquín. Pero este no es su verdadero nombre de pila.
Jordi Évole y Sebastián Marroquín en 'Salvados'
Ser el hombre más buscado del mundo por sus actos criminales implicaba también poner en peligro a los suyos. Pero, según contó Sebastián, su familia era lo más importante para Pablo Escobar. De hecho, antes de su muerte, le hicieron elegir entre su vida o la de sus familiares más cercanos y él eligió entregarse. "Para mí ese día fue uno de sus actos de amor más grandes hacia la familia, quitarse la vida para dejarnos libres a nosotros", explicó su hijo.
Su infancia, muy diferente a la del resto
En cuanto a su infancia, el invitado estrella comentó que no fue igual que la de otros niños. "Los peores bandidos de Colombia fueron mis mejores amigos" ya que "no tenía amigos de otra naturaleza ni de otras clases porque los padres no les permitían a sus hijos acercarse a mí". Marroquín no pudo completar su etapa escolar porque "tantos intentos de secuestro de la policía no me dejaban ir tranquilo al colegio".
Cuando cumplía años, las fiestas que celebraba también eran atípicas. "De las piñatas, a veces caían fajos de dólares, entonces los niños ya no participaban y los padres se tiraban a agarrar el dinero que caía", agregó. A pesar de todo, Sebastián siempre recordará a su padre con cariño porque "para mí fue un buen amigo". Como cualquier padre con sus hijos, Escobar compartía momentos divertidos con Sebastián: "Jugábamos al Monopoly y a las cartas y hacía trampas como nadie" para vencer porque "mi padre era un ganador nato y no soportaba perder".
Sebastián Marroquín en 'Salvados'
Cuando Évole le preguntó por la edad y la manera de la que se enteró de quién era realmente su padre, Marroquín dejó claro que "a los 7 años él me dice 'soy un bandido'" y desde entonces, "todos sus crímenes me los contó". Sin pelos en la lengua, continuó reconociendo que "mi padre mandaba matar a todo el que se le cruzara" porque esa era "su manera de ver la vida".
"Vi antes armas que juguetes"
Con solo 3 años, el hijo mayor del narcotraficante ya había visto una pistola. "Hay fotos mías y de mi padre en las que él siempre andaba con un revólver", aseguró Sebastián con total naturalidad para después confesar que "vi antes armas que juguetes". El invitado sabía bien quién era su padre y a qué se dedicaba y aseguró que, desde muy pequeño, recibió una educación especial sobre las drogras: "Cuando tenía 8 años, puso las que tenía disponibles en ese momento encima de una mesa" y le explicó "cuál es el daño que hacen a la persona y a la familia cuando se abusa de estas sustancias".
Y cómo iba a quedarse en el tintero su opinión sobre la ficción del gigante de streaming. Évole le puso la sintonía de 'Narcos' y Marroquín alegó que "suena bien la canción pero la historia que hay detrás es más falsa que verdadera". A pesar de no compartir la veracidad del argumento de la serie, quiso dar las gracias a Netflix porque "aquellos que quieren conocer la verdad real, compran mis libros" y, como la producción tiene muchos fans, "ha afectado de manera positiva a la venta de esos libros".