Ha vuelto a pasar. La candidatura de Armenia en Festival de Eurovisión 2017 está en peligro. Como ya ocurriera con la representante rusa Yulia Samoilova, los servicios de seguridad ucranianos estudian vetar la entrada al país a la representante armenia Artsvik Arutyunyan por haber actuado en Crimea después de la anexión rusa.
Artsvik, representante de Armenia en Eurovisión 2017
"Los servicios de seguridad ucranianos ya están investigando esta circunstancia y podrían tener todo listo para vetar la entrada a la artista", ha filtrado el medio ruso medio ruso gazeta.ru. Por su parte, la televisión pública de Armenia también se ha pronunciado al respecto. "No hemos recibido un comunicado oficial sobre el asunto. Nuestra candidatura sigue su curso", ha publicado el medio armenio Armenpress.
La política, la lacra de Eurovisión
Debemos recordar que el evento es, en efecto, un ritual cultural que se repite cada año y que va más allá de lo musical. Es una oportunidad para que los países participantes (incluyendo a los no europeos como Israel, Azerbaiyán o Australia) se sientan parte de un todo, de una comunidad y de un continente desde el minuto uno en el que los presentadores le dan las buenas noches a Europa.
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Con tanto eurodrama sobre los tensos conflictos entre países, no es de extrañar que la frase "Eurovisión es política" esté a la orden del día. Pese a que la Unión Europea de Radiodifusión siempre ha recordado que el Festival no es un evento político y que es muy importante que se mantenga libre de ella, la política en el certamen musical está a la orden del día. Por el momento, la organización del concurso permanece cautelosa y en silencio observando los pasos que está dando el país anfitrión de esta edición. ¿Serán finalmente 43 países los que se den cita el 13 de mayo en Kiev? Tiempo al tiempo.